Historia y reglas del tenis
Enviado por LEONCITO06 • 11 de Noviembre de 2013 • Tutorial • 7.682 Palabras (31 Páginas) • 345 Visitas
EL TENIS
ORIGEN
Diversos juegos, con el mismo objetivo, fueron derivando y perfeccionándose desde épocas de la antigüedad hasta llegar al tenis. El popular “Jeu de Paume” en el Siglo XIV es el antecesor directo.
La exactitud sobre el momento en que nace oficialmente el tenis data del Siglo XVII, gracias al coronel inglés Walter Clopton Wingfield, pero la actividad ya tenía un largo recorrido desde épocas que, según algunos descubrimientos, llega incluso a años de la Antigüedad, en el desarrollo gradual de un juego muy popular, pero que fue siendo monopolizado por los poderosos.
A Walter Clopton Wingfield se le atribuye el nacimiento del tenis moderno.
¿Se imagina a los egipcios jugando un deporte parecido al tenis? Según algunos historiadores se han encontrado dibujos en tumbas faraónicas de figuras de paletas y pelotas, que pueden sentarse como los antecedentes más antiguos del deporte.
De esta manera, actividades similares fueron siendo disfrutadas a lo largo de la historia humana, desde griegos y romanos, hasta llegar aproximadamente al siglo XIII, donde los franceses sientan bases del antepasado directo del tenis: el “Jeu de Paume”, un juego que consistía básicamente en golpear la pelota con la palma de la mano.
Esta entretención comenzó de forma más concreta como un inicio del juego conocido como la pelota vasca, popular aún en España, donde se golpea la pelota contra una muralla, pero también tuvo su versión cara a cara, y que fue haciéndose cada vez más popular.
La historia del tenis, y el deporte en general, suele demostrar que en sus inicios representaba lo que siempre se lucha y discute: el espíritu de compañerismo y deportividad como recreación. Así, los registros de esta actividad que se fue difundiendo por Francia es que era la mejor excusa para organizar una charla con amigos, tomar el té y hacer un poco de ejercicio.
Sólo para los privilegiados
De a poco, el poder tomó conocimiento de esta práctica masiva y el “Jeu de Paume” pasó a ser un deporte que sólo podían disfrutar unos pocos, los que pertenecían a la corte del Rey Luis X, quien en el Siglo XIV lo prohibió por parte de la gente, porque le molestaba que un juego que él disfrutaba fuera también placer del pueblo.
El tiempo le daría nuevamente la entretención a manos de la gente, ya que Luis “El Irascible”, apodo que según algunos se ganó por su mal temperamento cuando jugaba, moriría por una pulmonía fulminante –aunque otros dicen que fue envenenado- y de esta manera el deporte quedó en libertad otra vez.
Gracias a que la práctica comenzó a realizarse nuevamente extendida hacia las regiones de Francia, la Corte del reino decidió no solamente permitirlo, sino que además le dio nuevos toques para hacerlo más atractivo.
Así se reemplazó el material de la pelota, que estaba básicamente compuesta por una tela rellena con pelos de campesino, para hacerla más resistente, y se creó la primera raqueta, que era un pergamino chato, ovalado y bastante pesado, pero que al menos liberaba a las personas de tener que utilizar directamente sus manos y así facilitar las labores sociales ligadas a su realización.
“Jeu de Paume” evolucionó desde ser jugado con las manos a incorporar las primeras raquetas.
Sin embargo, estas mejoras al deporte y el estigma que había quedado como herencia de la prohibición anterior, hizo que la actividad se mantuviera preferentemente en los altos estratos sociales, marcando de forma potente la historia del tenis, hasta que llegó la Revolución Francesa a fines del Siglo XVIII para enfriar cualquier tipo de entusiasmo por su desarrollo.
Así el destino quiso que la continuación en el crecimiento del juego pasara a manos de los ingleses, que también practicaban esta actividad aunque con menor interés.
Los británicos no dudaron en darle un toque más estilizado a la actividad, en el inicio del Siglo XIX, donde la cuerda que se usaba para separar las dos mitades de la cancha fue reemplazada por una red, y la raqueta fue tomando nuevas formas y diseños, apareciendo de hecho por primera vez la popular cuerda de tripa.
Walter Clopton Wingfield se llama el oficial inglés que adoptó el deporte como su propio hijo, y por lo mismo es considerado el inventor del tenis moderno, provocando una escalada de modificaciones y masificación que, si bien es cierto mantuvieron a este juego como uno destinado a los de más recursos, de todas formas se ganó la aceptación y admiración por su ritmo y competitividad.
Pero si los ingleses pueden reclamar la paternidad del tenis moderno, son muchos los países que se disputan el honor de haber sido los antecesores de este deporte a lo largo de 4500 años de historia.
En efecto, el tenis, o al menos versiones similares, ya se practicaba desde la época de los antiguos egipcios. En una excavación realizada no hace mucho tiempo, en la tumba del Faraón Khnoum Hotep que reinó 2500 años antes de Cristo, se encontraron unos dibujos en los que se apreciaban unos {personajes} con {paletas} de madera y pelotas de cuero. Posteriormente los griegos y los romanos practicaron un juego semejante que fue evolucionando y tomando diferentes nombres: "Fainida" para Seneca, "Rahat" para los árabes, "tennez" para los franceses y "Teez -una palabra que aparece en la obra "Enrique IV" de William Shakespeare- para los ingleses.
En la Edad Media, {saltimbanquis}, juglares y trovadores se despojaban de dagas, {laúdes} y vihuelas y las cambiaban por primitivas paletas y pelotas para {trenzarse} en sus ratos de ocio en apasionados duelos deportivos ante la asombrada mirada de los habitantes de las ciudades y aldeas que recorrían.
La gente del común le fue tomando gusto a este nuevo deporte y muy pronto su popularidad se extendió.
Pero como no hay dicha que dure cien años, pronto los poderosos se {adueñaron} de la diversión de los pobres y la llevaron a sus palacios.
Dice María del Pilar Carrizosa quien hizo un estudio sobre el tema: "En las plazas de los imponentes castillos y en los inhóspitos monasterios de la Edad Media, reyes y nobles se divertían practicando un juego extraño que pasaría, siglos después, a ser uno de los deportes con mayor número de simpatizantes en el mundo".
Claro que los monarcas, los príncipes y los señores feudales se excedieron: no sólo se apropiaron de la diversión de los pobres y le cambiaron el nombre, llamándolo "Poumme", sino que convirtieron un juego popular en un deporte elitista que sólo podía ser practicado por la nobleza, y se {prohibió} -bajo pena de muerte- su práctica por quienes no tuviesen sangre azul.
Mientras tanto, en nuestra América ya existía una versión
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