LA INTELIGENCIA ESTRATÉGICA MILITAR DE LOS ESTADOS UNIDOS

LA INTELIGENCIA ESTRATÉGICA MILITAR DE LOS ESTADOS UNIDOS

Para que una fuerza armada sea efectiva, ésta no sólo requiere de soldados bien entrenados y de equipos eficientes, tanto a nivel de armas como de comunicación, sino también de una estrategia que establezca cómo, dónde y para qué deben ser desplegados los recursos militares con los que cuenta una nación. La estrategia militar de los Estados Unidos plantea las bases para una lucha eficaz contra una serie de adversarios en el marco de una guerra contra el terrorismo. Este planteamiento cuenta con un gran número de fortalezas, las cuales, de ser implementadas de acuerdo a lo planeado, podrían llevar a una victoria casi total sobre el terrorismo. El propósito de este artículo es hacer una breve revisión de las metas que se pretenden alcanzar con esta estrategia, con el fin de evitar comentarios desinformados sobre lo que pretende alcanzar EE.UU. en el campo de la seguridad.

La Estrategia Militar Nacional de los EE.UU. cuenta con tres objetivos básicos: proteger a los EE.UU., prevenir conflictos y ataques sorpresas y prevalecer sobre los adversarios. Si bien estos objetivos son planteados de manera separada, basta con una breve revisión de lo planteado en el documento para comprender que las tres metas se encuentran interrelacionadas y buscan un ambiente de seguridad global.

En cuanto al primer objetivo, se establecen tres frentes en los que actuarán las fuerzas americanas. Dado que para derrotar al terrorismo no es suficiente con fortalecer las defensas internas y esperar a que los terroristas actúen, la primera línea de defensa se encuentra cerca de los zonas donde operan estos movimientos. Una victoria frente al terrorismo necesita de una política activa que busque neutralizar posibles enemigos antes de  que su fuerza para realizar ataques devastadores aumente. Una segunda línea de defensa son las vías de acceso hacia EE.UU. (terrestres, aéreas y marítimas). Posibles amenazas pueden ser anuladas antes de que lleguen a territorio americano. Este punto también requiere de cooperación con los aliados, sobre todo con países vecinos. Finalmente, la última línea es el mismo EE.UU. Si bien el ejército se encuentra preparado para lidiar con enemigos en territorios foráneos, también lo está para apoyar al personal de otras agencias del gobierno americano, con el fin de resguardar blancos importantes y ayudar en las labores de emergencia ante un posible ataque.

El segundo objetivo está relacionado al poder de disuasión de las FF.AA. Prevenir conflictos implica, así como en el caso de la primera meta, mantener bases y unidades desplegadas en el exterior, no sólo con el fin de mostrar a estados enemigos el compromiso de EE.UU. de mantener la seguridad, sino también el dar una señal de apoyo a los aliados. No obstante, cabe resaltar que la disuasión se encuentra enfocada a Estados enemigos como Corea del Norte e Irán y puede resultar inefectiva frente a organizaciones terroristas internacionales. Por ende, el segundo objetivo también comprende el neutralizar posibles amenazas antes de que se conviertan en realidad. Para esto, se plantea una estrecha colaboración entre las FF.AA. con los servicios de inteligencia y el contar con una capacidad de respuesta rápida una vez que se cuenta con la información sobre posibles blancos.

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