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Hada Sin Alas


Enviado por   •  28 de Noviembre de 2012  •  582 Palabras (3 Páginas)  •  581 Visitas

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ADALINA, EL HADA SIN ALAS

Adalina no era un hada normal. Nadie sabía por qué, pero no tenía alas. Y eso que era la princesa, hija de la Gran Reina de las Hadas. Como era tan pequeña como una flor, todo eran problemas y dificultades. No sólo no podía volar, sino que apenas tenía poderes mágicos, pues la magia de las hadas se esconde en sus delicadas alas de cristal. Así que desde muy pequeña dependió de la ayuda de los demás para muchísimas cosas. Adalina creció dando las gracias, sonriendo y haciendo amigos, de forma que todos los animalillos del bosque estaban encantados de ayudarla.

Pero cuando cumplió la edad en que debía convertirse en reina, muchas hadas dudaron que pudiera ser una buena reina con tal discapacidad. Tanto protestaron y discutieron, que Adalina tuvo que aceptar someterse a una prueba en la que tendría que demostrar a todos las maravillas que podía hacer.

ADALINA: -La pequeña hada se entristeció muchísimo.- ¿Qué puedo hacer hacer, si apenas soy mágica y ni siquiera puedo llegar muy lejos con mis cortas piernitas? Como podría sorprender al resto de las hadas – sentada sobre una piedra junto al rio

NARRADOR: Un conejito que andaba por ahí escucho lo que la pequeña hada se preguntaba.

CONEJO: pobre adalina… voy a llamar a mi amiga la tortuga para ayudarla

NARRADOR: El conejito velozmente fue buscar la tortuga quien estaba echada bajo la sombre de un gran árbol

CONEJO: ¡tortuga! ¡Totuguita! ¡Tortugota! Ahí estas. Hola señora tortuga ¡levántate! ¡Levántate! tenemos que ayudar a adalina.

TORTUGA: ¡ voy corriiiiiieeeendo!

NARRADOR: después de esperar, esperar y esperar al fin la tortuga y el conejito llegaron a donde estaba adalina.

ADALINA - Muchas gracias, amiguitos. Me siento mucho mejor con todos vosotros a mi lado- dijo con la más dulce de sus sonrisas- pero no sé si podréis ayudarme.

ARDILLA- ¡Claro que sí! - respondió la ardilla- Dinos, ¿qué harías para sorprender a esas hadas tontorronas?

ADALINA - Ufff.... si pudiera, me encantaría atrapar el primer rayo de sol, antes de que tocara la tierra, y guardarlo en una gota de rocío, para que cuando hiciera falta, sirviera de linterna a todos los habitantes del bosque. O... también me encantaría pintar en el cielo un arco iris durante la noche, bajo la pálida luz de la luna, para que los seres nocturnos pudieran contemplar su belleza... Pero como no tengo magia ni alas donde guardarla...

TORTUGA- ¡Pues la tendrás guardada en otro sitio! ¡Mira! -gritó ilusionada una vieja tortuga que volaba por los aires dejando un rastro de color verde a su paso.

Era verdad. Al hablar Adalina de sus deseos más profundos, una ola de magia había invadido a sus amiguitos, que salieron volando por los aires para crear el mágico arco iris, y para atrapar no uno, sino cientos de rayos de sol en finas

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