LA EVALUACIÓN: UN RASGO IMPORTANTE DEL PROCESO ENSEÑANZA – APRENDIZAJE
Enviado por LEANAT • 17 de Agosto de 2017 • Ensayo • 1.198 Palabras (5 Páginas) • 286 Visitas
INSTITUTO MICHOACANO DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
“JOSÉ MARÍA MORELOS”
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ENSAYO DE LA EVALUACIÓN
QUE PRESENTA:
ANDRÉS NATANAEL PIÑÓN PÉREZ
ASESOR:
MTRA. TERESA GUADALUPE MATEOS PONCE
MORELIA, MICH. OCTUBRE DE 2015.
LA EVALUACIÓN: UN RASGO IMPORTANTE DEL PROCESO ENSEÑANZA – APRENDIZAJE
En este escrito se trata de precisar la importancia de la evaluación como parte del proceso enseñanza – aprendizaje, por lo que es necesario tener noción sobre el concepto y características que influyen para que ésta asuma un papel esencial en las instituciones escolares.
“Se dice que los exámenes producen más efectos negativos que positivos, que son represivos y suponen un instrumento de poder, que reflejan un estilo de enseñanza, conservador y autoritario, que produce ansiedad y provocan secuelas muy negativas en la personalidad y desarrollo de los alumnos”. (Rodríguez, 2006:13)
Sin embargo, recordemos que la evaluación no sólo se remite a una prueba estandarizada, en la que se pretende conocer el grado de aprendizaje de los alumnos, sino que es un procedimiento continuo que permite conocer las habilidades y actitudes de los pupilos.
Existen diversos conceptos sobre la evaluación, sin embargo el siguiente es el que creo que engloba los aspectos los aspectos que la hacen relevante. “La evaluación es un procedimiento intencionado, funcional, sistemático, continuo e integral, destinado a obtener informaciones sobre los diversos aspectos de los fenómenos educativos con el fin de valorar la calidad y adecuación de éstos con respecto a los objetivos planteados para que, con base a los antecedentes juzgados, puedan tomarse decisiones tendientes a mejorar o aumentar la eficacia de los procedimientos educativos” (Santibáñez, 2001:16).
En relación con lo anterior, podemos destacar que por medio de la evaluación las instituciones educativas pueden adquirir una calidad adecuada, debido a que nos da las pautas para lograr una equidad basada en logros y deficiencias de los alumnos.
La evaluación ha existido desde tiempos remotos en los sistemas de enseñanza; sin embargo en la antigüedad los docentes valoraban los logros a partir de referentes implícitos, fueran éstos sociales o económicos. “En la edad media aparecen los exámenes con un carácter más formal, en torno a ellos se centra todo el sistema universal. Así por ejemplo, la prueba para llegar a “magister” debían aprobar la llamada “inceptio” la cual era un examen oral público en donde el aspirante debía mostrar sus conocimientos en presencia de un tribunal; sin embargo los fracasos en estos exámenes eran poco frecuentes, ya que sólo accedían a ellos los alumnos que obtenían el visto bueno previo de sus maestros.
En el renacimiento como aportación significativa sobre la evaluación propia de nuestro entorno, mencionaremos la obra de “ingenios para las ciencias” de Juan Huarte de San Juan, publicada en Baeza en el año de 1575, en la que ya se plantea la posibilidad de seleccionar a los individuos según el resultado.
Con el tiempo, las prácticas en los exámenes fueron conformando un conjunto de normas, que las disposiciones de instituciones fueron enriqueciendo. Así se introducen los exámenes escritos, que se regulan con toda minuciosidad mediante criterios de evaluación para cada nivel y grado.” (Rodríguez, 2006:26).
Como podemos observar, la evaluación ha estado presente desde tiempos remotos en los procesos educativos, lo que ha ido evolucionando es la forma y el fin con que ésta se realizaba. En la actualidad, para que un docente lleve a cabo una evaluación adecuada es necesario que se cuestione sobre aspectos tales como: qué evaluar, cómo, cuándo y con qué propósito evaluar.
En respuesta a estos cuestionamientos diremos que se debe de evaluar, en primera instancia, los esquemas de conocimientos previos del alumno y, a partir de los resultados obtenidos crear programas y estrategias que permitan adquirir conocimientos significativos para los estudiantes. Asimismo se debe evaluar su entorno social y el factor afectivo-emocional. Esto nos encaminará a conocer las condiciones con las que el niño cuenta para concluir sus estudios, así como el interés que tiene su familia para apoyarlo o motivarlo y que pueda sobresalir.
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