Historia de un angel
Enviado por Diego Barahona • 21 de Enero de 2016 • Ensayo • 5.202 Palabras (21 Páginas) • 264 Visitas
HISTORIA DE UN ÁNGEL
Hace ya algunos años mis padres recibieron una extraña visita; una hermosa mujer de cabellos dorados les entregó lo que según ella era el regalo más precioso que se le había hecho jamás a la humanidad; era un bebé, bello como el amanecer, resplandeciente como un lucero, tanto él como su madre poseían una belleza especial, yo diría que una belleza perfecta…
La madre con sus ojos llenos de tristeza les rogaba a mis padres que cuidaran muy bien de su bebé, le entregó a mi padre una caja extraña, larga y brillante, parecía estar cubierta de oro, y lo que había dentro de ella debía ser algo valioso…
― Tengan esto ―dijo la mujer― es para que se protejan, la batalla que les espera será muy dura y muy pronto sabrán cómo utilizarla…
― No entiendo explícanos… ―respondió mi padre― ¿Defendernos de quién o de qué?
― Lo comprenderán cuando llegue el momento ― dijo― por ahora solo cuiden del bebé, yo regresaré pronto para explicarles todo….
La mujer misteriosa, se acercó al bebé, lo besó en la frente y se marcho llorando… mis padres y yo acogimos al bebé como uno más de la familia y como no tenía nombre, mis padres lo llamaron Miguel…
Aunque apenas tenía cinco años supe que lo que se le había entregado a mi padre tenía un gran valor y que aquel bebé debía ser muy especial; pero todavía no entendía algo… ¿Por qué nos lo dejaba?
Pasaron unos días desde la llegada de Miguel a nuestro hogar y mi padre cayó enfermo, varios médicos lo revisaron, pero ninguno sabía lo que tenía, con el pasar de los días se iba debilitando más y más, ya no podía levantarse de la cama y por las noches la fiebre lo atacaba hasta hacerlo desvariar….luego comenzó a perder la vista, los médicos dijeron que lo único que nos quedaba por hacer era esperar su muerte.
Una tarde le pidió a mi madre que nos lleve a Miguel y a mí a su habitación, tenía que hablar con nosotros; mi madre acostó al bebé a un lado de mi padre y yo me senté al otro…
―Gabriel― me dijo― eres el hermano mayor, tú vas a cuidar de tu madre y de tu hermano, no quedarán desamparados, tú serás el hombre de la casa si yo ya no estoy aquí…
Comenzó a llorar y yo con él, la idea de que mi padre no estuviera más con nosotros me asustaba mucho, amaba a mi padre y no quería que se vaya de mi lado…Luego entre sollozos comenzó a decirle a Miguel…
― Hijo, eres el miembro más nuevo de esta familia, pero te amo como si hubieras estado aquí desde hace mucho tiempo, llegaste como un regalo a nuestras vidas; quisiera estar junto a ti y a tu hermano, para verlos crecer, para verlos transformarse en hombres… yo los cuidaré desde el cielo, a ti, a tu madre y a tu hermano…
No lo pudo resistir más y las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos…me abrazó como queriéndose despedir, también lo abracé, no me resignaba a perder a mi padre, lo abracé como para mantenerlo a mi lado, como negándome a que me lo arrebataran…
Luego abrazó también a Miguel y en ese abrazo Miguel comenzó a sonreír, lo que pasó después es increíble, mi padre recuperó la vista y la fiebre comenzó a bajar...era un milagro que ocurría frente a nuestros ojos, mi padre se estaba recuperando, hasta que un día se levantó de la cama con la fuerza de siempre….
Ninguno de los que estábamos ahí entendimos lo que paso, pero a los milagros no hay que comprenderlos, simplemente hay que vivirlos y aprender de ellos…decidimos dejarlo así i hacer lo que se hace con lo que no se entiende…lo olvidamos…
Cuando Miguel cumplió doce años comenzaron a pasar cosas muy extrañas, los objetos se movían según la voluntad de animales que llegaban a su lado y le obedecían y sobre todo un extraño resplandor que salía de su cuerpo mientras dormía, nunca creí en los fantasmas pero dado los hechos comenzaba a considerarlo…
Decidimos ignorar los sucesos hasta que en un día de campo pasó algo que nos sorprendió mucho más… mientras Miguel trepaba un a árbol hasta lo más alto, la rama se rompió y cayó estrepitosamente, fueron golpes muy fuertes, hubieron raspones y cortes, la sangre de Miguel derramada en el suelo; pero ante la vista y sorpresa de todos los que estuvimos ahí sus heridas comenzaron a cerrarse, poco a poco iban desapareciendo hasta que no quedó huella alguna de ellas.
Fue cuando mi padre decidió abrir la caja que le entregó la madre de Miguel…nunca le dijimos que era adoptado, pero debido a lo sucedido tuvimos que hacerlo y mis padres debieron tratar de explicar algo que ni siquiera ellos podían comprender.
En aquella caja se encontraba una espada de oro, brillaba como el solo y a pesar del tiempo que llevaba guardada no daba señal de desgaste, óxido o envejecimiento, en ella había unos grabados extraños, parecían símbolos escritos en otro idioma, algo incomprensible…y junto con la espada algo que talvez contestaría nuestras dudas, se trataba de una carta de la madre de Miguel que decía:
“Ustedes fueron elegidos de entre todos lo humanos para cuidar de este niño; como se habrán dada cuenta él no es un niño normal, es un ángel, un regalo que el cielo les ha dado.
Sean sabios y protéjanlo del mal que los rodea, la espada es para su protección, úsenla contra el enemigo que pronto se les revelará.
Pronto estaré con ustedes para explicarlo todo, y responder a sus preguntas; sea valientes hasta entonces…
Sean fuertes”
Después de oír estas palabras regresaron a mi mente las imágenes de aquel día en que Miguel llegó a nuestro hogar…aquella mujer, su belleza era la de un ángel; pero… ¿Por qué abandonó a su hijo? ¿Por qué no lo protegió ella misma?...
Mi mente divagaba y recordé los días en que mi padre enfermó, aquella enfermedad tenía que terminar en muerte, pero un milagro lo sano, fue Miguel…él sanó e mi padre… Teníamos tantas preguntas y no sabíamos dónde buscar una respuesta, no estábamos listos para entender esto…
Una frase de la carta me hizo temblar al pensar en ella… “la espada es para su protección, úsenla contra el enemigo que pronto se les revelará”… ¿De qué enemigo hablaba? ¿Se trataba de otro ángel?
Nadie sabía qué hacer o qué decir, hace apenas unos días no creíamos en ángeles, fantasmas o cualquier cosa que se les parezca, pero ahora teníamos a un ángel como miembro de la familia…pasamos en silencio toda la tarde, no se trataba de una noticia tan fácil de asimilar. Mi madre comenzó a preparar la cena como para escapar de aquel ambiente tenso que se vivía en la casa, esa noche nadie comió ni durmió, la noticia nos quitó el sueño y el apetito a todos.
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