LA MENDICIDAD EN COLOMBIA

COLEGIO FRAY LUIS APÓSTOL

LENGUA CASTELLANA 10º

JULIO 20111

LA MENDICIDAD EN COLOMBIA

Colombia es un país con una situación crítica, ya que los ciudadanos nos hemos acostumbrado a la “mendicidad”, decimos mendicidad entre comillas porque con esto no nos referimos sólo a los mendigos de las calles sino que nos referimos a que los ciudadanos estamos acostumbrados a recibir limosnas de lo que nos pertenece por derecho, por esto la sociedad nunca está compuesta por individuos libres y dignos, por seres emprendedores con la convicción de que tienen derecho a exigir lo que nos pertenece sino por agradecidos mendigos. “Colombia, hay que decirlo, tiene una característica triste: es una país que se ha acostumbrado a la mendicidad, y ello significa, es un país que ha renunciado a la dignidad”^[1], con esto podemos preguntarnos qué hace que nuestro país esté basado en la mendicidad, tal vez tendríamos que hacer un estudio detallado para determinar la culpabilidad de esta mendicidad; pero si lo tratáramos a simple vista nos daríamos cuenta a leguas que nuestra falta de dignidad es por causa del mal gobierno que tenemos, un Estado que sólo malgasta el dinero de nuestra nación en cosas personales y familiares lo que nos lleva a una espera de cualquier peso que quede de tan mal invertido dinero.

“Pero el Estado mismo mendiga sin cesar, y sólo en este terreno asume su función de dar ejemplo”, el mal gobierno no sólo nos hace mendigos en la sociedad sino que el mismo Estado mendiga demasiado al estar pidiendo ayuda a los organismos internacionales cada vez que nuestro país se ve afectado por cualquier motivo que conlleve un esfuerzo para ellos; cuando el sólo trabajo bien realizado y con la ayuda interna del mismo país, con su solidaridad, con su vehemencia podríamos solucionar cualquier adversidad que presente Colombia sin necesidad de estar mendigando ayudas y favores dados de mala manera.

Sin embargo, lo más grave de todo no es la mendicidad de nuestra nación sino la conformidad de todo el pueblo colombiano ante tal condición. Nadie exige, nadie hace valer sus derechos, nadie hace algo para cambiar la situación en la que nos encontramos, aunque deberíamos reconocer las incesantes protestas que se ven frecuentemente por distintos abusos; pero sería un reconocimiento a medias, ya que dichas protestas son altercados sin argumentos de peso para confrontar lo que en realidad se necesita, son griterías absurdas que hacen poco o nada para cambiar las cosas; no queremos decir con esto que las protestas no sirvan de nada, al contrario las protestas sirven mucho, estas son las voces del pueblo, lo que pasa es que dichas propuestas se hacen con un interés común; mas su resultado es simplemente sublevar por un momento la sociedad; así pues, las personas que las llevamos a cabo nos rendimos demasiado rápido y además de esto nos quedamos sólo en la crítica sin proponer pautas verdaderas para un cambio verdadero y si las proponemos nos quedamos sólo en darlas a conocer no en ejecutarlas. “Y así se extiende el más peligroso, el más desalentador, el más adormecedor de los males de la nación, la indignidad, la falta de orgullo, la aterradora falta de carácter que carcome al país y de la que son notables exponentes casi todos nuestros gobernantes”^[2].

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