LA IGLESIA EN EL MUNDO DE HOY.

RELIGIÓN

Presentado Por:

Dayana Melisa Morales Solarte

Presentado A:

Lic. Robinson Asprilla

11-2

Colegio Parroquial Santiago Apóstol

Cali-Valle

2015-2016

LA IGLESIA EN EL MUNDO DE HOY

La iglesia en la actualidad   apenas tiene influencia, las nuevas generaciones ya no creen en las religiones, prácticamente solo siguen siendo creyentes las personas de cierta edad, ya que hoy en día nos basamos más en la credibilidad de la ciencia, que de la iglesia, me imagino que tarde o temprano casi todas las religiones poco a poco irán desapareciendo, aunque también es cierto que puedan aparecer otras, si miramos bien como es que la iglesia actúa frente a las problemáticas actuales ella brindar apoyo a los necesitados, promover la armonía entre los hombres y la paz. Lograr el desarrollo equitativo de los pueblos, crecer como humanidad civilizada, lograr avances y crea mensajes de amor a los pueblos. Si nos centramos en nuestra sociedad podemos ver que los miembros de ella y como tal nos brindan ayuda y como prueba de ello son por ejemplo las "Tropas de Paz", la Cruz Roja, el Ejército de Salvación, etc., y aunque estas organizaciones no estén integradas en una totalidad por "creyentes", fueron fundadas por miembros de la Iglesia, es decir, por cristianos, y sus socios han decidido compartir su buena voluntad a pesar de la diferencia de credos al grado de olvidar ese detalle.

El tiempo actual podríamos describirlo como un tiempo lleno de contrastes y contradicciones.  En algunos lugares del mundo se ha dado pasos hacia una mayor fraternidad, solidaridad y reconciliación.  Hoy son muchos los que velan por el respeto de los derechos humanos, por la libertad religiosa, por la solidaridad con el más necesitado, por la paz mundial, por el cuidado de la creación.  En distintas partes del planeta van floreciendo innumerables “signos de esperanza” que permiten soñar un mundo mejor.  Pero también sabemos que, como ha afirmado el Papa Francisco, con frecuencia los hombres se dejan guiar por ideologías y lógicas que vienen dictadas por el egoísmo, el propio interés, el lucro, el poder, el placer, y no son dictadas por el amor, por la búsqueda del bien del otro.También vemos que hay muchos cristianos inmersos en un agnosticismo funcional donde, aunque dicen creer en Dios, viven como si Dios no existiera.  Esta triste realidad crea una profunda ruptura entre la vida cotidiana del cristiano y la fe.  Así muchos son “cristianos” en la vida privada, pero en lo público son hombres y mujeres “del mundo”, viviendo según el mundo y no según Dios.  Cuántas veces, lamentablemente, estas personas en nada se distinguen de quienes viven de espaldas a Dios. Es por ello que el cristiano no sólo debe vivir su fe en el mundo actual, sino que debe hacerlo integralmente: pensando como cristiano, sintiendo como cristiano y actuando como cristiano.  Eso nos llevará, muchas veces, a ser signos de contradicción.

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