HISTORIA DEL ZODÍACO Y ORIGEN DE LOS SIGNOS

El gran círculo del Zodíaco fue una invención de los astrónomos primitivos que originalmente servía para medir el tiempo. El Sol tarda 365 días en dar una vuelta completa al círculo, la eclíptica. Y por esta razón los astrónomos de Babilonia, Egipto y China llegaron de forma independiente a la idea de dividir el círculo en 360 grados, que naturalmente caían dentro de doce secciones de treinta grados cada una.

La creación de los doce signos del Zodiaco tal y como los conocemos en la actualidad está envuelta en el misterio. La mayor parte de ellos tienen muy poco que ver con el dibujo que forman las estrellas dentro de la eclíptica; sería realmente difícil que al mirar las estrellas que forman la constelación de Tauro a uno se le ocurriera que dibujan la forma de un toro, por ejemplo, aunque en algún otro caso parece haber cierta similitud entre la forma de la constelación y su símbolo. En otros casos pueden haber existido diferentes razones para inventar el símbolo: por ejemplo, cuando la Luna estaba llena en Virgo, los babilonios podían suponer que el trigo estaba maduro y Virgo es, desde luego, el símbolo de la joven llegando a su plenitud.

En cualquier caso, los signos se reunieron en un Zodiaco hacia el año 1000 a. C. Hubo un Zodiaco Babilónico de 18 signos que se mantuvo entre los siglos VI y III a. C. en Egipto y el siglo V a. C. en Babilonia.

No todos los signos proceden de¡ mismo lugar; Al principio se creyó que todos eran babilonios, pero ahora se sabe que algunos se crearon en Egipto. Aunque no es posible estar seguro de su exactitud histórica, las investigaciones eruditas parecen sugerir los orígenes que damos a continuación para los doce signos del Zodiaco. Desde tiempo inmemorial, los astrólogos han asociado ciertos colores, piedras preciosas, animales y plantas con los diferentes signos del Zodiaco. A veces, la asociación es evidente; en otros casos parece estar basada simplemente en una decisión arbitraria y es causa de desacuerdo entre los astrólogos.

Los antiguos astrólogos griegos, por ejemplo, atribuyeron las siguientes plantas a los signos: Aries, salvia y milenrama; Tauro, verbena y trébol; Géminis, verbena y gladiolo silvestre; Cáncer, consuelda y mandrágora; Leo, ciclamen; Virgo, calamento; Libra, aliaga, aguja; Escorpio, finogiosa; Sagitario, pimpinela; Capricornio, acedera e hipérico (¡que pensaban que olía a cabra!); Acuario, hinojo, ranúnculo, polígonio; Piscis, serpentaria.

También asociaron el asfodelo, el heliotropo blanco y la siempreviva a Saturno, agimonia a Júpiter, la juncia, el ervato y el Petasites hibridus a Marte, la achicoria con el Sol; verbena, rosa blanca y culandrillo a Venus; verbasco y consuelda roja a Mercurio y peonia y helenio a la Luna.

El primer matrimonio entre piedras preciosas y signos aparece en dos pasajes de la Biblia (Exodo XXVIII, 17-20 y XXXIX,

...