Fomentar Una Cultura Científica, Humanística Y Tecnológica

Son innegables los avances en ciencias y tecnología que se han producido en la última década. La manera de ver y comprender el mundo ha cambiado, no podemos volvernos una sociedad estática, debemos ir adecuado nuestra forma de vida y de pensamiento según las exigencias de este mundo cada vez más globalizado y dependiente.

Los estándares sirven como una medida de prevención a los males futuros que pueden o no aquejar a los ciudadanos de un planeta donde las distancias cada vez son más cortas y los lugares remotos solo quedan en la imaginación de poetas y escritores.

La realidad en donde crecen nuestros hijos es cada vez más compleja para nosotros los adultos, formados con un modelo académico que no nos permitió tener las bases para entender las modificaciones que sufriría nuestro entorno y es por esto que preferimos negar la existencia de algunos factores en lugar de tratar de entenderlos y utilizarlos para nuestro propio aprovechamiento.

La era de la tecnología forma parte del presente de estas nuevas generaciones y no es de sorprender que niños de cuatro o cinco años puedan hacer manejo de ellas sin ninguna dificultad, el verdadero reto es subirnos a la ola y tomar las tecnologías como si fueran parte de nosotros mismos discerniendo entre sus usos, adaptándolos a nuestra realidad, la cual debemos comenzar a cambiar también.

Nos da miedo el uso y abuso de las tecnologías por parte de nuestros niños y adolescentes, pero somos nosotros mismos los que no estamos marcando límites y peor aún, en muchos casos somos el vivo ejemplo del uso irracional de estas. Nuestros hijos, alumnos y vecinos aprenden de nuestro ejemplo, de nuestra guía, por lo tanto debemos comenzar a actuar como lo que ellos necesitan y darles las herramientas para que puedan enfocar su atención a lo que necesitan obtener de tantas fuentes de información (donde no todo es real) sin que logren atraer su atención tantos distractores adherentes a estas herramientas.

El maestro, o mejor dicho el docente porque ya no es un transmisor único de conocimientos; juega un papel muy importante en el desarrollo de las sociedades del conocimiento, pues forma parte de su ámbito laboral el crear ambientes que favorezcan la reflexión, la investigación, el ensayo y la integración de aprendizajes significativos.

En el aula el niño debe sentir el poder de imaginar, crear y soñar en ideas para ayudar a tener un mundo mejor, si, aunque pueda sonar idealista, no se debe perder el poder de soñar que podemos cambiar el mundo: un mundo más justo, con más oportunidades para todos, en un ambiente de igualdad.

Se habla de valores y la perdida de éstos, pero en realidad no es una perdida, hay que hacer una revaloración, es decir, hay un nuevo criterio de valores: valores morales, sociales, tecnológicos y científicos.

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