Felicidad consumista: status, emociones y publicidad subjetiva.
Enviado por caravantes92 • 5 de Septiembre de 2016 • Ensayo • 2.408 Palabras (10 Páginas) • 243 Visitas
Escrito por:
Caravantes Silva Victor Felipe
Soy originario de Tijuana, Baja California, México, en donde radico. Tengo 22 años. Actualmente, estudiante de la Universidad Autónoma de Baja California, finalizando el 6to semestre, de la licenciatura en Asesoría Psicopedagógica.
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Felicidad consumista: status, emociones y publicidad subjetiva.
La adicción a las compras o el consumo de productos en altos costos aumenta en nuestra sociedad, aun cuando las familias no son de altos recursos. Desde el lado del marketing y el lado del estatus, junto con las emociones, dan respuesta a las incógnitas acerca de las razones de nuestro imparable consumismo.
Felicidad consumista: status, emociones y publicidad subjetiva.
La adicción a las compras o el consumo de productos en altos costos aumenta en nuestra sociedad, aun cuando las familias no son de altos recursos. Desde el lado del marketing y el lado del estatus, junto con las emociones, dan respuesta a las incógnitas acerca de las razones de nuestro imparable consumismo.
A lo largo de la historia se observa cómo han cambiado las formas de vestir, dejando en segundo plano el vestirse sólo por necesidad de cubrir nuestra piel del frío o de los rayos solares, pero ¿cuándo empezó a dejarse como objetivo secundario? Sabemos que la necesidad de vestirnos para cubrirnos siempre ha existido, pero desde la prehistoria el hombre comenzó a vestirse de pieles de animales para cubrir el frío, al paso del tiempo dicha tendencia pudo haberse modificado al encontrar pieles más hermosas que las ya conocidas y que al vestirlas pudieran distinguirse como diferentes entre las demás tribus o sujetos. De aquí puede partir una idea de estatus, por el simple hecho de distinción desde que el hombre empezó a vestir, -quizás unas horas después de que el hombre comenzó a hacerlo-, tal como se cuestiona el autor Sergio Parra (2012) en su artículo “¿Somos más materialistas y despilfarradores que antes? A partir de esto, se puede llegar a nuestra época moderna, en donde en ocasiones para el individuo se vuelve primordial conseguir productos caros o se desvive por ellos, no sólo por creerlos necesarios, sino por motivos que derivan unos de los otros. Para esto, es necesario saber qué roles se juegan: ¿qué sentimos al consumir? ¿hay beneficios al momento de comprar?, en los beneficios se pudiera hacer referencia a beneficios emocionales o beneficios en la sociedad, y claro ¿qué papel juega la publicidad?, para que esta labor de consumo sea exitosa.
Efectos emocionales del consumo
El trabajo de los investigadores acerca del tema no es inexistente, y como en todo, se han encontrado resultados positivos y negativos sobre las emociones que nos da el consumir. Un estudio de Aparicio Cabrera (2011) para la World Database of Happiness, mostró que las personas que pueden conseguir varios lujos, hablando en modas, autos, y diversos artículos tecnológicos modernos, traen un efecto positivo, un tipo de felicidad que los hace sentir bien; por otra parte, las personas que no cuentan con la misma disposición de recursos, llegan a sentir todo lo contrario, angustia y frustración por las deudas que genera conseguirlo.
Este afán de consumir trae emociones que son subjetivas; cada persona las podrá sentir de manera diferente, ya que no cuentan exactamente con los mismos recursos, ni intereses en la compra de productos caros.
El vivir en este mundo significa gastar, y es una necesidad real, gastar para poder sobrevivir, es por eso que se debe tener una balanza para conocer lo más básico e indispensable, para a partir de esto poder considerar las compras pertinentes. Se puede aspirar a cosas buenas y algunos lujos, y eso es completamente natural porque trae consigo una comodidad (una felicidad subjetiva), pero en todo caso, también es necesario ubicar que distancia hay entre quererlo y poder conseguirlo, esto puede ser un motivante a comprarlo o no, como menciona Aparicio Cabrera (2011).Para una persona con sueldo mínimo y con responsabilidades económicas, su motivación consumista será para cumplir esas necesidades básicas, y no tanto por conseguir lujos caros, viajes o modas; considerando que se tenga bien establecido las necesidades más básicas en las que destinará su dinero, pero aun así sigue siendo parte de un mundo materialista.
Felicidad subjetiva
La felicidad subjetiva es tal y como el nombre lo dice: subjetivo, cada persona puede describir de manera diferente cómo se siente, hablando de su vida en general, es decir, desde diferentes contextos; por ejemplo, en sus relaciones de tipo laboral, amistad, familiar, sentimental, etc. Los sentimientos que se generan, pudieran ser positivos o negativos, dependiendo cuan satisfecho se está en todas estas áreas.
Diener, Lucas, Smith y Suh (citados en Aparicio cabrera, (2011), dicen que: El bienestar subjetivo o la felicidad subjetiva, estará conformado por distintos componentes, como los “afectos placenteros”, que lo consideran como el disfrutar, el estar contentos u orgullosos; “afectos no placenteros”, que vendrían siendo sentimientos de culpa, ansiedad, preocupación, envidia o ese lado negativo que se pudiera encontrar; la “satisfacción con la vida”, que es la satisfacción con todo los que completa su vida, desde la vida actual, pasada y la futura; y por último la “satisfacción en ciertos ámbitos o dominios”, que es cómo se desenvuelven, como la familia, la sociedad, las finanzas, hasta el ocio. Todo esto tendrá un efecto en la felicidad subjetiva actual, considerando la reacción del consumo como un afecto placentero o no placentero, que pudieran depender de la satisfacción de vida, si se está contento con lo que son, y con lo que se tiene.
Todo esto, tendrá un efecto en la descripción de la felicidad por cada persona, considerando la reacción del consumo como parte de un efecto placentero o no placentero, que depende de la satisfacción de vida, y de si está contenta con lo que es y con lo que tiene.
Las personas pueden llegar a un punto de felicidad subjetiva, dependiendo también de la satisfacción con el ámbito social, esto quiere decir que se comparten ideas con el resto de la sociedad con la que cada persona se rodea, y de alguna manera se sigue una línea de comportamiento por aceptación. Así pues, dentro de una sociedad se empujan al consumismo unos a otros, por ejemplo: si una persona realiza un acto de consumo, las demás personas se sentirán obligadas a consumir productos similares, para no sentirse menos que los otros. Y se convierte en todo un círculo, mientras más se consume, menos se cree tener, lo cual no permite llegar a una satisfacción completa como lo menciona Parra (2012).
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