INTELIGENCIA SOCIAL

IMPLICACIONES DE LA INTELIGENCIA SOCIAL.

En años recientes las investigaciones sobre la interacción social y las formas de relación entre las personas ha dado un giro muy importante por un lado la neurociencia se ha encargado de estudiar el cerebro y sus funciones biológicas, demostrando como influye éste en nuestro comportamiento, por otro lado los psicólogos sociales tratan de entender y explicar la importancia de contar con un repertorio de habilidades sociales que nos vuelven más eficientes cuando interactuamos con nuestros pares. Una de ella es la inteligencia social que es definida por Thorndike (1937) como la capacidad de entender y manejar a la gente, estas habilidades sociales/intelectuales pueden ser dirigidas interiormente y por lo tanto puede incluir la capacidad de entenderse y manejarse uno mismo, así también Thorndike (1920) la definió como la capacidad de percibir los estados internos propios y de otros, sus motivos y comportamientos para actuar óptimamente con base en esa información, Conway, Ketron y Berstein (1981) en sus investigaciones encontraron que la gente al describir a una persona inteligente describían muchos atributos sociales relevantes como aceptar a los demás como son, admitir errores y mostrar interés en lo que ocurre en el mundo así mismo Cantor y Kihlstrom (1985) propusieron que la inteligencia social es un constructo unificador para entender la personalidad, mientras que Epstein y Meyer (1989) siguiendo con la línea de Cantor et al., argumentaron que el pensamiento constructivo es definido como la habilidad de relacionarse y adaptarse efectivamente con el ambiente el cual es el núcleo de la personalidad.

La inteligencia interpersonal es la habilidad para entender a otras personas, saber lo que las motiva, su forma de laborar y cómo trabajar con ellos en forma cooperativa, también sugiere una sensibilidad hacia las necesidades de los demás y sus puntos de vista, por lo que la inteligencia interpersonal se relaciona con la inteligencia social debido a que la inteligencia interpersonal opera primariamente a través de relaciones sociales y de la comunicación persona a persona. Sin embargo cuando un individuo no está preparado para el intercambio social genera emociones negativas que interfieren con el bienestar por lo que para evitar dicha situación es indispensable y esencial contar con capacidades o conductas para interactuar con iguales de forma efectiva y satisfactoria, las cuales se denominan habilidades sociales Monjas(1997). No obstante la interacción social inicia desde la primera infancia, favorecida por adquisiciones afectivas importantes para el desarrollo humano, sin embargo el avance de las habilidades sociales no es igual para todas las personas pues es influenciado por factores como género, personalidad y estímulos recibidos. El primer referente en la construcción de la socialización es la familia pues proporciona a los niños modelos de repertorio de conductas sociales como escuchar, iniciar, mantener una conversación y reglas de cortesía, dicho bagaje se amplía conforme la persona crece y tiene contacto con otros círculo de acción a través de ciertos mecanismos como lo son el aprendizaje por experiencia directa, por observación, verbal y feedback interpersonal hasta alcanzar un cierto establecimiento en la adolescencia.

Así aunque la construcción del repertorio de habilidades sociales de modifica en la escuela, muchas veces un individuo no logra asumir un rol que le permita mantener relaciones sociales positivas y afrontar efectivamente las demandas del entorno por lo que dicha situación ha demostrado que los alumnos presentan una inhibición de la seguridad emocional, pertenencia, motivación, identidad y de las habilidades de liderazgo, inclusive un pobre desempeño del rol social que está presente en trastornos emocionales como la fobia social, la personalidad evitadora, la timidez, la personalidad pasivo-agresivo (Zarbatany et al. 2003). Cuando los alumnos se sienten ansiosos, enfurecidos o deprimidos no aprenden, la gente que se ve atrapada en esos estados de ánimo no asimila la información de una manera eficaz por lo que si se trabaja de una manera paralela a la instrucción las habilidades sociales se logrará una asimilación más eficaz de los conocimientos debido a que el individuo aminorará la carga emocional que genera la inhibición de aprendizaje como parálisis, bloqueo cognitivo y emocional, malestar, baja receptividad, baja tolerancia, visión túnel, tensión, cansancio, descontrol, miedo, inatención y dolor (Casas 2003). Por lo que el desarrollo de estas habilidades en la época escolar contribuye a disminuir otras situaciones problemáticas en el aula como son los problemas de relacionarse con los demás, aislamiento, falta de solidaridad, agresividad, desmotivación, que derivan en un fracaso escolar, por lo que una acción preventiva es el entrenamiento de las habilidades sociales el cual propiciará que un individuo este mejor preparado para la convivencia y por lo tanto ser competente para participar en actividades de grupo, rebasando los prejuicios sociales y valorando las diferencias de los que le rodean. Es por eso que la UNESCO ha replanteado el objetivo de la educación tal y como lo plantea la ONU que dice que la educación debe ser el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento de los derechos humanos y libertades fundamentales, por lo que al tener un equilibrio entre las letras y las habilidades sociales derivará en una persona competente no solo para afrontar retos cognitivos sino para gestionar soluciones integrales mediante la aplicación de las habilidades

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