Justine

JUSTINE

Justine nos narra la historia de una jovencita cuya virtud es lo más importante en ella, llevándola a sufrir desgracia tras desgracia con tal de mantenerla.

Justine y Juliette eran hijas de un conocido banquero de París, que al sufrir algunas rebeses de fortuna, antes de enfrentarse al deshonor de la quiebra, decide quitarse la vida. Un mes después su esposa lo siguió a la tumba. Al quedar huérfanas, Justine y Juliette recurrieron a sus parientes en busca de ayuda, lamentablemente al enterarse que la fortuna de la de su familia se había acabado las lanzaron a la calle. Y así sucedió con los conocidos más cercanos.

Justine era una jovencita muy recta, con muy buena moral, una niña que sigue los mandamientos de Dios. En cambio, los pensamientos de Juliette eran totalmente diferentes, eran todo lo contrario lo que llevo a que las hermanas tomaran caminos diferentes.

Al quedarse sola y sin ningún apoyo, Justine decide ir en busca de ayuda con su sacerdote, pero lo único que consiguió fue ser humillada y con insinuaciones sexuales, salió corriendo del recinto hasta más no poder. Después de descansar se dirigió a una casa de huéspedes en donde alquilo un pequeño cuarto, Justine conto su triste historia a la casera y le pidió que la recomendara a alguna persona rica e influyente que mejorara su lamentablemente estado. El hombre que le recomendó era un hombre llamado Dubourg. No tardo mucho para que dichoso hombre intentara aprovecharse de la pequeña. Justine le puso un alto negándose rotunamente, ante esta situación Dobourg se enfureció mucho que la corrió de la casa de huéspedes. Varias semanas después de haber sido corrida se puso a buscar trabajo como sirvienta hasta que se enteró que había una bacante el casa de un tal Harpin con quien duro varios años trabajando y sirviéndole. Fue hasta que Justine se negó a ser cómplice de un plan completamente malvado y por ello fue metida a la cárcel en donde conoce a Dubois (jefa de un grupo de vandidos) y con quien logra escapar. Desamparada y sola, Justine decide irse con Dubois a su escondite en donde una vez más es víctima del maltrato y los abusos. Varios días después nuevamente se da a la fuga, esta vez junto con un señor llamado Saint-Florent a quien tenían preso, pero para la mala suerte de justine Saint-Florent la golpeo y la violo dejándola tirada en medio del bosque. La pobre estaba muy triste, pues había perdido su virginidad. Mientras descansaba cerca de unos arbustos se percató que al otro lado se encontraba una pareja de gays teniendo relaciones sexuales, al darse cuenta de que los habían descubierto la pareja no tuvo compasión por Justine, así que la golpean y la torturan dejándola casi inconciente.

Ya después pasado todo esto uno de ellos la examina y le dice que será muy útil ponerla bajo las órdenes de su tía, la marquesa de Bressac.

Tiempo después el conde de Bressac le pide a

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