Fragmento tomado del texto Ética, Moral y psicoanálisis de Anthony Sampson
Enviado por Sara Mora • 29 de Marzo de 2017 • Resumen • 1.021 Palabras (5 Páginas) • 255 Visitas
Fragmento tomado del texto Ética, Moral y psicoanálisis de Anthony Sampson, publicado en la Revista Colombiana de Psicología Nº 7,
[...] Examinemos de qué modo puede distinguirse la moral de la ética, si se acepta que la primera una es el terreno de predilección del yo y la segunda el campo en el que el sujeto puede advenir. Postulamos que la moral, bajo la forma en que se la considere, consiste esencialmente en un código - por cierto, no necesariamente escrito ni compendiado como tal -, un conjunto de reglas coercitivas que estipulan cuál debe ser el comportamiento del individuo y cuáles son las obligaciones y deberes que debe asumir en el curso de su vida. La moral, por eso mismo, presupone que la materia humana no sólo es moldeable sino que ha de ser moldeada, que debe ser moldeada, incluso que tiene que ser moldeada. La moral presupone siempre una "naturaleza humana", de una condición tal, que debe ser vigilada constantemente. Por eso, su artículo fundamental declara que, si no fuese por un código que lo constriñe y lo dirige, el ser humano, dejado a sí mismo, inevitablemente sería' llevado a niveles infrahumanos de degradación y de animalización. En resumidas cuentas, el ser humano debe ser gobernado en su propio bien, porque, de otro modo, perdería el buen camino.
La moral, entonces, dicta normas, legisla, establece pautas y vigila para que sean cumplidas por el ser débil y proclive al error que es el ser humano. La moral está impregnada de un espíritu de combate, de lucha contra un enemigo - reconocido como poderoso - pero intrínsecamente inferior, al operar a niveles por debajo de la razón. Pues, la moral, aunque se admite que, comparativamente hablando, no posee la fuerza inmediata y animal de las tendencias contra las cuales lucha, al aliarse con la razón, al volverse discursiva, incluso al convertirse en una razón, se dota del instrumento poderoso que le permite, así, alcanzar la victoria.
Dicho en otros términos, entre el hombre y la moral se instaura una relación tensa, inestable y conflictiva. Es una relación de discordancia que impone al hombre un esfuerzo, un ideal, una exigencia de renuncia, de auto-control y de auto-superación. La moral es contraria a la naturaleza del hombre: le es impuesta a éste durante su crianza y educación y requiere de un número importante de autorestricciones y de sacrificios hasta que se torna un hábito incoercible". La moral es una tutela que se ejerce sobre un ser que, por naturaleza, es un menor de edad; un ser relativamente incompetente quien debe remitirse a la dirección y consejo de otro de edad mayor (un otro real o virtual: el del código), y de razón supuestamente ya serena y libre de las tentaciones a las que se halla sometido aún el individuo que de él depende.
La ética, en cambio, en oposición a la moral, no posee ni postula un código que reglamente los comportamientos y las acciones humanas. Se distingue y se diferencia de la moral al no operar a partir de mandamiento externo alguno, ni divino ni humano; no posee ninguna autoridad fundada en una escritura santa, una revelación, o una sabiduría penosamente adquirida en una larga vida de abstinencia y de auto-mortificación. Precisamente, la ética implica y exige que el individuo sea mayor de edad, De allí que cancele, por completo, todo recurso a una fuente externa y ajena al individuo, de quien éste dependería y a la cual podría remitirse para las decisiones difíciles en la vida. Conlleva una cierta relación consigo mismo que no es equivalente ni reductible al mandamiento interiorizado: el fenómeno que consiste en que el individuo se convierte en su propio fiscal y juez, contínuamente examinándose para ver si ha cumplido cabalmente, y con el rigor necesario, todo lo que el código exige y preconiza.
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