Giroux Y Freire

“Giroux sabe muy bien que estar en el mundo y con el mundo significa experimentar continuamente la dialéctica entre subjetividad y objetividad. También sabe que una de las cosas más difíciles es vivir en el mundo sin caer en la tentación de subestimar la subjetividad en detrimento de la primera. Su pasión, y la mía propia, no es ni el idealismo subjetivo ni el objetivismo mecanicista, sino la inmersión crítica en la historia. Esa es la razón de ser de la pedagogía critica que él propone”.

Paulo Freire, habla en esta crítica de una continua dialéctica entre la subjetividad y la objetividad para estar en y con el mundo. Considero que esta dialéctica, se experimenta constantemente, y que es sumamente difícil poder mantenerla en equilibrio, sin subestimar a la subjetividad en detrimento de la objetividad o a esta última en detrimento de la primera. Este desequilibrio lo podemos observar diariamente en muchos educadores. Algunos de ellos, privilegian el objetivismo, despreciando al subjetivismo y cayendo en un objetivismo mecanicista, basado en la simple transmisión de contenidos. Otros, se vuelven meramente subjetivos, cayendo en un idealismo subjetivo, en donde solo transmiten a los educandos aquello que consideran necesario, importante, para insertarse en la sociedad. Solo muestran la opción que ellos consideran, no permiten a los educandos elegir. Giroux, al igual que Freire, consideran que el educador debe ponerse en el papel de un intelectual transformativo. Innegablemente, en el proceso de enseñanza influyen muchos aspectos subjetivos, que tienen que ver con la socialización primaria y el capital cultural que posee cada uno. El educador debe ser consciente de esto y por ello intentar comprender a los distintos educandos, que poseen una socialización primaria y un bagaje cultural diferente. En este sentido, van a influir tales aspectos subjetivos, que van a llevar al profesor a elegir entre determinadas metodologías didácticas, modos de evaluar y textos con los que trabajar. Sin embargo, la educación debe ser objetiva. El educador, no debe detenerse solo en aquello que él considera necesario. Como intelectual transformativo debe presentar a los alumnos las distintas opciones, para que ellos puedan optar. Y para lograr esto debe ser reflexivo de su propia práctica. La pedagogía crítica busca formar personas con ideas, ciudadanos activos que son capaces de reflexionar críticamente sobre la realidad, para comprenderla y transformarla, en caso de que así lo consideren. Ciudadanos capaces de reflexionar sobre sus acciones y hacerse responsables de ellas.

Por ello es tan importante la dialéctica entre la subjetividad y la objetividad. Y por ello es tan importante que los educadores asuman el papel de intelectuales transformativos, que pongan todo su empeño en potenciar a los alumnos de forma que estos puedan interpretar críticamente el mundo, y si fuera necesario, cambiarlo. Y por ello

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