Historia del guerrero y de la cautiva (Borgues)
Enviado por • 12 de Marzo de 2015 • Informe • 759 Palabras (4 Páginas) • 227 Visitas
Historia del guerrero y de la cautiva (Borgues):
Droctulft: Guerrero lombardo que murió defendiendo la ciudad que antes había atacado (Roma). Para ello, debió abandonar a los suyos.
Los Raveneses lo sepultaron en un templo y compusieron un epitafio en el cual manifestaban su gratitud.
Era un hombre que se movía por la guerra. El era blanco, animoso, inocente, cruel, leal a su capitán y a su tribu.
Al llegar a Ravena ve cosas que nunca había visto.
Se dice que él no fue un traidor, si no que fue un “iluminado”.
Con el relato, el narrador recuerda una historia que le conto su abuela inglesa que ya había fallecido.
La abuela del narrador fue desterrada de Inglaterra, y no fue la única del sector, puesto que una India pasó por lo mismo. Un día, la abuela es contactada por un soldado, el cual le dice que hay una inglesa que quiere hablar con ella. La inglesa provenía del desierto y parecía que todo le quedaba chico comparado con el desierto (las puertas, las paredes los muebles). La inglesa le conto su vida actual. La abuela preocupada por su compatriota, le dice que la ayudará a salir de su vida actual, sin embargo, la inglesa le dice que es feliz, y decide volver al desierto.
Al morir Francisco Borgues, la abuela se siente arrebatada y transformada por el continente implacable en el que vive. La inglesa resultó ser un tipo de “espejo monstruoso” del destino que le esperaba.
Sobre la muerte del autor (Álvaro Enrigue): Metáfora de América y una parodia del arte de narrar.
Viaje del narrador a California. Busca narrar la historia de un gran final: El de Ishi, un indio yahi que fue encontrado en estado salvaje en la villa de Oroville, en 1910. (Fue el último indio en estado de pureza en Estados Unidos).
Hay algo en el relato o en el autor, que le dificulta contar la historia: Una madrugada cualquiera un grupo de trabajadores encontró a un hombre a punto de morir por desnutrición y agotamiento. Lo cargaron y le dieron agua. Se dieron cuenta de que era un indio, o sea, un “enemigo”, por lo que lo ataron de pies y manos. Llamaron al alguacil del pueblo y este se llevo a indio a una comisaria.
La noticia de que un indio había sido hallado se expandió rápidamente, por lo que mucha gente deseaba ir a ver al indio. Un profesor leyó este articulo en un periódico de San Francisco, y quería ver y rescatar al indio a como dé lugar, puesto que su idioma se creía casi extinto (yahi) y un amigo suyo estaba intentando formar un vocabulario de dicha lengua. Lo rescató y lo llevo al museo antropológico. Vivió en el museo hasta su muerte.
El indio se hizo llamar “Ishi”, lo cual significaba “hombre” en su idioma.
El problema con la historia de Ishi es de literalidad: Quiere decir lo que quiere decir y no lo que yo quiero que diga.
Lo
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