Jaguar

Los yaguaretés están en peligro de extinción debido a que la piel de esta especie es muy codiciada entre las personas, además en el Chaco las personas le temen a esta magnifica especie por lo que tienden a matarlas por que su piel es un trofeo valioso, el desarrollo económico de Chaco ha hecho que el medio ambiente del yaguareté y otras especies. Esta es una de las principales causas que llevaron al jaguar a la critica situación que se encuentra en la actualidad. A esta se le suman otras causas que afectan la supervivencia de esta especie son: la caza, insuficiente superficie de áreas protegidas y la competencia entre jaguar y hombre por las presas; aunque varían regionalmente son comunes en toda su área de distribución. La declinación del yaguareté fue rapidísima mediados de siglo XIX vivía en proximidades de las lagunas bonaerenses y aun se dejaba ver a orillas del río colorado y contaba incluso con el Delta del Paraná como refugio seguro. Su continúo éxodo hacia el norte puede imputársele a múltiples factores. Entre ellos:

La persecución que sufrió mucho tiempo atrás La mayoría de los investigadores sostienen que si desaparecen los animales y las plantas silvestres nuestra supervivencia estaría seriamente comprometida. Una humanidad que crece en número día a día, cada vez necesita más recursos para alojarse, alimentarse, vestirse y curarse. Los elementos que permiten que podamos disponer de una casa con muebles de madera, comer un puré de papas con merluza, vestirnos con un abrigo de lana y recibir una vacuna determinada, provienen -directa o indirectamente- de la naturaleza. Desde un punto de vista práctico, podríamos compararla con un gran centro comercial con farmacia, verdulería, frutería, carnicería, negocio de mascotas, mueblería, zapatería y tienda de ropa. A pesar de su importancia, los recursos que proveen estos beneficios están disminuyendo alarmantemente. La deforestación, la transformación de los ambientes naturales en cultivos y campos de pastoreo, el impacto de las grandes obras de ingeniería (represas, gasoductos, oleoductos, rutas, puentes, túneles, aeropuertos, etc.), la contaminación, la urbanización, la caza y pesca furtivas y el tráfico de vida silvestre, poco a poco, acorralan a la naturaleza a los lugares más inaccesibles y en superficies insuficientes para albergar a todas las especies. Todo indica que si se continúan fragmentando los ambientes naturales a modo de pequeñas "islas" -que no permiten disponer de extensos territorios necesarios para la vida de los grandes animales terrestres (como el Aguará Guazú, el Tapir o el Yaguareté), ni de corredores biológicos que comuniquen una población con otra, para favorecer su intercambio genético, muchas especies desaparecerán.

Esa diversidad biológica o biodiversidad proporciona distintos recursos que permiten satisfacer las distintas necesidades de la humanidad (con carnes, cueros, pieles, mascotas, maderas, leña, verduras, hortalizas, semillas, medicinas, productos industriales, etc.). Son más de 500 las especies de plantas y animales extinguidas por causas humanas. Hay especies que desaparecieron junto a todas sus variedades eso dificulta su evolución. Darwin señalaba que la Tierra albergaba a muchas especies que se originaban y luego desaparecían, a veces, dejando como descendencia a otras formas de vida. Lo que podríamos llamar la vida y muerte de una especie. Lo que sucede ahora es que las especies desaparecen con mucha más velocidad de lo que aparecen, por la acción del hombre, a través de la caza, pesca, deforestación, contaminación o erosión.

Swank y Teer (1989) consideran que las poblaciones existentes de jaguar en Sud América ocupan el 62% de su distribución original y el 36% de éstas están reducidas. En Argentina según Carman (1984) se distribuía desde el extremo norte hasta la costa del Río Negro.

En la actualidad se lo encuentra en algunos sitios de las provincias de Misiones, Chaco, Santiago del Estero, Salta, Jujuy y

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