LA EXPERIENCIA DE LA HOSPITALIZACIÓN
Enviado por Mariaelena095 • 4 de Junio de 2014 • 5.838 Palabras (24 Páginas) • 287 Visitas
HOSPITALIZACIÓN
Russell Barton (psiquiatra británico) llama síndrome de “neurosis institucional” a las circunstancias que el enfermo vive en el hospital: pérdida del contacto con el exterior, inactividad prolongada, falta de allegados, la dominación por la estructura. En 1959, en su obra “La neurosis institucional” definía lo que llamó «neurosis institucional» de este modo: Enfermedad caracterizada por apatía, falta de iniciativa, pérdida de interés, más notable en las cosas y los acontecimientos personales que no están inmediatamente presentes, sumisión, y algunas veces inexpresión de sentimientos o resentimiento ante órdenes desagradables e injustas. Existe también una falta de interés por el futuro y aparentemente una incapacidad para realizar planes prácticos para el mismo. Deterioración en las costumbres personales, aseo, las reglas en general, pérdida de la individualidad, aceptación resignada de que las cosas continuarán exactamente como están —sin cambiar, inevitable e indefinidamente. Posteriormente se le llamó “institucionalización” y “hospitalismo”.
La hospitalización constituye una herramienta básica para el manejo de pacientes de cualquier especialidad y está reservada habitualmente para pacientes con enfermedades graves o de difícil manejo.
REACCIONES PSICOLÓGICAS A LA HOSPITALIZACIÓN
Cada individuo reacciona de manera diferente tras ser ingresado en un hospital, dependiendo de la naturaleza de la enfermedad, de su personalidad y de su situación vital. Algunos pacientes lo interpretan como un lugar seguro del que van a obtener cuidado y alivio en sus síntomas, mientras que otras personas lo ven como un lugar que aumenta su ansiedad. En comparación con su hogar, un hospital es un ambiente impersonal, en el que a uno normalmente le despojan de sus ropas, a menudo hay que compartir habitación con otros y tiene que adaptarse a una nueva rutina, a horarios de comidas, sueño y visitas, rodeado de un sinfín de caras nuevas, cada una de ellas con una función concreta que desarrollar. Un hospital moderno es la empresa más compleja que existe. Ingresar en uno para recibir cuidados es una experiencia que no deja impasible a nadie. La medicina científico natural ha transformado edificios e instituciones creados para cuidar y albergar (también aislar) en lugares de alta complejidad y tecnología.
ASPECTOS PSICOSOCIALES DEL HOSPITAL
Podríamos definir el hospital como: «Una macrounidad operativa desde los puntos de vista social, económico, político y funcional, dentro de la cual se produce una serie casi ilimitada y dispar de situaciones, interacciones, funciones y prestaciones, tendentes en su conjunto a recuperar a los individuos para la sociedad.» Con ello podemos entender cómo algo que es aparentemente simple (el hospital como casa de cura) es realmente una institución (algo más que una casa) de una enorme complejidad. Una institución cuyo objetivo, como nota curiosa, es la «recuperación de los individuos para la sociedad. Pero sucede que la mayoría de las camas hospitalarias acostumbran a estar ocupadas por pacientes crónicos o terminales, con lo que resulto que esos pacientes están siendo atendidos en una institución que no es la adecuada, ya que no cuenta con esa función entre sus objetivos. En relación con esa complejidad a la que nos referíamos, podemos considerar, como ya apuntaran Carral y Delás (1992), que se basa fundamentalmente en tres aspectos que deberemos comentar brevemente: la pluralidad de los profesionales (a), que desarrollan una pluralidad de tareas (b), y que lo hacen en un espacio de capacidad limitada (c).
Dentro del referido marco de una intervención psicológicamente adecuada en los pacientes hospitalizados, que es preciso tratar de:
1. Frenar las molestias y disfunciones derivadas de la enfermedad (lo que se puede llamar rehabilitación y/o habilitación alternativa).
2. Evitar o retrasar complicaciones en los cuadros instaurados.
3. Mantener al paciente con la máxima autonomía, libertad e inserción en su entorno, que sean posibles.
4. Mejorar la adaptación tanto del paciente como de su familia (que no olvidemos que también padece las consecuencias de la enfermedad y que, a su vez, influye muchas veces decisiva mente en la evolución del paciente) a la situación de enfermedad.
5. Mejorar el cumplimiento de las normas y controles de salud, tanto en sanos como en pacientes crónicos.
6. Implicar al paciente y a su familia tanto en la situación de enfermedad como en su tratamiento.
7. Evitar la pasividad, la dependencia y el conformismo.
8. Equilibrar, en cada caso, el reparto de las cargas-beneficios consecuentes a la enfermedad entre todas aquellas persona simplicadas en esa situación de enfermedad.
9. Mejorar al máximo la calidad de vida en todos aquellos aspectos en que ello resulte posible.
IMPACTO DE LA HOSPITALIZACIÓN SOBRE EL PACIENTE
El hecho estar hospitalizado les plantea unas dificultades que pueden resumirse en los siguientes aspectos:
• Son sujetos con su salud comprometida en extremo.
• Que reciben una atención tecnificada al máximo.
• Pero cuya asistencia se presta de una forma generalmente bastante desindividualizada.
• En la que se les exige que repriman al máximo sus manifestaciones espontáneas.
• Y donde se refuerzan sus conductas regresivas (que en el fondo eso es «ser un buen enfermo»).
• Se trata, por otra parte, de una situación en la que generalmente existen dificultades para poder aplicar los aprendizajes o experiencias previos,
• En la cual se produce una máxima dependencia de los medios técnicos y del personal.
• Y en la que se está permanentemente en situación de peligro de poder sufrir situaciones desagradables, tanto por la propia evaluación de la enfermedad padecida, como por los tratamientos y exploraciones a que se puede ser sometido.
La propia situación de hospitalización ya supone por sí misma una carga de ansiedad y unos problemas importantes para todos los implicados (pacientes, familiares y personal que desempeña su labor profesional), debemos considerar la situación de enfermedad que padece el paciente, complica aún más su situación y la hace más dificultosa.
La situación de enfermedad implica unos cambios, descritos por Detré y Jarecki en 1974 cuando se refieren a las causas de lo que ellos llaman «ansiedad situacional en la hospitalización». Esos pacientes se encuentran sometidos a unas condiciones particulares, de entre las que destacan:
a) Un futuro personal en mayor o menor grado temible e incierto, en relación con su bienestar, salud
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