LA ACTIVIDAD DE FOMENTO Y LA MUNDIALIZACIÓN DEL DERECHO DE COMPETENCIA

LA ACTIVIDAD DE FOMENTO Y LA MUNDIALIZACIÓN DEL DERECHO DE COMPETENCIA

La globalización y la mundialización del Derecho, responden a un fenómeno esencialmente económico, pues suponen la supresión de las barreras de comercio y la mayor integración de las economías nacionales, aunado a profundas y muy aceleradas transformaciones tecnológicas. La cuestión más debatida en este sentido, es la necesidad de articular un marco institucional que sea igualmente global, afirma José Ignacio Hernández^[1], que “aquí entra la mundialización del Derecho, o expansión geográfica del ordenamiento jurídico”.

La actividad de la Administración Pública se manifiesta de distintas formas, que varían en sus técnicas y características según los objetivos concretos que persigue el Estado. Se destacan así cuatro formas típicas de la actividad administrativa, que si bien tiene como fin común la satisfacción de las necesidades públicas, difieren en cuanto a los medios de concreción y los efectos que producen sobre los derechos y libertades de los ciudadanos. La clasificación tradicional que aporta la doctrina distingue así entre: actividad de policía; actividad prestacional o de servicio público, actividad de fomento y actividad de gestión económica.

Para  Renato  Alessi^[2], la actividad de fomento, como acción desarrollada por la Administración, encaminada a estimular, ayudar y proteger las empresas cuyas tareas sean favorables al interés general, se ejecuta a través de los siguientes medios:

– Medios de Fomento Honoríficos: son las distinciones y recompensas que el Estado confiere a personas físicas o jurídicas en razón de méritos especiales, tales como: las condecoraciones, trofeos y diplomas conferidos por el Estado.

– Medios de Fomento Económico: son los que se traducen en una ventaja pecuniaria para la empresa beneficiaria, tales como: las subvenciones, créditos, primas e incentivos fiscales.

– Medios de Fomento Jurídico: son aquellos que consisten en el otorgamiento de privilegios de modo que la empresa beneficiaria adquiere poderes jurídicos excepcionales.

– Medios de Fomento Técnicos: consisten en la asistencia técnica prestada por el Estado a empresas de interés general.

En este sentido, se tiene que la competencia, es decir, la aptitud de los operadores económicos de rivalizar entre sí ofreciendo bienes y servicios, es un atributo de la libertad de empresa. La defensa de la competencia, es pues, la defensa de la libertad económica, entendiendo que es el Estado quien en el ejercicio de su actividad de fomento, dicta los lineamientos y preceptos para el desarrollo de dichas políticas.

Se estaría hablando entonces, de un ordenamiento jurídico global, que se estructura por normas jurídicas que no tienen un ámbito geográfico circunscrito. El primer signo de esta mundialización normativa lo representan los acuerdos internacionales suscritos por los Estados para promover el libre comercio, en especial, en el contexto de la OMC. Las normas sobre competencia se extienden a los monopolios y empresas del Estado, cuya existencia no es cuestionada, a pesar que sus efectos tienden a regularse. El segundo signo de la mundialización normativa, se encuentra en el Derecho Comunitario, en el cual la tutela de la competencia asume carácter normativo, con la distinta intensidad propia de cada sistema supranacional. La principal referencia en la materia es el Derecho de la Competencia de Unión Europea, basado fundamentalmente en la exclusión de acuerdos entre competidores; abuso de la posición de dominio; empresas públicas y empresas titulares de derechos especiales o exclusivos y ayudas públicas. Normas de la competencia que vinculan directamente al Estado en  su actividad de fomento y que han puesto un importante estímulo a la liberalización de servicios antiguamente sometidos a un régimen exorbitante.

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