Un Angel Sin Alas
Enviado por SYLVANAPALMERO • 5 de Marzo de 2014 • 2.230 Palabras (9 Páginas) • 271 Visitas
Este cuento nos relata la vida y muerte inesperada de Angel, un joven de 26 años que tenia toda una vida por delante, llena de talento y prosperidad.
Los inesperados y misteriosos acontecimientos que vamos a leer tras su muerte, nos harán reflexionar y pensar en ¿Qué es lo que nosotros realmente queremos en la vida? ¿Cómo podemos saber, si nuestras acciones, buenas o malas, tienen consecuencias desastrosas? O simplemente, queremos vivir el momento que nos ofrece la vida en este mismo instante.
Esta es la historia de Angel y dejaremos que él mismo nos la relate, un verdadero “Angel sin Alas”.
Hoy les contaré la historia de mi muerte, más que la historia de cómo fue mi vida. Yo tenía 26 años y nos es por nada, pero la verdad es que era todo un galán, alto de 1.70 , cabello castaño, ojo verde, blanco como las pompas de un bebé, delgado pero no ñango eh!, sino de cuerpo atlético, pues me gustaba ir a correr todas las mañas, aún cuando estuviera lloviendo, esos eran los días que más me gustaban por que podía correr, correr y correr, sin tanta gente a mi lado y sentía la lluvia caer en mi rostro lleno sudor, respirar muy profundo y tranquilo, sentir cómo mi pecho se llenaba de aire fresco de las mañanas, podía escuchar el latido de mi corazón y de cómo se agitaba a cada paso que daba, sí, en verdad eso me llenaba de vida; pero ahora, solo me queda el recuerdo de esos días lluviosos.
El día de mi muerte fue un viernes por la tarde, a las 7:30 para ser exactos, ese día salí del trabajo muy de prisa, pues como todo buen mexicano, quería ver el partido de la Selección Mexicana contra Selección de Francia que se transmitiría a las 7:45, y como ya era costumbre, había planeado verlo con mis amigos de la colonia, ya saben con chelas y una gran botana para comenzar, la noche pintaba de maravilla, yo sólo tenía que correr en mi auto a unos 20 minutos del trabajo al departamento de mi amigo Pablo, estaba listo, llevaba mi playera oficial debajo de la camisa, recién comprada, que por cierto, ¡Me costó un dineral! ¡Casi toda mi quincena!, pero bien valía la pena darme un lujo de vez en cuando no lo creen? Lo que no sabía, es que esos serían los últimos minutos de mi vida.
A unas calles antes de cruzar un semáforo en preventiva, decidí acelerar, pensé que podía pasar sin ningún problema, pero un chamaco mocoso, que venia en su auto a gran velocidad y en estado de ebriedad, o sea borrachín, chocó con mi auto. Por un momento, no supe nada, no sentía dolor, ni nada de nada y cuando desperté, me sentía diferente, no era yo mismo, ¡aunque sabía que era si yo mismo! Pero no me sentía igual, escuchaba voces lejanas y veía correr enfermeras de un lado a otro, en eso les pregunté, ¿por que no me atienden? ¿Es que acaso no tengo lesiones? ¿Ya me puedo ir? ¡Mis amigos me están esperando! pero nadie me hizo caso, en ese momento me levante y hable más fuerte ¿no me escuchan? ¡Les estoy hablando! Mire a mi alrededor y pude ver mi cuerpo tendido en la camilla, todo mallugado y ensangrentado, también pude ver que las enfermeras y doctores corrían para atender al escuincle baboso que chocó conmigo, era un hecho, yo ya había colgado los tenis, ¡pero no lo podía creer!, ¡solo tenía 26 años y todavía no pasaba mis mejores momentos con las nenas y todo eso! Yo solo quería ver un partido más con mis amigos.
Caminé hasta mi casa, bueno al menos creí haber caminado, ó ¿a caso volaría sin darme cuenta?, en la sala estaba mi papá con su nueva esposa y las niñas de mi madrastra, jugando con las barajas y tratando de hacer un castillo con ellas, los mire y dije ¡Qué estupidez! ¡Ellos muy contentos y yo atravesado en el limbo, pasando a mejor vida! Subí a mi cuarto y me tiré en la cama. A la mañana siguiente desperté y pensé que tal vez todo había sido un mal sueño, me miré en el espejo, pero mi hermoso rostro no apareció, una de las cosas que no entendía era ¿si ya estoy muerto, por qué sigo aquí? ¿No se supone que tenía que ver la famosa luz o algo así?
En ese momento, escuche que alguien me decía: ¡Por que tienes asuntos pendientes! Y yo dije: a chin.. ¿Será que todavía tengo conciencia y me esta hablando? Además yo no tengo ningún asunto pendiente, haber… déjame pensar… terminé mi reporte en el trabajo… mis amigos deben estar pensando que me fui con unas nenas y los corte… ¿y mi papá? pues ya lo superará con su nueva esposita.
¡No! ¡No tengo asuntos pendientes! En ese momento, se apareció de la nada una “Angel”, ¡Sí! ¡Un ángel con todo y alas!
- ¡Que onda Bro! ¿Y tu quién eres? ¿Eres el de la vocecita? – Angel tomó una de las alas del ángel - ¿Oye, y esas alas son de verdad?
- ¡Cuidado con eso! ¡Que me acabo de cepillar! – contestó el ángel alado - ¡No son plumas normales, debemos cuidarlas eh!
- ¡Ui, que delicadito! ¡Hay sí, me acabo de cepillar!
- ¡Y sí, tienes un asunto pendiente!
- ¿Pero cual es ese asunto, según tú?
- ¿Recuerdas al chico que estrello su auto contra el tuyo?
- ¿Y cómo olvidarlo? ¿Si por eso estoy aquí no? ¡Atravesado en la nada y platicando un Angel presumido!
- ¡No soy presumido!
- ¡Si lo eres, presumido y delicadito mmm! ¡Oye, no serás un Angel del otro bando verdad?
- ¿Del otro bando?
- ¡Si, ya sabes! ¡Mariposón!
- ¿Mariposón?
- ¡Sí, mariposón, puñal, jotón… o Gay! ¡Como los quieras llamar!
- ¡Ah! ¿Gay? ¿Homosexual?
- ¡Pues sí, eso dije!
- No, no soy Gay, solo soy muy cuidadoso con mis alas.
- ¿Oye y cuando me van a dar a mi las mías?
- Cuando termines con tu asunto pendiente
- ¡Y otra vez con el mismo cuento!
- ¿Cuál cuento?
- ¡Osh! ¡Olvida lo que dije!
- ¡Ya deja de quitarme el tiempo, que tengo otras visitas que hacer y ya estoy retrasado! El joven que se accidentó la misma noche que tú, necesita de tu ayuda, para superar tu muerte y…
- ¡Mira nada más, solo eso me faltaba! ¡Que yo tenga que ir a consolar al que me mato no! ¡Pues eso no se va a poder, yo tenía una vida y el me la quitó por estar borracho!
- ¡Pues te guste o no, vas a tener que ayudarlo, por que si no, no tendrás tus alas y te quedaras aquí con los vivos, sin que nadie te haga caso! Tendrás que resolverlo, por que solo así, tendrás unas estupendas alas como las mías. Él se llama Juan y entre más tiempo tardes, más tiempo estarás aquí abajo, eso es todo adiós.
- ¡Oye, espera!
El Angel desapareció, así como
...