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Falacias Y Silogismo Juridico


Enviado por   •  10 de Marzo de 2014  •  5.414 Palabras (22 Páginas)  •  631 Visitas

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En lógica, una falacia (del latín fallacia, «engaño») es un argumento que parece válido, pero no lo es.1 2 Algunas falacias se cometen intencionalmente para persuadir o manipular a los demás, mientras que otras se cometen sin intención debido a descuidos o ignorancia. En ocasiones las falacias pueden ser muy sutiles y persuasivas, por lo que se debe poner mucha atención para detectarlas.3

El que un argumento sea falaz no implica que sus premisas o su conclusión sean falsas. Un argumento puede tener premisas y conclusión verdaderas y aún así ser falaz. Lo que hace falaz a un argumento es la invalidez del argumento en sí. De hecho, inferir que una proposición es falsa porque el argumento que la contiene por conclusión es falaz es en sí una falacia conocida como argumento ad logicam.4

El estudio de las falacias se remonta por lo menos hasta Aristóteles, quien en sus Refutaciones sofísticas identificó y clasificó trece clases de falacias.1 Desde entonces, cientos de otras falacias se han agregado a la lista y se han propuesto varios sistemas de clasificación.

Las falacias son de interés no solo para la lógica, sino también para la política, la retórica, el derecho, la ciencia, la religión, el periodismo, la mercadotecnia, el cine y, en general, cualquier área en la cual la argumentación y la persuasión sean de especial relevancia.

Índice

1 Definiciones

2 Ejemplos

2.1 Petición de principio

2.2 Afirmación del consecuente

2.3 Generalización apresurada

2.4 Post hoc ergo propter hoc

2.5 Falacia del francotirador

2.6 Falacia del hombre de paja

2.7 Falacia del alegato especial

2.8 Argumento a silentio

2.9 Argumento ad consequentiam

2.10 Argumento ad baculum

2.11 Argumento ad hominem

2.12 Argumento ad ignorantiam

2.13 Argumento ad populum

2.14 Argumento ad nauseam

2.15 Argumento ad verecundiam

2.16 Argumento ad antiquitatem

3 Historia

4 Clasificaciones

5 Falacias en los medios de comunicación y la política

6 Véase también

7 Notas y referencias

8 Bibliografía

9 Enlaces externos

Definiciones

Todavía no hay acuerdo sobre la mejor definición de falacia y existen muchas propuestas que rivalizan entre sí.5 En 1970, Charles Hamblin publicó una obra seminal titulada Falacias, que rastrea el desarrollo de la noción desde Aristóteles hasta mediados del siglo XX y concluye que la definición estándar de falacia es «un argumento que parece válido, pero no lo es».1 Autores posteriores como Ralph Johnson y Hans Hansen cuestionaron esta conclusión y propusieron definiciones alternativas,6 7 mientras que otros autores, como Douglas Walton, defendieron la aproximación de Hamblin.8

Algunas definiciones alternativas a la de Hamblin hacen énfasis en las fallas lógicas de las falacias. Por ejemplo, algunos[¿quién?] definen a las falacias como argumentos deductivamente inválidos o con muy poco apoyo inductivo.5 El problema con esta definición es que algunas falacias consisten en argumentos deductivamente válidos, cuya falla está en otra parte, por ejemplo el falso dilema o la petición de principio.5 Algunos[¿quién?] enmiendan esta definición agregando que los argumentos no falaces, además de tener validez deductiva o apoyo inductivo, deben tener premisas verdaderas y bien justificadas, y no caer en la petición de principio.5 Esta definición tiene la ventaja de que incluye a los falsos dilemas y a las peticiones de principio como falacias, pero tiene la desventaja de que también incluye como falacias a muchos argumentos legítimos, por ejemplo argumentos científicos del pasado que tenían premisas falsas, pero que sin embargo eran argumentos muy serios y bien intencionados.5

Van Eemeren y Grootendorst proponen una definición «pragma-dialéctica», en la que las falacias se conciben como violaciones de las reglas de la discusión.9 Así por ejemplo, si una regla de la discusión es no atacar al oponente a nivel personal, se sigue que todo argumento ad hominem es falaz. Una dificultad con esta aproximación sin embargo, es que no hay acuerdo sobre la mejor manera de caracterizar las reglas de una discusión.5

La falacia lógica es un modo o patrón de razonamiento que siempre o casi siempre conduce a un argumento incorrecto. Esto es debido a un defecto en la estructura del argumento que lo conduce a que este sea inválido. Las falacias lógicas suelen aprovecharse de los prejuicios o sesgos cognitivos para parecer lógicas. Cambiándose, a veces, el error inconsciente o involuntario por una manipulación deliberada. Por eso, las falacias lógicas son los mecanismos automáticos más comunes para poner en práctica los sesgos cognitivos. Algunas importantes falacias lógicas que emplean los sesgos cognitivos se muestran a continuación. Véase también control social, control mental, propaganda, lavado de cerebro.

Generalmente los razonamientos falaces no son tan claros como los ejemplos. Muchas falacias involucran causalidad, que no es una parte de la lógica formal. Otras utilizan estratagemas psicológicas como el uso de relaciones de poder entre el orador y el interlocutor, llamamientos al patriotismo, la moralidad o el ego para establecer las premisas intermedias (explícitas o implícitas) necesarias para el razonamiento. De hecho, las falacias se encuentran muy a menudo en presunciones no formuladas o premisas implícitas que no son siempre obvias a primera vista.

Ejemplos

Petición de principio

Artículo principal: Petición de principio

Es la falacia que ocurre cuando la proposición a ser probada, es decir la conclusión del argumento, se encuentra implícita o explícitamente entre las premisas.10 Por ejemplo, el siguiente argumento es una petición de principio:

Yo siempre digo la verdad.

Por lo tanto, yo nunca miento.

En este argumento, la conclusión está contenida en la premisa, pues decir la verdad es sinónimo de no mentir. Las peticiones de principio resultan más persuasivas cuando son lo suficientemente largas como para hacer olvidar al receptor que la conclusión ya fue admitida como premisa.

Formalmente, las peticiones de principio son argumentos deductivamente válidos,10 pues es deductivamente válido que de A se sigue A. Existe desacuerdo acerca de por qué algunos argumentos deductivamente válidos se consideran peticiones de principio

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