IMPLEMENTACIÓN DE UNA CULTURA INNOVADORA EN LAS MIPYMES COLOMBIANAS
Enviado por Laura Toro Martinez • 7 de Marzo de 2017 • Ensayo • 2.502 Palabras (11 Páginas) • 211 Visitas
IMPLEMENTACIÓN DE UNA CULTURA INNOVADORA EN LAS MIPYMES COLOMBIANAS
Laura Patricia Toro Martínez
Estudiante Ingeniería Industrial, Universidad Nacional de Colombia – Sede Medellín, laptoroma@unal.edu.co
Medellín, 5 de mayo de 2016
Resumen
En el presente ensayo se dará una descripción de lo que es la cultura innovadora y la importancia que representa la aplicación de esta cultura en las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES) de Colombia. Se mostrará además que las empresas colombianas son empresas emprendedoras pero no innovadoras, y que una apertura mental sobre la implementación de la innovación puede llevar a grandes cambios y a generar un valor competitivo mayor en el mercado en el que se mueve una MIPYME.
Palabras clave: cultura innovadora, innovación, MIPYMES, gestión, conocimiento.
Introducción
La innovación es un valor agregado de competitividad que determina el éxito y desarrollo de las empresas en los mercados y, a su vez, determina el desarrollo de un país. Darse a conocer en el mundo globalizado en el que se vive hoy en día es cada vez más difícil, y el éxito de la expansión de negocios de las empresas depende mayormente de la capacidad de innovación y la apertura de mentalidad que poseen los líderes y el talento humano que pertenece a las organizaciones. La buena gestión de la información y la implementación de una cultura innovadora en las organizaciones no son cosas sencillas de ejercer en la empresa si no se tiene juiciosamente un plan para llevar a cabo dichas actividades. Se requiere además, un talento humano enfocado y dedicado para que el conocimiento tácito y explícito de la empresa sea uno de los grandes tesoros de la empresa, y además se requiere un gran apoyo por parte de todos los empleados de la organización para que la cultura innovadora sea aceptada de un modo positivo por todos.
Caso colombiano
El pensamiento del empresario colombiano promedio es un pensamiento de emprender, de ejercer y crecer, partiendo de una idea de negocio que no necesariamente ha de ser innovadora, y posteriormente, se pone en marcha la creación y operación de la organización. Sin embargo, el desarrollo y escalabilidad de una empresa requiere de la realización de otras acciones que van mucho más allá de la simple creación y puesta en marcha de la empresa. Requiere, entre muchas cosas, capacidad de gestión y toma de decisiones acertadas, que posteriormente generan un valor agregado y añaden competitividad ante el mercado sobre el cual se mueve la empresa creada. Sin embargo, en un artículo publicado en la edición virtual del periódico Portafolio,
Colombia ocupa el cuarto puesto en el listado de países con mayor número de emprendimientos innovadores en fase inicial, según la investigación “Apalancando la ambición y la innovación emprendedora” del Foro Económico Mundial; de ahí que el reto es seguir impulsando estos nuevos negocios (Portafolio, n.d.)
Globalmente, la innovación es un punto a favor para las organizaciones, y es usada habitualmente como un indicador no financiero de rendimiento de las empresas. “Algunos autores sostienen que la innovación no genera una rentabilidad comparable con respecto a los altos costos y la inversión que conlleva implementarla en la empresa” (González González & Bermúdez, 2010).
En Colombia, el porcentaje de empresas que invierten en innovación es del 37,8%, y de éstas, el 34,4% de las empresas son MIPYMES, contra un 70,5% de la innovación en las grandes empresas (El Heraldo & Universidad del Norte, 2014). Se observa que hay una gran brecha entre los dos tipos de empresa, y radica inicialmente por el modo de financiación de la innovación en cada uno de los tipos de empresa. Mientras que las grandes empresas poseen suficiente capital para formalizar un área de Innovación y Desarrollo experimental (I+D) en sus organizaciones, las pequeñas y medianas empresas del país pasan por dificultades para lograr un apoyo financiero para la implementación de la innovación en la organización. De hecho, la mayor parte de la financiación de las MIPYMES proviene de las entidades privadas, específicamente del sector financiero, por lo que se puede percibir la falta de apoyo por parte del sector público a la financiación de la innovación.
Un 51,8% de las MIPYMES que no invierten en innovación expresan que no cuentan con una mano de obra calificada para tal fin, además de que algunas otras argumentan que no cuentan con recursos propios suficientes para realizar actividades de innovación (65,9% lo consideran así). Otro gran conflicto que presentan las MIPYMES respecto a la innovación, es que los impuestos que se les cobran se asoma en el 76%, uno de los más altos del mundo, en el que se destacan el Impuesto al Ingreso Corporativo (25%) y el CREE (9%) (El Heraldo & Universidad del Norte, 2014).
Qué es la cultura innovadora y cuál es su importancia en las MIPYMES
La cultura innovadora en las empresas incluye un conjunto de valores, hábitos y conocimientos, que permiten que las actividades innovadoras se lleven a cabo con éxito, y quien impulsa su implementación ha de ser la alta gerencia, influyendo e incluyendo a todo el personal que hace parte de la empresa.
La alta gerencia es la base esencial para transmitir la confianza necesaria que se requiere para adaptar una cultura innovadora a los quehaceres de la compañía, impulsado desde un estilo de dirección participativo, donde se estimula la colaboración, el aprendizaje mutuo y el crecimiento personal. La dirección participativa además permite que se fijen con mayor facilidad los objetivos y la toma de decisiones, pues hace partícipes a los miembros de la organización, haciéndolos sentir parte importante en el curso de la empresa y generando en ellos el interés por contribuir al logro de los objetivos fijados.
Asignar responsabilidades que estén acordes a las capacidades de cada trabajador, acción unida al desarrollo de grupos colaborativos de trabajo, potencializa las ideas innovadoras, aprovechando cada talento del personal y la diversidad de capacidades y conocimientos que éstos poseen. Además, la cultura innovadora promueve la comunicación abierta al interior de la empresa, y facilita la conexión entre las diversas áreas de la empresa que presentan problemas y también con aquellas personas que dispongan de conocimiento, información o datos que puedan ayudar a mejorarlos.
Así como la empresa obtiene beneficios financieros y no financieros debido a la inclusión y participación de todos los entes de la empresa, el personal debe ser reconocido y recompensado por los logros que se obtienen a partir del desarrollo y éxito de los proyectos innovadores que se llevan a cabo, todo ello alineado con la estrategia de innovación. También debe la alta gerencia plantear políticas de tolerancia cuando dichos proyectos no obtienen el éxito que se espera, debido a la alta incertidumbre que conlleva llevar a cabo su desarrollo (Montejo & Bravo Juega, 2010).
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