LA GLOBALIZACIÓN Y LA TECNOLOGÍA DE LA INFORMACIÓN EN LA EDUCACIÓN

La globalización se hace sentir en los diversos órdenes de la sociedad, en el conjunto de países de mundo, por supuesto, su repercusión también es notable en el ámbito de la educación, con el planteamiento de nuevos desafíos y la redefinición de las responsabilidades de los agentes encargados de la misma, tanto las que conciernen a la escuela como a los demás actores de la vida social.

La globalización afectó y comprometió a la educación a participar de un nuevo discurso en el que las TIC ocupan un lugar central. Esta plantea interrogantes y reflexiona sobre las debilidades y fortalezas de una nueva educación para un nuevo mundo.

El impacto mayor de este fenómeno mundial puede verse en las generaciones de hoy en día, los cuales poseen cada vez un conocimiento más amplio, pero menos desarrollado, es decir, un conocimiento prácticamente ‘desechable’ que solamente satisface sus necesidades temporales; un conocimiento pasajero y que desgraciadamente se torna obsoleto. Somos la generación de educadores que comienzan a sufrir los estragos de una gran era tecnológica que cada día soluciona o facilita la vida del hombre, pero que al mismo tiempo lo encamina y acelera hacia el fin ecológico y moral de su mundo.

El desarrollo tecnológico de la información y la comunicación ha sido ‘monstruoso’ en el sentido de permitirle a la humanidad estar conectada y comunicada en el momento mismo que lo requiera, incluso, que lo piense, pero este desarrollo, que debería ser benéfico en todos los sentidos, ha cobrado una factura difícil de saldar como lo es la perdida de los valores morales y éticos. En otro sentido, ha acarreado consigo nuevas formas de transmitir el conocimiento y desarrollar competencias en los alumnos.

El desarrollo de estas nuevas tecnologías constituye uno de los factores clave para comprender y explicar las transformaciones políticas, económicas, sociales, culturales y educativas en las dos últimas décadas.

El papel urgente del educador será, entonces, el hacer conciencia del correcto uso de esas nuevas tecnologías y el cuidado de nuestro mundo, al formar buenos ciudadanos. La tarea es difícil, porque los medios de comunicación y los políticos, que desde hace mucho tiempo se desentendieron de la educación de la humanidad, están en una actitud arremetedora contra el docente que nunca debe de perder ese espíritu de servicio que lo llevó a asumir ese rol, ese enorme compromiso, que sólo con decisión y actitud se puede afrontar.

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