Feliz Cumpleaños

“Feliz cumpleaños”

Era un día feliz y tranquilo, me levanté muy temprano con un “Feliz cumpleaños” por parte de mi madre, mi hermano menor entró a mi habitación y dijo: “Felices quince María”.

Mi madre nos ofreció a mí y a mi hermano comer la torta que había preparado para el desayuno, pero decidí ir a ducharme primero. Al abrir la ducha comenzó a salir sangre en vez de agua, horrorizada, dí un fuerte gritó, mi madre al oír me subió a ver que ocurría, me preguntó si todo estaba bien y yo dije que sí al percatarme que ya no caía sangre, sino agua.

Después de ese susto y de desayunar salí d mi casa hacia el paradero del bus escolar, el cual quedaba algo lejos de mi casa. El camino era un poco largo así que decidí escuchar música para pasar el rato, pero esta se escuchaba un tanto triste y sombría, poco común de lo habitual, así que decidí quitarme los audífonos y seguir caminando.

Pasé por la casa de mi mejor amigo, vi a su madre llorando, le pregunté qué pasaba y dijo que había ocurrido un accidente en el cual su hijo, mi mejor amigo, había fallecido. Quedé impactada por la noticia pero por alguna extraña razón decidí seguir mi camino en vez de volver y comunicárselo a mi madre o acompañar a la señora en su momento de dolor.

Conforme avanzaba, sucesos extraños comenzaron a hacerse presentes como por ejemplo el hecho de que un cuervo me miraba fría y desafiantemente y poco a poco más cuervos comenzaron a llenar los postes de luz, mirándome fijamente, por lo que decidí correr hasta una esquina donde me detuve justo antes de que un camión pasara, el cual pudo arrollarme fácilmente.

Al seguir mi camino comencé a escuchar unos gritos de dolor, me propuse a encontrar quien era el que gritaba y encontré a un niño quien era mordido por un gran pitbull, el animal le estaba destrozando la pierna al pobre infante que era casi de la edad de mi hermano, volteé para pedir ayuda, grite, pero nadie me escuchaba, era como si me hubiera vuelto invisible, visto esto decidí ayudar al niño por mi cuenta, pero al voltear nuevamente ya no estaban, ni el perro ni el niño.

Seguí mi camino, ya iba tarde, por lo que decidí correr hacía el paradero, corrí tan rápido que no me fijé en los obstáculos, me tropecé con una inmensa piedra cayendo en medio de la pista, mi pierna había quedado fracturada, trate de levantarme pero fue inútil, en eso, volteé y vi como el bus escolar venía patinando sobre la pista, al percatarme que se dirigía hacia mí, sólo pude cerrar los ojos antes de que el bus me impactara. Al abrir los ojos, estaba en mi cuarto, mi cama, echada, de repente mi mamá entró junto con mi hermano, deseándome un “Feliz Cumpleaños”.

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