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Formación Docente, Acción En Constante Evolución


Enviado por   •  21 de Abril de 2013  •  6.677 Palabras (27 Páginas)  •  361 Visitas

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“Formación docente, acción en constante evolución”.

AUTOR: José Ventura Talavera Chávez

Enero 2010

NO CONTENIDO PAG.

1 Índice 2

2 Introducción 3

3 La formación docente, acción en constante evolución 4

- Modelos de formación docente 6

- Problemática de la formación 8

- Formación en y por competencias 11

4 Historia personal desde la perspectiva de la formación 15

5 Práctica docente, proceso complejo y multidimensional 19

6 Conclusiones 25

7 Bibliografía 26

INTRODUCCIÓN

La eficacia y eficiencia de cualquier institución educativa depende en gran medida de la calidad de sus docentes. El formador tutor es el elemento fundamental en cualquiera de los sistemas educativos y por ello debe estar en continua acción, movilidad y evolución como cualquier otro profesional, porque la sociedad actual, la sociedad de las tecnologías de la información y la comunicación obliga al tutor a adaptarse rápidamente a los cambios tan innovadores que han surgido en el ámbito educativo en los últimos años.

La diversidad en las necesidades del alumnado implica que la preparación del nuevo docente en su formación como tutor tenga un mayor esfuerzo sobre el conocimiento de un mayor número de áreas. El resultado es el establecimiento de un ambiente de mayor cordialidad, confianza y profesionalidad por todos los miembros de la comunidad educativa para un fin común: formación integral de los alumnos, una competencia de formación del nuevo milenio.

Por ello en el presente escrito, en su primer apartado, propongo la movilidad de la formación docente, como una acción en constante actualización, para que el caminar en dirección del futuro moderno y demandante sea una actividad placentera; que se experimente la alegría de estar vivo, visualizando o recordando el pasado para entender la prospectiva de los sucesos más significativos de la práctica docente. En segundo término menciono las actividades que formaron mi identidad como formador de generaciones nuevas, las tareas que el devenir profesional me ofertó y; en la última parte describo las actividades, que como práctica docente, descubren mi interés en la adquisición, desarrollo y fortalecimiento de nuevas competencias docentes que, con seguridad, me seguirán formando a la vez que serán un nuevo paradigma para mi quehacer docente.

LA FORMACIÓN DOCENTE, ACCIÓN EN CONSTANTE EVOLUCIÓN

Por qué la formación docente es una actividad en constante movimiento? Partamos, en primera instancia, de la premisa de que “formarse no puede ser más que un trabajo sobre sí mismo, libremente imaginado, deseado y perseguido, realizado a través de medios que se ofrecen o que uno mismo se procura” . Esto es, estar acorde a lo que nuestro país, ese país del nuevo milenio, demanda y que a través de su sistema educativo quiere propiciar; sus futuros ciudadanos deben formarse como personas, como seres humanos conscientes, libres, irremplazables, con identidad, razón y dignidad, con derechos y deberes, creadores de valores y de ideales. Toda una amalgama de características que deben tener los nuevos mexicanos estará a cargo, como históricamente se ha venido haciendo, del también “nuevo docente”, un profesor con capacidad de análisis de su quehacer áulico y con nuevos esquemas de formación inicial y continua. Donde él mismo sea el propiciador de ese nuevo proceso, de esa nueva espiral dialéctica de formación.

Igualmente, la formación de los niños y los jóvenes de acuerdo con los valores cívicos y éticos es la mejor manera para que interioricen el trato igualitario y democrático entre hombres y mujeres, así como el respeto a la diversidad social, económica, política, étnica y religiosa, para que con ello se encare de la mejor manera, no sin antes prevenir, los problemas que como sociedad moderna enfrentamos como son la drogadicción, la violencia, la inequidad, el deterioro ambiental y la pobreza. Por ello la exigencia de una educación de calidad, de una formación docente continua y evolutiva ha de ser más radical y urgente. Donde la escuela sea una oportunidad de prepararse para un mejor futuro y que se disminuya en gran medida el vínculo que liga la pobreza con la discriminación, la marginación y la ignorancia.

En esta sociedad del conocimiento, en esta sociedad de la información; la competitividad de cada uno de los países depende, en buena medida, de la fortaleza de sus sistemas educativos, de la formación permanente de sus maestros y de su capacidad de generar y aplicar nuevos conocimientos; porque México debe hacer de la educación en lo general, y en particular, de la actualización permanente de los actores del quehacer docente, los puntales de su mejora en la calidad educativa que tanto ha buscado con una y otra reforma.

Para dar otra respuesta a la cuestión inicial habrá que determinar la idea de formación y más que formación del individuo, una idea de formación docente que “lejos de limitarse a lo profesional, la formación invade todos los dominios: uno se forma en múltiples actividades de esparcimiento, uno se forma como consumidor, como inquilino, como padre, como compañero sexual. Uno se forma en todos los niveles de responsabilidad, y a ser posible de forma permanente, desde la primera infancia hasta la última etapa de la tercera edad" Y es aquí, de la formación de personas, donde surge la formación de los enseñantes, de esta problemática general, de esa problemática que se desarrolló a partir de las experiencias de movimientos juveniles, de la problemática de la formación de adultos utilizada para tareas de dirección y de organización. De aquí es donde nace la preocupación del análisis de la formación del docente.

Por otra parte, la formación docente iniciada en las instituciones formadoras ha recurrido específicamente a enseñantes para asegurar una actualización permanente por medio de conferencias y cursos de especialidad. Pero para realizar un análisis en este trayecto de la formación y su movilidad evolutiva habrá que transitar por los diferentes modelos que emanan de la necesidad de una redefinición de los objetivos de formación, de la necesidad de articular formación inicial con formación continua, de la premura por ampliar la formación pedagógica a una formación profesional que contemple aspectos de nuevas relaciones didácticas colaborativas e institucionales. Porque

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