Gramsci y la educación
Enviado por polilla9 • 22 de Abril de 2015 • Tesis • 1.046 Palabras (5 Páginas) • 243 Visitas
Instituto Superior de Ciencias de la Educación del Estado de México
Seminario: Teoría Educativa y Formación
Profesor: Dr. Teodoro Fernández Contreras
Alumno: Joaquín Ortiz Posadas
Antonio Gramsci
Intelectual y activista político italiano, fundador del Partido Comunista (Ales, Cerdeña, 1891 - Roma, 1937). Gracias al apoyo de su hermano y a su capacidad intelectual superó las dificultades producidas por su deformidad física (era jorobado) y por la pobreza de su familia (desde que su padre fuera encarcelado, acusado de malversación de fondos). Estudió en la Universidad de Turín, donde recibió la influencia intelectual de Croce y de los socialistas.
Gramsci y la educación
I. Introducción
Antonio Gramsci no fue de ningún modo especialista en temas de educación, y su formación
universitaria transcurrió por otros terrenos. Sin embargo, como dirigente político y como intérprete
del materialismo histórico en clave de “filosofía de la praxis”, abordó permanentemente el tema de la
pedagogía, tanto en su actividad pública, hasta 1926, como en la escritura de los “Cuadernos de la
Cárcel”, o, de manera más cotidiana, en relación con la educación de sus hijos, en la
correspondencia escrita desde la prisión.
II. La hegemonía como la relación educativa
En un pasaje de los Cuadernos de la Cárcel, comentando lo que se llama la “fórmula de Guicciardini”
acerca de que para la vida de un Estado son necesarias dos cosas: “las armas y la religión”,
Gramsci retraduce esa bipolaridad en otras, más generales: fuerza y consenso; coerción y
persuasión; Estado e Iglesia; sociedad política y sociedad civil; política y moral; derecho y libertad;
orden y disciplina; violencia y engaño. En Estado es esa combinación, “todo el complejo de
actividades prácticas y teóricas con las cuales la clase dirigente no sólo justifica y mantiene su
dominio sino también logra obtener el consenso activo de los gobernados”. O como dirá en una
La constitución de la hegemonía implica, por lo tanto, una relación pedagógica por parte de cada uno
de los contendientes históricos: tanto quienes ejercen la dominación como quienes procuran
subvertirla.
famosa carta fechada el 9 de septiembre de 1931 cuando aclara que ha arribado a una nueva
determinación del concepto de Estado, el que no debe ser considerado como una sociedad política,
dictadura o aparato coercitivo sino “como equilibrio de la sociedad política con la sociedad civil (o
hegemonía de un grupo social sobre la sociedad nacional entera, ejercida a través de las
organizaciones llamadas privadas, como la iglesia, los sindicatos, las escuelas, etc.)”.
Es a partir de esta concepción ampliada del Estado que Gramsci coloca al concepto de hegemonía
como el eje central para su visión analítica y práctica de la política.
Para Gramsci, los intelectuales
no constituyen un grupo social autónomo sino que “cada grupo social naciendo en el terreno
originario de una función esencial del muerdo de la producción económica, crea conjunta y
orgánicamente uno o más rangos de intelectuales que le dan homogeneidad y conciencia de la
propia función, no sólo en el campo económico sino también el social y el político”.
En este sentido, si bien todos los hombres son intelectuales, no todos tienen en la sociedad la
función de intelectuales. No se puede separar al homo faber del homo sapiens; no tiene sentido
hablar de los no-intelectuales, pero cuando se distingue entre estos y los intelectuales se hace
referencia a una función social que éstos cumplen como “especialistas”. Las características de esta
función cambian con los tiempos:
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