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LA IMPORTANCIA DEL ENFOQUE EN LA ACTUALIZACIÓN Y CAPACITACIÓN PROFESIONAL.


Enviado por   •  26 de Noviembre de 2015  •  Resumen  •  2.312 Palabras (10 Páginas)  •  84 Visitas

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La importancia del enfoque en la capacitación.

Martes 19 de Octubre de 2010 14:45 Fernando

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El autor propone que la gran diferencia entre trabajar en el siglo XXI y continuar haciéndolo como en el siglo XX, consiste en que en la actualidad en estos 10 años se han consolidado más avances tecnológicos en todas las áreas de conocimiento que en toda la historia de la humanidad. Esto ha provocado un verdadero alud de conocimientos que indudablemente desestabilizan nuestra manera de pensar y de hacer las cosas, lo cual presenta el reto para todo profesional con mentalidad empresarial de poner en práctica de inmediato un proceso de reingeniería personal, el cual de no iniciarlo a la mayor brevedad podrá causar que con la velocidad como ahora se mueve la vida, que en muy poco tiempo quede fuera del mercado laboral.

 

 

LA IMPORTANCIA DEL ENFOQUE EN LA ACTUALIZACIÓN Y CAPACITACIÓN PROFESIONAL.

Es interesante observar la miopía empresarial que aun existe en gran cantidad de ejecutivos que no se han dado cuenta de que el siglo XXI ya se inició hace 10 años, los cuales continúan dirigiendo sus áreas de trabajo de la misma manera como lo hacían el siglo pasado, basados en la afirmación de que esa manera les ha dado buenos resultados así que no tienen por qué cambiarla.

El profesional con mentalidad empresarial es aquel que ha comprendido que ser profesional requiere contar con conocimientos actualizados en su área de competencia y que sabe distinguir entre lo que quiere hacer y lo que tiene que hacer y ha logrado integrar estas dos visiones en con una actitud trascendente de su trabajo, que le permite desarrollar una manera personal de comportamiento, que está dirigida a vivir no solo con felicidad, sino con plenitud.

 

Los tres principales retos que tiene que superar el profesional con mentalidad empresarial son:

  1. Dejar de pensar que su experiencia le ha dado la sabiduría para hacer las cosas como las hace, por lo cual no tiene por qué cambiar.
  2. Dejar de creer que el sistema de castas, aun persiste.
  3. Crear sistemas de capación que solamente se diferencien por el enfoque.

 

Si en este momento le preguntan a un profesional ¿Cómo se realizará su actividad en el siglo XXI?, lo más probable es que no tenga la respuesta, ya que la manera de  hacer las cosas en el siglo XX se fue inventando en el transcurrir de ese siglo, teniendo como característica particular la aceleración del cambio a medida que los años transcurrían, por lo que la tendencia, nos puede garantizar que la aventura que nos presenta Alvin Toffler en su libro el Shock de Futuro ya es una realidad desarrollada en menos tiempo de lo que él mismo se imaginó[1], esta velocidad de cambio cada vez más acelerada, sí será algo que podemos prever, pero la manera como iremos adecuando nuestro ejercicio profesional a ese cambio, la tendremos que inventar, para lo cual antes que nada tenemos que dejar de pensar que:

 

  1. LA EXPERIENCIA ME HA PROPORCIONADO LA SABIDURÍA PARA HACER LAS COSAS COMO LAS HAGO, POR LO CUAL NO TENGO POR QUÉ CAMBIAR.

Este razonamiento desgraciadamente a lo único que conduce es al estatismo para pensar y para actuar, normalmente es el resultado de un exceso de confianza, generada por un enorme desconocimiento, de lo que realmente se desconoce y que lleva a quien así piensa, a buscar las relaciones de grupo con personas que comulguen con esa mentalidad, ya que eso aparentemente les da seguridad, lo cual provoca parálisis grupal y no reaccionan a lo que realmente es una falta de seguridad provocada por la necesidad de cambio.

 

Para solucionar este problema, lo primero que se debe de hacer es aceptar las propias limitaciones. Si se desconoce lo que se debería conocer, se está muy cerca de la auténtica ignorancia. Si se conoce lo que se debería conocer existen dos posibilidades que me aboque a adquirir ese desconocimiento para actualizarme, o que adopte una posición de indiferencia con lo cual estaré muy cerca de ganarme el “Premio Interestelar a la miopía empresarial”.

 

Es posible que el razonamiento de esta situación se deba ver al revés, ya que la humildad es una virtud, la que me llevaría a la aceptación de lo que desconozco y así me abriría la puerta del conocimiento, por que saber lo que desconozco no es un defecto; lo que es un defecto es no aceptarlo, ya que esto se cataloga como cerrazón y solamente del profesional depende cambiar este defecto por una virtud.

 

Esta actitud es más común en el director de empresa que en sus subalternos, -salvo que exista alguno con la soberbia enardecida-, un  director que demuestra que acepta sus limitaciones y que se esfuerza para superarse, se convertirá en un paradigma para sus empleados provocando que la empresa entre en una espiral de superación. La cual permeará de arriba hacia abajo, creando un proceso de reingeniería constante que permitirá crear una cultura de calidad y crecimiento empresarial.

 

Muchos profesionistas se inscriben en programas de capacitación, sin averiguar si verdaderamente estos programas les ayudarán a crecer, cuando esto ocurre es común que el profesionista se sienta desilusionado y trate de culpar al programa o a sus maestros de no estar en el nivel que buscaba, pero la culpa no la tienen estos, sino el profesionista que demuestra su falta de capacidad para analizar y elegir, por lo que si un profesional decide capacitarse, antes de hacerlo deberá definir qué es lo que no sabe y buscar el sistema idóneo para aprenderlo. Afortunadamente existen ofertas de capacitación para gran cantidad de necesidades y normalmente unas no son mejores o peores que otras, simplemente son diferentes, por lo que si un programa académico, no satisface una necesidad con seguridad la culpa la tiene quien no supo elegir.

 

  1. CONTINUAR CREYENDO QUE EL SISTEMA DE CASTAS, AUN PREVALECE.

Cuando un director de empresa se da cuenta de que la capacitación es una necesidad en su empresa, lo primero que piensa es crear un sistema que abarque programas de capacitación para los diferentes niveles directivos de la organización.

Desde luego su mentalidad es pre-revolucionaria, pues está manifestando que en su empresa aun prevalece el sistema de castas.

 

La empresa moderna (Adhocrática)[2], destaca en:

  1. Los sistemas de organización – Por su sólida planeación, la operación por procesos, el trabajo en equipo con enfoque a la calidad y mejora contínua.
  2. En los sistemas de comunicación – Implementando los esquemas de redes que facilitan la comunicación entre iguales.
  3. Y en las cuales el principal recurso es el tiempo, debiéndose eficientar.

 

El sistema de castas es totalmente inoperante, no es extraño escuchar que los directores quieren un programa de capacitación en el cual únicamente esté presente la clase jerárquica de mayor nivel. Desde luego esto obedece a una búsqueda de Status. Parte de un principio de química que establece que el agua no se mezcla con el aceite, o a una lógica de producción en el cual la bobina de hilo no se debe revolver con la pelusa. En el fondo lo único que soporta esta actitud es el temor de exhibir las debilidades de los directivos ante la casta productora de la cual podría surgir un vasallo irreverente.

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