Identidad

Ante la globalización, los flujos migratorios, las problemáticas sociales y los avances tecnológicos, provocan entre los diferentes grupos sociales, una constante y acelerada movilización en las prácticas de comunicación e interacción, llevándolos a la confrontación continúa del sentido de pertenencia e identidad.

“La identidad es un predicado que tiene una función particular; por medio de él una cosa u objeto particular se distingue como tal de las demás de su misma especie (…) tratándose de personas; en cambio, la posibilidad de distinguirse de los demás también tiene que ser reconocida por los demás en contextos de interacción y de comunicación…” (Giménez 2000.Cap.2)

En este sentido se establece una relación entre sujetos sociales que desde la particularidad de su identidad personal comienzan a dar significado a acciones en común, derivando de ello una identidad colectiva.

La identidad también implica “…la percepción de ser idéntico a sí mismo a través del tiempo, del espacio y la diversidad de las situaciones.”(Giménez 2000.Cap.3)

Lo anterior nos lleva a la conexión entre herencia, tradición y costumbre con los nuevos significados de identidad en un lugar; el Estado de México se encuentra inmerso en un proceso constante de transculturación, aculturación y todo aquello que tiene que ver con las formas de adaptar elementos de una cultura ajena a una establecida o con características propias.

Un ejemplo de ello son los rituales de purificación que aun en la actualidad podemos observar en los municipios de nuestro Estado, que contienen una mezcla de elementos prehispánicos y otros adoptados después de la conquista, dando como resultado actos saturados de espiritualidad y religiosidad, significando el inicio próspero de celebraciones importantes, por eso encontramos que al comenzar un nuevo ciclo de vida, el hombre ofrece copal, flores y su energía, busca seguir agradando a los elementos de la naturaleza, como el sol (encendido del fuego nuevo), pero de igual forma, lo hace en una festividad patronal donde el sentido de gratitud se inclina hacia el “santito” que será quien conceda los favores pedidos o bien antes de un “casamiento” ofrecen por medio de copal o de encender veladoras, formas de alabanza, para que todo lo planeado en la vida de los nuevos esposos, “salga bien”.

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