Guerra de los Balcanes.

LA GUERRA INTERÉTNICA DE LOS BALCANES.

Los nuevos estados de Bulgaria, Montenegro y Servía ansiaban aumentar sus territorios a costa de las posesiones turcas en Europa. Por todo ello desde 1910 hasta 1912 los países Eslavos mantuvieron una serie de conversaciones para repartirse los territorios de Macedonia que estaban en posesión del Imperio Otomano. La única opción para conseguirlos sería entrar en guerra.

De esta manera el 13 de marzo de 1912, Serbia y Bulgaria firmaron una alianza en la que se dividieron la totalidad de la zona Macedonia.

Por otro lado, griegos y búlgaros firmaron una alianza en Sofía, que tardó en rubricarse más de tres meses (entre mayo y septiembre de 1912), en este caso no delimitaba las posesiones territoriales de ambos países en caso de victoria en la guerra, hecho que posteriormente trajo serios problemas.

Para finalizar esta serie de alianzas, Montenegro también firmó un acuerdo con los búlgaros en la capital nacional a finales de agosto de 1912; en esta alianza se estipulaba que los montenegrinos serían los que desencadenarán la guerra contra los turcos a modo de señuelo.

Al mes siguiente, el 25 de septiembre de 1912 la recién formada liga balcánica liderada por Bulgaría, declaraba la guerra al Imperio Otomano con la intención de conquistar los territorios que estos poseían en la zona de los Balcanes y así expulsarlos definitivamente del continente europeo.

En los primeros días del conflicto la superioridad numérica de las fuerzas militares Eslavas era abrumadora. La liga Balcánica contaba con más de 680 mil hombres por los casi 300 mil del enemigo (algo crucial para el desarrollo de la guerra).

Durante el mes de octubre el ejército búlgaro avanzaba con la intención de llegar hasta Estambul, mientras los Serbios les apoyaban con varios regimientos de infantería en distintas áreas.

A principios del mes siguiente los griegos ocuparon la ciudad de Salónica donde los búlgaros llegaron el 9 de noviembre de 1912.

En Macedonia, objetivo principal de la liga balcánica, los serbios ocuparon poblaciones más allá de la línea de expansión máxima que unos meses antes habían acordado con Bulgaria en la alianza precedente del conflicto.

El 17 de diciembre de 1912 se iniciaron las negociaciones entre los implicados en la guerra y más de 6 meses después, el 30 de mayo de 1913, se firmó el tratado de Londres en donde se ponía fin a una guerra en la que los países de la liga Balcánica se proclamaron ganadores. Dejando como consecuencia que el Imperio Otomano perdiera todas sus posesiones territoriales en Europa a excepción de Estambul y se instauró el estado independiente de Albania.

La guerra fue mucho mas cruel con los búlgaros que con el resto de naciones balcánicas, sin embargo fue el país que menos zonas anexo a sus fronteras aunque sí logró poseer un puerto en el Mediterráneo.

El final de la guerra en mayo de 1913, no traería la paz a la zona balcánica aún, pues el reparto de los territorios turcos conquistados no pareció agradar a ninguno de los vencedores.

Y esto dio inicio a un nuevo conflicto bélico para el establecimiento de las fronteras en la zona balcánica.

Por otro lado incluso antes de la firma del tratado de Londres los altos cargos griegos y servios establecieron en un pacto secreto, a espalda de los búlgaros, una alianza preventiva, pues veían muy posible la situación que se daría posteriormente.

Además los serbios querían conseguir una salida de emergencia al mar.

La ofensiva búlgara el 4 de junio de 1913 concluyó en la proclamación de guerra por parte de los antiguos integrantes de la liga balcánica.

La entrada de conflicto de Rumanía primero y del Imperio Otomano más tarde favorecieron la derrota búlgara 33 días después.

Tras la firma del tratado de Bucarest el 10 de agosto de 1913, la organización territorial de los vencedores volvió a cambiar, incluidas las fronteras del estado de Albania. De igual manera el Imperio Turco 2 meses después de ser derrotado en la primera contienda obtuvo varias localizaciones que anteriormente se habían perdido.

Aunque los conflictos entre las naciones que ocupaban la zona de los Balcanes se habían terminado, La Paz en Europa no se mantendría más de un año. El clima de tensión y disputa territorial que aún se vivía había generado en las grandes potencias europeas una gran preocupación.

Finalmente el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria en Sarajevo a manos de un nacionalista Serbio fue el detonante que propició el comienzo de la Primera Guerra Mundial el 28 de julio de 1914.

Al concluir la guerra en noviembre de 1918, los territorios balcánicos fueron unificados en una única nación denominada Reyna de los Serbios, Croatas

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