Independencia De Mexico

México, D.F..- En la madrugada del 16 de septiembre de 1810, el padre Hidalgo reunió un ejército de poco más de 300 hombres y un piquete de soldados del regimiento en que militaba el capitán Ignacio Allende. A las 11 de la mañana partió del pueblo de Dolores y, a su paso por villas y ciudades, los efectivos fueron aumentando de manera considerable, contando con todo armamento, sables, hondas, lanzas, instrumentos de labranza y unas cuantas armas de fuego… Así inició la lucha por la libertad de México.

El grito de Dolores marcaría incluso a los invasores. Maximiliano nunca pudo contrarrestar con la fuerza de las armas la titánica labor de Benito Juárez; en su desesperación trató de ganarse la voluntad de los republicanos por diversos medios. Así, el 15 de septiembre de 1864, no tuvo empacho en dar el grito desde el mismo balcón de la casa en que habitó el padre Hidalgo, en Dolores, Gto.

Con un falso lenguaje arengó al pueblo diciendo que “desde esa humilde casa había resonado la palabra de independencia que había despertado a toda una nación de un sueño ilimitado a la libertad y a la emancipación”.

Habló de las luchas entre hermanos, de los odios de partido que amenazaban minar lo que los héroes de la patria habían creado, y que la bandera tricolor se había dejado invadir por un solo color, el de la sangre.

Expresó el magnánimo auxilio que Francia prestaba a México mostrándole el camino de la moderación y de la ley. Rubricó su arenga con el siguiente párrafo: “Un pueblo que, bajo la protección y con la bendición de Dios, funda su independencia sobre la libertad y la ley, y tiene una sola voluntad, es invencible y puede elevar su frente con orgullo. Nuestra águila al desplegar sus alas, camino vacilante, pero ahora ha tomado el buen camino y pasado el abismo, se lanza atraída y ahoga entre sus garras de fierro la serpiente de la discordia; mas al levantarse nuestra patria desde los escombros, poderosa y fuerte, y cuando ocupe en el mundo el lugar que le corresponde, no debemos olvidar los días de nuestra independencia ni los hombres que nos la conquistaron. ¡Mexicanos, que viva la Independencia y la memoria de sus héroes!”.

Tres años más tarde, Juárez se encargaría de ratificar lo dicho por Maximiliano respecto a que un pueblo que funda su independencia sobre la libertad y la ley, es invencible y eleva su frente con orgullo.

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