Jugando a ser hombre

Crónica 1.0

Jugando a ser hombre

Kevin Muriano, quiteño de nacimiento es apenas un niño de once años que dedica su vida a su trabajo y estudios, él con mucha humildad en sus ojos cuenta lo que ha sido su vida hasta hoy:

Kevin es uno de los cuantiosos niños de este país que son de bajos recursos económicos y que a temprana edad han tenido que salir a trabajar para ayudar a sus familias, como es su caso Kevin a la edad de nueve años ya tuvo que salir a las calles y desenvolverse para poder ayudar económicamente a sus padres. Pero él muy contento dice, “a pesar de las barreras que se me han presentado” no he descuidado mis estudios y es que gracias a su tía pudo ingresar al Centro del Muchacho Trabajador, institución que ayuda a niños con bajos recursos económicos.

Actualmente vive en El Condado en una vivienda arrendada, muy temprano en la mañana sale con su hermana Angy hacia su institución en la que estudia de 8:00am a 12:00pm, luego se dirige nuevamente hacia su hogar a cambiarse de ropa para posteriormente ir a su trabajo, una mecánica que queda muy cerca de su domicilio y en la que gana USD 30 semanales.

Sin avergonzarse y muy orgulloso cuenta que su padre trabaja en Monteserrín como jardinero, mientras que su madre es ama de casa, ambos igualmente salen temprano por la mañana hacia sus trabajos y no se ven sino hasta la noche hora en la que recogen a Kevin y Angy para ir a casa.

Al referirse sobre lo que es el Centro del Muchacho Trabajador, “me siento muy feliz en este centro ya que aquí nos tratan con cariño, nos dan todo lo que es útiles escolares, nos ayudan en la salud ya que aquí hay doctores y aparte nos dan el desayuno, almuerzo y merienda” dice Kevin con regocijo.

A pesar que Kevin tiene compañeros mucho más grandes que él, incluso dice “me han invitado a probar alcohol o tabacos”, orgulloso de sí mismo cuenta “no quiero ni querré probar ese tipo de drogas, lo único que me importa es trabajar y especialmente estudiar para llegar a ser un mecánico automotriz”.

En el Ecuador, según estadísticas recogidas por el sacerdote salesiano Ivano Zanovello, del proyecto Chicos de la Calle, existen 730 mil niños y niñas en la calle, que venden, piden limosna a cambio de números circenses -desde el hábil malabarista hasta el suicida traga fuegos, limpian parabrisas, lustran zapatos. ¿A qué riesgos se enfrentan estos precoces operarios de la calle? Si todos los esfuerzos gubernamentales y privados no se fragmentan ni quedan en la retórica, debe de ser posible la erradicación total del trabajo y la explotación infantil.

Crónica 2.0

Niño con responsabilidad de adulto

Primer hipertexto

Kevin, un niño de tan solo once años de edad cuenta su conmovedora historia: desde los nueve años de edad tuvo que ya salir a las calles a desenvolverse trabajando para así de esta manera poder ayudar

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