LA FUNCIÓN SOCIAL DE LA ESCUELA Y LA APROPIACIÓN DE LA CULTURA ESCOLAR
cyntylu21314 de Enero de 2014
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La escuela cumple una función muy importante en la sociedad pues está encargada de formar individuos que sepan vivir en ella, adquiriendo unas normas y un rol determinado.
En la actualidad se ha tratado de fomentar la integración entre la familia, la escuela y la comunidad ya que los cambios abruptos en la sociedad y su influencia negativa en los niños requiere de la unificación de las fuerzas educativas, y no es solo el maestro en la escuela el que tiene la responsabilidad de ser protagonista en la formación del niño, sino también sus padres, y la sociedad. Ya que el ritmo del cambio sobrepasa al profesor y los agentes de dicho cambio se contemplan con mayor facilidad en la comunidad de la que ya forman parte los niños, de manera que se pongan a funcionar recursos y oportunidades, y así seguir más de cerca este proceso, registrando dichos cambios para convertirlos en valores positivos que afirmen la educación y reguarden la integridad de los niños.
La función social de la escuela es trascendental, debemos luchar por mantener este legado que no solo se trata de adaptación entre niños en una salón de clase, sino de todos los ser humanos viviendo dentro de la sociedad, y así asegurar una continuidad, una herencia que se trasmita bien, es decir que se conserve y aporte unas bases inamovibles en las que se asegura la existencia de toda una sociedad y un mejor desarrollo en la calidad de vida de todos los seres humanos.
La escuela tiene un propósito netamente educativo, y educar es fundamentalmente desarrollar actitudes. Las actitudes pueden ser definidas como la segunda naturaleza de lo humano. La actitud es lo que tenemos como propio y asociado necesariamente a uno mismo. Es la proyección del ser en el hacer casi sin pensarlo hago lo que soy, porque en algún momento construí con mi pensamiento y mi voluntad la decisión.
Formar educativamente actitudes significa proponernos hábitos positivos, hábitos que conducen al bien. Nadie arma un sistema educativo para multiplicar vicios, sino para sembrar (y cosechar) virtudes. Aún los autores que rechazan la formación de hábitos, como Russeau, quieren liberar al ser humano natural de costumbres que la sociedad pone en cada uno de sus miembros.
Las actitudes vuelven estable la conducta y, por sobre los hechos circunstanciales, predisponen a enfrentar al mundo, a la realidad, al obrar y a las personas de un modo determinado: es lo que denominamos actitudes. ¿Qué son las actitudes? Son predisposiciones del obrar; se muestran en el individuo "dispuesto y preparado para", "abierto de manera permanente a", "habituado voluntariamente", " interesado en".
La actitud es una conducta que se torna habitual. Es un tipo particular de hábitos que se concentra en los aspectos fundamentales de la persona y en sus relaciones con los demás.
Es sabido que en toda educación, la formación de actitudes es una tarea tan bica como la trasmisión de contenidos. No tanto porque como se cree los contenidos se olvidan y se cambian, mientras que los esfuerzos hechos sobre la voluntad son ms estables y a veces definitivos, sino sobre todo porque la predisposición en el obrar sigue siendo la pieza clave para construir todo el edificio.
Actitudes son aquellas tendencias y predisposiciones aprendidas y relativamente fijas que orientan la conducta y que previsiblemente se manifiestan ante una situación y objeto determinados. Pero la actitud es una predisposición conductual que adquiere la persona al contacto con la experiencia. Esta formación de hábitos, actitudes y valores debe interpelar no solamente a la escuela, sino a la familia, al proceder de los padres, a los dictados de la misma sociedad.
La formación de actitudes no es exclusividad de la escuela, sino tarea de diversos agentes educativos. En la escuela, la formación de hábitos y de actitudes, y la apertura a los
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