Factores implicados en el proceso de aprendizaje de los niños

Factores implicados en el proceso de aprendizaje de los niños

Durante el curso de la licenciatura en educación preescolar, hemos revisado una gran diversidad de bibliografía; analizado prácticas educativas propias así como de docentes en activo, y de esta manera hemos podido contrastar la teoría con la práctica. Al hacer esto, he podido entender más la manera en que aprenden los niños, siendo esto un proceso complejo y gradual, y para lo cual es necesario que los maestros tomemos en cuenta varios aspectos que servirán para planear y organizar las experiencias que le brindemos a los pequeños y que dichas experiencias sean realmente de su interés y sobre todo que sean significativas para ellos.

Dentro de los aspectos a los que hago referencia arriba, a continuación mencionaré algunos y sobre los cuales se basa el presente documento. Dichos aspectos son: a) la necesidad de establecer un ambiente de orden para conseguir buenos resultados de aprendizaje; b) las estrategias para lograr y mantener el interés de los niños; y c) la relación entre las actividades didácticas y la atención e interés de los niños. Para ello me basaré en experiencias vividas, así como de algunos textos analizados durante el cuso de  esta carrera. Finalmente presentaré mis conclusiones acerca de lo abordado en este escrito.

Con frecuencia, y estoy segura que no soy la única,  me he enfrentado al reto y en ocasiones al temor de cómo hacer para conseguir y mantener un ambiente de orden dentro del aula, para que mi planeación se desarrolle de manera efectiva. Y este punto es uno de los más importantes que todo docente debe considerar al realizar e implementar su planeación. Sin embargo, el orden en el aula no solo implica que los niños estén inmóviles o en silencio, sino que va más allá de esto, como nos dice Joan Dean (1993):

“El proceso real de organización en el aula implica seleccionar, de entre una serie de formas diferentes de hacer las cosas, las que se adecuan a la situación particular. Hay que ser capaz de prever los problemas y evitarlos mediante la planificación cuidadosa, especialmente en puntos de cambio y actividad. También hay que enseñar a los niños a trabajar como se considere mejor, empleando los recursos de tiempo y espacio lo mejor que se pueda. Además hay ser capaces de controlar a los niños en grupos e individualmente.”

        Como podemos ver, para conseguir buenos resultados de aprendizaje en los niños, es importante que pongamos atención en cómo les presentamos las situaciones a los pequeños, atendiendo también a sus necesidades e intereses y teniendo en cuenta los imprevistos que puedan surgir para saber cómo responder a ellos; empleando y aprovechando efectivamente los recursos necesarios, el espacio y el tiempo; así como enseñarles y establecer con ellos las maneras en que se trabajará para que las experiencias sean más significativas. Además, un punto clave dentro del orden, es la organización del grupo que el maestro considera más adecuada respecto a las actividades que propone. Podemos encontrar que algunas de estas actividades se trabajan mejor en binas, en pequeños equipos, grupal o individualmente, pero en todos estos casos es de vital importancia que el profesor sepa cómo controlar a sus alumnos, que sepa cómo manejar equipos simultáneamente o atender individualmente a los niños para que el grupo no se salga de control y se aprovechen realmente las experiencias que se propician.

        Joan Dean (1993), nos menciona que hay algunos principios de control en el aula que resultan importantes recordar al trabajar con los pequeños: a) los niños se comportan mal cuando no saben qué hacer; b) antes de dar instrucciones conviene obtener la atención; c) estar preparado cuando los niños entren en clase; d) llamar a los niños al orden de forma individual; e) hay que mirar alrededor para anticipar la mala conducta; f) fijar reglas de conducta desde el principio; g) planear los cambios de actividad con detalle. Estos principios de los que nos habla Dean, a mi parecer son aspectos que ya sabemos  pero que sin embargo muchas veces no los tomamos en cuenta. Hemos tenido tal vez experiencias en que los niños no atienden a las instrucciones, no realizan las actividades como se les señala o simplemente no las realizan, y ante esto es común que llamemos la atención de los niños por su mala conducta, por el desorden que hace, etcétera, sin embargo la mayoría de las veces no nos detenemos a pensar en si dimos bien las instrucciones, en si estamos realmente seguros de que los niños entendieron completamente las consignas, o si contienen el grado de dificultad pertinente para ellos, entre otras cosas, y es por esto que como menciona Dean, los niños se comportan mal cuando no saben qué hacer.

        Otro aspecto importante es establecer con los niños las reglas de conducta y participación para que sepan cómo se deben hacer las cosas y actúen conforme a ello. Sin embargo es muy común que en ocasiones hagan caso omiso a estas reglas y comiencen a hacer desorden. Es aquí donde podemos llamarlos individualmente al orden sin caer en señalarlos y evidenciarlos,

“se puede señalar a los niños que están haciendo lo correcto, o dirigirse a aquellos que no están haciendo lo que se pretende” (Dean, 1993)

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