Historia Disbaratada
Enviado por noereka • 4 de Noviembre de 2013 • 417 Palabras (2 Páginas) • 337 Visitas
(Se abre el telón y aparece Jenny sentada con un polo manga de larga y con la capucha puesta, en una silla en medio del escenario, con la cabeza gacha) (Aparece Silvia con mirada seria y fija. Luego, se dirige hacia ella)
Silvia: ¡Mira cómo estás vestida! Pareces una pordiosera ¿¡Qué no tienes algo mejor que ponerte!? (Jenny comienza a agachar un poco más la cabeza) Ni eso sabes hacer bien
(Se retira molesta por el otro lado del escenario) (Luego, entra a escena un joven llamado Carlos con una actitud déspota)
Carlos: (Se inclina frente a ella) ¡Qué fea eres! (Mueve la cabeza en señal de negación) Con razón que ningún chico quiere estar contigo (Jenny agacha más la cabeza, todavía) ¿Qué? (Acerca su oído a ella) ¿Me vas a refutar en algo? (Se pone de pie) ¡Claro! ¡Qué me vas a refutar si todo lo que he dicho es verdad! ¡Qué triste vida la tuya! (Se retira de escena)
(Vuelve a aparecer Silvia y camina pasando frente a Jenny; inmediatamente la ve y regresa con ella)
Silvia: (Con sorpresa) ¿¡Sigues aquí, todavía!? ¿¡No entiendes que pierdes el tiempo tratando de ser feliz!? (Jenny se agacha aún más, todavía) ¡Jamás lo serás! (Le grita) ¡Buaahh…! (Jenny retrocede un poco) ¡Miedosa, aparte de fea! (Mira al público) ¡Esto es el colmo! (La vuelve a mirar) Deberías meterte en su saco y lanzarte al mar, así le haces el favor al mundo ¡Ay!
(Se retira de escena saliendo por el otro extremo) (Aparece ahora Carlos)
Carlos: ¡Hola fea! ¿Cómo estás? (Jenny se coloca en posición fetal colocando la cara en las rodillas) ¡Eso! ¡Así debes estar! Con la cabeza gacha, sin mostrar esa… “cara” que tienes (Cruza los brazos) El chico que encuentres, estará contigo solo por pura lástima (Le golpea en la cabeza) ¡Ey! ¿¡No me escuchas!? (Coloca las manos en la cintura) ¡Y encima sorda! Ni para eso sirves (Se retira de escena)
(Ya sola, Jenny levanta la cabeza lentamente)
Jenny: (Totalmente seria) No sé de qué me sirve la vida que tengo que vivirla con una espina siendo clavada todos los días en mi corazón. Una espina que me causa un dolor tan inmenso, que ni la costumbre lo puede aliviar. (Suspira) Será mejor no salir al mundo y quedarme únicamente aquí, en dónde el sufrimiento sea menos intenso y tanto mi corazón como mi alma no tenga que pasar por las penalidades que la duras palabras les hagan pasar. Adiós al mundo. Adiós, Jenny.
Fin
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