Hamlet como crítica a una realidad social

Hamlet como crítica a una realidad social

1.

“To be or not to be” es la representación de la lucha interna por la que atraviesa Hamlet en el camino, donde debe decidir si debe vengar la muerte de su padre o terminar con su propia vida. Vivir o morir, es ese el dilema por el que pasa el personaje principal y es el dilema que todo ser humano experimenta a través de su vida. La pregunta responde a una profunda reflexión acerca de la esencia del ser humano, su existencia y su razón. Pertenece a la lucha de la razón contra el temor, expresado por Shakespeare de la siguiente manera: “Se es a la luz de la razón más digno sufrir los golpes y punzantes dardos de suerte horrenda o terminar la lucha en guerra contra el piélago de males”. El personaje principal, en su monólogo revela la intención de terminar con su vida, lo único que lo detiene es el miedo, miedo a lo incierto, a lo desconocido; La lucha interna de Hamlet le permite en su soliloquio hacer un símil entre la muerte y el sueño, y el sufrimiento y la paz, sin embargo, aclara la inacción que conlleva la muerte y lo poco conveniente que sería la misma para sus propósitos (vengar la muerte de su padre).

La apología a la muerte como fin del sufrimiento, fundamenta el deseo de morir, sin embargo es la moral y el desconocimiento del más allá lo que evita que cualquier ser humano se suicide ante una situación complicada. El miedo a un castigo de un ser supremo tras la muerte se antepone a cualquier sufrimiento en la tierra.  

2.

 “Cuantas veces con el semblante de la devoción y la apariencia de acciones piadosas engañamos al diablo mismo” (SHAKESPEARE, 1514)^[1]. Por el contexto histórico de la obra se sabe que está tiene cierto carácter religioso y sobre todo moral cristiano. El príncipe Hamlet debe luchar en contra de sus ideales por complacer el deseo de su padre. Sobre sus principios cristianos debe imponer los deseos de su padre, aun sabiendo que esto lo llevará a una condena segura. Esta posición explica por qué Hamlet no acaba prontamente con la vida de Claudius, siendo que con esta se podrían haber evitado algunas otras muertes. En la obra se reconoce el peso que tienen las acciones de venganza para un Dios, incluso cuando estas puedan ser consideradas “justas”. Desde el carácter religioso la prioridad es Dios y la familia, sin embargo, cuando es un familiar quien asesina, se crea un dilema moral, teniendo en cuenta que es la voluntad de Dios quien controla la vida de los personajes.

La influencia religiosa de la obra se resalta con la muerte dudosa de Ofelia, y la oposición a realizar un entierro digno. Toda esta situación se remonta a la concepción católica del suicido y la deshonra que representa el mismo. La vivencia de la religión en la obra no solo representa un estilo de vida, sino que narra en general el desarrollo de una época de la historia; narra la fuerza que tenía la iglesia sobre las decisiones de las personas y la ley.  Esta obra es en sí misma una protesta al desarrollo social de la época, pues muestra situaciones que no eran moralmente aceptadas en ese momento, como el incesto, el sexo, la venganza y el asesinato. Incluso podría ser considerada como una de las primeras y más contundentes obras protestantes de la época.

3.

La obra gira entorno a la muerte del Rey y la aparición de su espíritu con el deseo de que sea vengada su muerte. La venganza juega un roll de alta importancia dado que el enemigo no es un desconocido sino es el tío del protagonista, Rey y compañero sentimental de Gertrudis. Allí viene a jugar un roll importante la moral y la relación filial, pues se ven involucrados sentimientos y pasiones.

En la obra se refleja la esencia más pura del ser humano; La traición, la venganza y la búsqueda del poder, son solo algunas de las cualidades que la obra enseña como representación de la realidad. Desde la locura y la ambición, se ve cómo el ser humano es capaz de interponerse en la vida de otros e incluso llegar a asesinar, con el objetivo de cumplir sus objetivos. La venganza se puede analizar desde dos puntos de vista: El primero corresponde al deseo de Hamlet por no dejar impune el asesinato de su padre, la búsqueda de justicia y de verdad, incluso cuando esta  implica que deba matar a su propio tío y compañero sentimental de su madre. En este punto se envuelve al personaje en un juego entre la realidad y la ficción con el objetivo de conseguir la verdad de cualquier forma. En el segundo punto de vista se ve la necesidad del hombre por ser reconocido, por dejar en alto su orgullo y su nombre. Representa el deseo del hombre de poder y dignidad.

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