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Globalizacion


Enviado por   •  8 de Diciembre de 2013  •  1.821 Palabras (8 Páginas)  •  323 Visitas

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CONTRIBUYENTES VIRTUALES

Con la demolicíón pacífica del muro de Berlín y el colapso del imperio

soviético fueron muchos los que creyeron que había sonado el final de la política y

nacía una época situada más allá del socialismo y el capitalismo, de la utopía y la

emancipación. Pero, en los últimos años, estos defenestradores de lo político han

bajado bastante el tono de su voz. En efecto, el término «globalización>,

actualmente omnipresente en toda manifestación pública, no apunta

precisamente al final de la política, sino simplemente a una salida de lo político

del marco categorial del Estado nacional y del sistema de roles al uso de eso que

se ha dado en llamar el quehacer «político> y «no-político>. En efecto,

independientemente de lo que pueda apuntar, en cuanto al contenido, la nueva

retórica de la globalización (de la economía, de los mercados, de la competencia por un puesto de trabajo, de la producción, de la prestación de servicios y las

distintas corrientes en el ámbito de las finanzas, de la información y de la vida en

general), saltan a la vista de manera puntual las importantes consecuencias

políticas de la escenificación del riesgo de globalización económica: es posible que

instituciones industriales que parecían completamente cerradas a la configuración

política «estallen> y se abran al discurso político. Los presupuestos del Estado

asistencial y del sistema de pensiones, de la ayuda social y de la política

municipal de infraestructuras, así como el poder organizado de los sindicatos, el

superelaborado sistema de negociación de la autonomía salarial, el gasto público,

el sistema impositivo y la «justicia impositiva>, todo ello se disuelve y resuelve,

bajo el sol del desierto de la globalización, en una (exigencia de) configurabilidad

política. Todos los actores sociales deben reaccionar y dar una respuesta concreta

en este ámbito, donde curiosamente las respuestas no siguen ya el viejo

esquema derecha-izquierda de la práctica política.

¿Se puede decir que lo que fue la lucha de clases en el siglo XIX para el

movimiento obrero es la cuestión de la globalización en el umbral del siglo XX

para las empresas que operan a nivel transnacional? (Con la diferencia, por

cierto esencial, de que el movimiento obrero actuaba como un contrapoder,

mientras que las empresas globales están actuando hasta la fecha sin tener

ningún contrapoder -transnacional- enfrente.)

¿Por qué la globalización significa politización? Porque la puesta en escena

de la globalización permite a los empresarios, y sus asociados, reconquistar y

volver a disponer del poder negociador política y socialmente domesticado del

capitalismo democráticamente organizado. La globalización posibilita eso que sin

duda estuvo siempre presente en el capitalismo, pero que se mantuvo en estado

larvado durante la fase de su domesticación por la sociedad estatal y

democrática: que los empresarios, sobre todo los que se mueven a nivel

planetario, puedan desempeñar un papel clave en la configuración no sólo de la

economía, sino también de la sociedad en su conjunto, aun cuando «sólo> fuera por el poder que tienen para privar a la sociedad de sus recursos materiales

(capital, impuestos, puestos de trabajo).

La economía que actúa a nivel mundial socava los cimientos de las

economías nacionales y de los Estados nacionales, lo cual desencadena a su vez

una subpolitización de alcance completamente nuevo y de consecuencias

imprevisibles. Se trata de que, en este nuevo «asalto>, el viejo enemigo

«trabajo> se está viendo relegado a la vía muerta de la historia, pero también,

fundamentalmente, de que «se está dando la jubilación>, por así decir, al

«capitalismo general ideal>, como llamara Marx al Estado; se trata, en

definitiva, de la liberación respecto de los corsés del trabajo y el Estado tal y

como han existido en los siglos XIX y XX.

<Todo lo que es estamental y tradicional, y está anquilosado y encallecido,

se está evaporando>, había pregonado Marx en su Manifiesto comunista de

manera bastante tajante con referencia al potencial revolucionario del capital. Lo <estamental> era entonces la organización social-estatal y sindical del trabajo,

y <lo anquilosado y encallecido> eran las ventajas burocráticas y el

esquilmamiento del pueblo por parte del Estado (nacional). Vemos, así, cómo las

nuevas dimensiones de la <política imperativa y realista> de la globalización se

asientan sobre unos fundamentos caracterizados por su efectividad y elegancia.

Por lo tanto, como se oye decir por doquier, no es la política particular de los

empresarios, sino la <globalización> la que parece forzar esta serie de medidas

perentorias y radicales. Por lo demás, según las <leyes> del mercado global,

hay que buscar no-A para obtener A; como, por ejemplo, eliminar o

<secuestrar> puestos de trabajo para asegurar puestos de trabajo en un

determinado lugar. Precisamente porque el trabajo se puede y debe reducir o

rarificarse para incrementar los beneficios, la política actual se trasmuta

subrepticiamente en su contrarío. Todo el que fomenta el crecimiento económico

acaba generando desempleo; y todo el que rebaja drásticamente los impuestos

para que aumenten las posibilidades de beneficios genera posiblemente también

desempleo. Las paradojas políticas y sociales de una economía transnacional,

que con la <eliminación de las trabas a la inversión> (es decir, con la

eliminación de la normativa ecológica, sindical, asistencial y fiscal) debe ser

mimada y premiada para que destruya cada vez más trabajo y de este modo se

incrementen cada vez más la producción y los beneficios, deben quedar no

obstante científicamente evidenciadas y políticamente reforzadas.

Lo cual quiere decir lo siguiente: la puesta en escena de la globalización

como factor amenazador, es decir, la política de la globalización, no pretende

solamente eliminar las trabas de los sindicatos, sino también las del Estado

nacional; con otras palabras, pretende restar poder a la política

estatal-nacional. La retórica de los representantes económicos más importantes

en contra de la política social estatal

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