Falsos Profetas
Enviado por marbz • 5 de Septiembre de 2013 • 482 Palabras (2 Páginas) • 347 Visitas
1.01. Profetas y Videntes
(Antiguamente en Israel cualquiera que iba a consultar a Dios, decía así: Venid y vamos al vidente; porque al que hoy se llama profeta, en ese entonces se le llamaba vidente.)1 Samuel 9:9.
Vidente
Es aquel que distingue, se entera, comprende y reflexiona la voluntad de Dios.
Profeta
Su raíz está en la palabra naba', que significa "proclamar", "dar voces", "declarar" "el llamado [por Dios]".
Tal como se la usa en la Biblia, la palabra nabi', describe al que proclama mensajes divinos, es el vocero que transmite la voluntad de Dios.
Esos mensajes pueden relacionarse con el pasado, el presente o el futuro y pueden consistir en descripciones, exhortaciones, instrucciones, consuelo o predicciones.
La palabra castellana "profeta" procede del griego προφητης profêtês
Una combinación de la preposición = προ pro (antes de) con el verbo φημι phêmi = demostrar o dar a conocer sus pensamientos, afirmar, hablar, decir (de la misma raíz de: φως phôs = luz, luminosidad y φαινω phainô = iluminar, emitir o reflejar luz).
Un profeta es alguien que, como portavoz de Dios, expresa los pensamientos de Dios con el propósito de iluminar a los hombres, o, en otras palabras: alguien que primero recibía instrucciones de Dios y luego las transmitía a la gente iluminándoles así el camino.
Estos 2 aspectos de su obra se reflejaban en los nombres con que se los conocía: vidente (rô'eh) y profeta (nâbî'). El 1º fue más común en el período temprano de la historia hebrea (1 Sam. 9:9).
1.02. El Llamado
El llamado al oficio profético y la dádiva consiguiente del don profético eran actos de Dios, como en el caso de:
Isaías
"Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí. Y dijo: Anda, y di a este pueblo: Oíd bien, y no entendáis; ved por cierto, mas no comprendáis" (Isaias 6:8, 9).
Jeremías
"Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones" (Jeremías 1:5).
Ezequiel
"Y me dijo: Hijo de hombre, yo te envío a los hijos de Israel, a gentes rebeldes que se rebelaron contra mí; ellos y sus padres se han rebelado contra mí hasta este mismo día. Yo, pues, te envío a hijos de duro rostro y de empedernido corazón; y les dirás: Así ha dicho Jehová el Señor. Acaso ellos escuchen; pero si no escucharen, porque son una casa rebelde, siempre conocerán que hubo profeta entre ellos" (Ezequiel 2:3-5)
y Amós
"Y Jehová me tomó de detrás del ganado, y me
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