LA ECONOMIA DE LOS ECOSISTEMAS Y LA BIODIVERSIDAD
Enviado por gloanve123 • 17 de Marzo de 2014 • 2.702 Palabras (11 Páginas) • 524 Visitas
LA ECONOMIA DE LOS ECOSISTEMAS Y LA BIODIVERSIDAD
ENSAYO
Es inevitable la conexión entre la pobreza y la pérdida de ecosistemas y biodiversidad. Los objetivos del desarrollo del Milenio demostraron que se encontraban en peligro debido a la poca atención que se presta a estos aspectos de nuestro capital natural y a su deterioro.
En el TEEB se centra a los responsables de la elaboración de políticas nacionales e internacionales. En CIU del TEEB se analiza que el valor de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos no solo promueve una acción internacional para frenar las emisiones de gases de efecto invernadero; también se recalca el valor intrínseco del dinero invertido en el capital natural para ayudar a mitigar el cambio climático y adaptarse a él.
La pérdida de ecosistemas de bosques tropicales es responsable de alrededor de una quinta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero mundiales, también incluye la pérdida de otros ecosistemas valiosos que afectan la disponibilidad de alimentos, agua potable y energía. Se cree que la sociedad no posee o no utiliza los instrumentos adecuados para medir el bienestar y el crecimiento que está dentro de los límites naturales de los ecosistemas o para determinar lo que se debe hacer para que la siguiente generación herede un mundo por lo menso tan rico en oportunidades como el actual.
El capital natural, nuestros ecosistemas, la biodiversidad y recursos naturales; sustenta las economías, las sociedades y el bienestar individual. Sin embargo, a menudo se pasan por alto o se desconocen los valores de sus incontables beneficios. La pérdida constante de bosques, suelos, humedales y arrecifes de coral, está estrechamente ligada a esta invisibilidad económica. También lo está la desaparición de especies y de los bienes productivos como: la pesca debido en a la ignorancia de los valores de lo inmediato y lo privado. La degradación de los suelos y los recursos biológicos puede afectar negativamente la salud pública, la seguridad alimentaria, la elección del consumidor y las oportunidades de negocios empresariales. Como se puede ver los pobres del mundo rural, quienes más dependen de los recursos naturales, son los más castigados.
Se están necesitando, políticas públicas firmes que tienen que adaptarse para que sean socialmente equitativas, ecológicamente efectivas y económicamente eficientes. De los economistas y científicos han surgido algunas soluciones que se están probando y perfeccionando en todo el mundo. Son cuatro prioridades estratégicas urgentes:
Detener la deforestación y la degradación de los bosques, como una parte integrante de la mitigación del cambio climático y la adaptación a él. Proteger los arrecifes de coral tropicales y los medios de subsistencia asociados a ellos de unos 500 millones de personas. Salvar y restaurar la explotación pesquera mundial y los empleos relacionados. Reconocer la estrecha relación entre la degradación de los ecosistemas y la persistencia de la pobreza rural y alinear las políticas en los diferentes sectores con los objetivos de Desarrollo del Milenio.
La primera necesidad básica es mejorar y utilizar de forma sistemática los indicadores basados en datos científicos que midan los impactos y el progreso y nos avise de la destrucción súbita del ecosistema.
Se hace necesario recompensar por los beneficios mediante pagos y los mercados: los pagos por los servicios ambientales pueden introducirse desde el nivel local como por ejemplo el suministro de agua; hasta el nivel mundial como. Reducción de emisiones por deforestación y degradación, así como para la deforestación, reforestación y conservación eficaz, si se diseñan y se aplican apropiadamente; sumaría a reducir los impactos en el capital natural.
Se necesita reformar las subvenciones que perjudican el medio ambiente. Las subvenciones destinadas a la agricultura, la pesca, la energía, el transporte y otros sectores ascienden en conjunto a casi un trillo de dólares de Estados Unidos anuales en todo el mundo. Hasta un tercio de esta cantidad corresponde a subvenciones que apoyan la producción y el consumo de combustibles fósiles. La reforma de las subvenciones que son ineficientes, anticuada o perjudícales esta doblemente justificada en tiempos de crisis económica y ecológica.
Hay que hacer frente a las pérdidas mediante la legislación y la tarificación y fijación de precios. Muchas amenazas a la biodiversidad y los servicios ecosistémicos pueden combatirse mediante reguladores que establezcan normas y sistemas de responsabilidad medioambientales.
Añadiendo valor mediante zonas protegidas: Las zonas protegidas abarcan alrededor del 13.9% de la superficie terrestre de nuestro planeta, el 5.9% de las aguas territoriales y sólo el 0.5% de la alta mar: casi una sexta parte de la población mundial depende de zonas protegidas para obtener un porcentaje su sustento. Si se aumentará su cobertura y su financiación, mediante programas de pagos por servicios ambientales, se fomentaría su capacidad de mantener la biodiversidad y se ampliaría el flujo de los servicios ecosistémicos con ventajas a nivel local, nacional y mundial.
Invertir en infraestructura ecológica: Esta estrategia puede ofrecer oportunidades rentables para cumplir con los objetivos políticos, entre ellos, la mayor resiliencia al cambio climático, el menor riesgo de catástrofes naturales, la mayor disponibilidad de alimentos y agua que contribuya a la atenuación de la pobreza. Invertir inicialmente en el mantenimiento y conservación, resulta casi siempre más barato que intentar restaurar los ecosistemas dañados.
La necesidad de modificar nuestras economías para reducir las emisiones de carbono se hace necesaria. Pero todavía se está muy lejos de entender o apreciar la necesidad de un cambio hacia una economía realmente eficiente en el uso de los recursos, y el papel de la biodiversidad y los eco- sistemas en esta transición. Impulsar el cambio hacia una economía que consuma menos recursos exige la colaboración, la asociación y la comunicación a nivel internacional. Cada país es diferente y necesitará adaptar sus respuestas a la situación nacional. Sin embargo, todos pueden salir ganando los países, las empresas, la gente común al compartir las ideas, la experiencia y la capacidad. Los líderes políticos pueden dirigir este proceso y utilizar los momentos oportunos para forjar un nuevo acuerdo que proteja la biodiversidad y los ecosistemas y sus flujos de servicios.
Estamos afrontando una crisis de la biodiversidad a pesar de ser los principales beneficiarios de los valores múltiples y complejos de la naturaleza.
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