Finanzas Eticas

FINANZAS ÉTICAS

¿Qué son las finanzas éticas?

Las finanzas éticas se pueden definir como “la otra cara de la moneda” del ahorro. Otra forma de ahorrar e invertir que combina los beneficios sociales con los beneficios económicos. Cuentas de ahorro, fondos de inversión o planes de pensiones que pretenden el uso ético del dinero y apuestan por empresas que cuidan y hacen explicita su responsabilidad social y ambiental.

Las finanzas éticas implican a las personas y su capacidad de ahorro en proyectos que buscan el desarrollo, la redistribución de la riqueza y la protección del medio ambiente en cualquier lugar del planeta. Ser coherente con los valores éticos personales tiene mucho que ver con la capacidad de escoger dónde y cómo invertir los ahorros; la elección también determina nuestra responsabilidad en los efectos sobre el desarrollo humano y la ecología que tiene el uso de nuestro dinero.

Desde esa perspectiva, cumplen con la función de participar e incrementar el bienestar social, situando la persona antes que el capital y la inversión justa por delante de la especulación.

¿Por qué finanzas éticas?

Para contribuir a equilibrar un crecimiento desigual fomentado por el sistema económico imperante: los pobres son cada vez más pobres; los ricos cada vez son más ricos. En un mundo donde más de 1.100 millones de personas viven inmersas en la pobreza, el dinero puede jugar un papel más que importante para impulsar y permitir que las iniciativas que buscan el desarrollo donde no lo hay, erradiquen esa pobreza, más allá de cualquier frontera.

Las desigualdades económicas no paran de crecer, y esto no sólo sucede en los países del Sur: la pobreza y la exclusión social están presentes también en las modernas sociedades del Norte. Diversas son las causas, pero si nos centramos en la economía, y más en concreto en la banca, acertamos a definir un planteamiento basado, casi de forma excluyente, en los beneficios económicos, por encima de cualquier consideración. Es decir, sin avales no hay inversión.

En beneficio de todas las personas

El ahorro o las inversiones socialmente responsables son un conjunto de productos con características financieras similares a los de corte convencional, pero que tienen asociado un código ético que garantiza que el dinero depositado será canalizado únicamente hacia proyectos o empresas que cumplan determinados requisitos sociales y medioambientales. De este modo las personas depositarias conocen los beneficiarios de su dinero y se aseguran de no estar financiando actividades que van en contra de sus principios éticos.

Valores sociales añadidos a unos beneficios económicos similares a los obtenidos en la inversión de productos convencionales. Tanto en países del Sur como en España, las finanzas éticas para el desarrollo favorecen el acceso a derechos económicos tan básicos como la concesión de créditos a personas, cooperativas o pequeñas empresas, que no obtendrían financiación de un banco convencional por falta de avales. Esta alternativa financiera tiene como objetivo básico apoyar proyectos que busquen el crecimiento autosuficiente. También, capacitar a los beneficiarios en la gestión de los recursos económicos para optimizar su valor tanto en el presente como el futuro. Se trata pues de crear un movimiento circular financiero que realmente permita el desarrollo autónomo.

El dinero ético desde el origen

En sentido amplio las finanzas éticas se entienden como aquellas que transfieren recursos desde los países ricos hacia los países pobres, o apoyan proyectos de autoempleo en las sociedades desarrolladas. No obstante, no todas las finanzas para el desarrollo son finanzas éticas ya que ese dinero que va a parar a los países pobres como contribución a su desarrollo puede haber sido captado de formas no-éticas, pudiéndose dar la paradoja de que parte de ese dinero provenga de inversiones que empeoran la situación del país al que se pretende beneficiar.

Razón por la cual limitamos el uso del término finanzas éticas para las personas, productos y herramientas implicadas en el desarrollo internacional, que han recogido recursos gracias a estrategias financieras que respetan unos mínimos basados en la Responsabilidad Social Corporativa (RSC). La RSC es el conjunto de procedimientos que las empresas integran para garantizar que tienen en cuenta las preocupaciones sociales y medioambientales en sus prácticas empresariales con una visión multistakeholder. Sus estrategias y procedimientos deben respetar los derechos humanos y laborales, satisfaciendo así una relación ética con la sociedad civil en su conjunto.

...