Importaculismo Patrio

IMPORTACULISMO PATRIO

No es que en Colombia el pueblo tenga mala memoria o simplemente permita que cuanto pillo

quiera le pase por encima, robando sus arcas y enlodazando sus intereses, no.

Se trata simplemente de la historia continua de este país; de sus sufridas mujeres, sus baleados hombres y acribillados caudillos. Se trata una vez más de los niños que perdieron el campo para jugar y de los campesinos y campesinas enajenados de sus mundos, liberados en las márgenes olvidadas de alguna ciudad. Hablo de esas ciudades, y sus horizontes grises. Esas que se han quedado sin mañana después de que les han esculcado y robado sus alboradas; esas ciudades, como la mía, que tras los robos infames, pervive en obra negra y en el desorden monumental. Esas como la mayoría, que obligan a sus más dignos e indignos habitantes, a saltar huecos y correr entre carros y buses, que como bestias del averno, invaden los espacios.

¿Será acaso que a la gente ya no le importa la pobreza, la delincuencia o el analfabetismo? Yo creo por el contrario, que cada colombiano y cada colombiana, del más viejo al más joven, y del iletrado más grande, al más encumbrado erudito, respira cansancio… Respira por esa herida abierta desde que la violencia, sea cualquiera que fuere (Asesinatos, hambre, pobreza, indigencia, delincuencia… etc.), se instaló en cada una de las almas nacionales rompiendo cada esperanza antes de que nazca.

“Por qué aquí nadie hace nada” dicen los televidentes abrigados en sus camas ante las matanzas, las legales y las ilegales. “Es que si alguien hiciera algo” repiten ante la academia de salones vacíos y pupitres oxidados. Sí, todos tenemos parte en la desidia que se ha instalado en cada uno, es cierto. Pero es que antes ya nos han matado las ganas de hacer o decir. Ya no has dejado secas las ansias, las venas. Aunque también dicen “Es que allá sí sale todo el mundo a protestar”. Qué bonitos ejemplos los europeos, qué unión tan grande la del conglomerado. Pero… ¿Será que ellos viven como nosotros?, ¿Será que pueden hacer esa reuniones y protestas a diario porque subió la gasolina? O ¿protestarían minuto a minuto porque el desempleo crece más que el pan en la mesa? Estarían cansados, digo yo. Hastiados de miseria y conformados con el espacio que ocupa su cuerpo en el aire que si acaso respiran.

No se trata de importaculismo… Es que Inclusive un perro, si es golpeado a diario, empieza a dejar morir todo por partes: El amor hacia su familia es lo primero; las ganas de levantarse, de ladrar, menear la cola. Así ya no vuelve a sentir hambre. Si perdió la esperanza de SER poco a poco pierde la vida. Igual pasa con Colombia y con la mayoría de países del hemisferio. No es que a la mayoría nos “importe un culo”, lo que pasa es que desde antes traemos muerta la alegría de ser colombianos, de sentirnos

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