Kaplún, pedagogía de la comunicación

Una pedagogía de la comunicación, de Mario Kaplún

Parte 2. El proceso comunicativo: La Práctica de la Comunicación.

En esta parte observo que comunicación es un término polisémico, por un lado se refiere al intercambio, a la relación de compartir y a la existencia de reciprocidad; por otro, se refiere a la acción de transmitir, informar y emitir, la primera da lugar a una comunicación democrática, mientras que la segunda a una comunicación dominadora.

La comunicación entraña un dialogo, por ello es importante mencionar las partes que intervienen en él, siendo: emisor, receptor y mensaje.

La comunicación puede dividirse en abierta y cerrada, en la primera los objetivos son los siguientes: movilizar internamente al receptor, cuestionarlo, generar el diálogo y la participación, y alimentar el proceso de conciencia, en la mencionada comunicación se toma en cuenta el ¿qué quiero decir? y el ¿a quién se lo voy decir? y en esta última pregunta se deben de tomar en cuenta aspectos como los intereses del receptor, sus gustos e inquietudes y el medio que los rodea. La empatía surge en esta comunicación como un elemento de vital importancia, pues a través de ponerse en el lugar de otro, podemos identificar sus necesidades de comunicación, en las que se engloban las características que debe poseer el emisor para transmitir y para que el receptor participe plenamente en la comunicación. En la comunicación cerrada, el emisor le da la mayor importancia al contenido que se transmite y no al receptor, lo cual da como resultado la comunicación monológica.

En cualquier comunicación el lenguaje es un elemento de suma importancia y existen diferentes tipos de éste: oral, escrito, corporal y gráfico. El lenguaje a su vez está formado por códigos que son sistemas de signos y reglas utilizados para transmitir mensajes. En la transmisión de mensajes se requiere de la codificación y de la decodificación, la primera enunciada se refiere al acto de cifrar los mensajes y transformarlos en signos, la segunda enunciada se refiere a la percepción de los signos.  

Considero que la percepción del autor es muy atinada al poner como centro de cualquier comunicación al receptor, lo cual no observamos en el día a día, sobre todo en nuestra profesión en la que la mayoría del gremio considera que entre más hables más abogado eres, lo cual es totalmente erróneo, pues si entendiéramos que lo más importante es un mensaje claro, tomando en cuenta al receptor y sus necesidades podríamos ser mejores abogados y considero que quienes más lo agradecerían serían los órganos jurisdiccionales, pues no es necesario realizar alguna demanda o contestación a la misma o cualquier otro escrito que conste en muchas páginas, basta con expresarnos de manera correcta para lograr que el receptor reciba correctamente el mensaje.

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