LA REALIDAD DE LA EDUCACIÓN FINANCIERA EN EL DISTRITO 4 DE LA CIUDAD DE EL ALTO

LA REALIDAD DE LA EDUCACIÓN FINANCIERA EN EL DISTRITO 4 DE LA CIUDAD DE EL ALTO

Partiendo de que toda educación conlleva un bien a presente y a futuro y que ese bien puede garantizar no solo estabilidad material o económica sino estabilidad emocional en el marco de del vivir bien (filosofía de la Constitución Política del Estado), se considera a la educación financiera sino en una necesidad en una alternativa elemental que cualquier ciudadano debe tener.

La educación financiera se ha convertido, en estos últimos tiempos, en una necesidad que es necesaria impartir, conocer e implementar ya que muchas personas no han sabido o logrado administrar adecuadamente su dinero, (y por esta razón algunos inclusive lo perdieron “todo”) Otros no supieron conocer, por ejemplo lo importante que es ahorrar, y algunos arriesgaron su dinero en inversiones, donde la experiencia no basta sino el conocimiento.

A pesar de contar con educación humanística básica y superior, ninguna de ellas, toma como prescindible el aspecto educativo económico. De la experiencia económica ajena, de la experiencia económica trasmitida a través de la oralidad, el sujeto va internalizando algo que supone ya lo conocía o que pretendía conocer y va desarrollando situaciones económicas que por lo general no satisfacen sus expectativas. Y de ello claro ejemplo son las malas decisiones que uno toma en pos de beneficios aparentes, pero que en verdad distan mucho de la realidad.

La importancia de la educación financiera no incumbe solamente al individuo como único actor principal, sino a la familia y ella trascenderá en la comunidad. Este circuito, donde ninguno tiene más importancia que el otro, tiene un proceso natural de ser, donde todos cumplen su función o rol entorno a la educación financiera. Este último como generador de conocimiento equilibrará no solo roles, sino tiempos y lugares.

Reducir descontentos, preocupaciones, insatisfacciones o fracasos de las actividades económicas que se realiza es de algún modo otro objetivo que persigue la educación financiera. Claro que dependerá de cuan aplicado es el sujeto (o sujetos) involucrado (s)

o también de qué manera se implemente (enseñe) los componentes y elementos que hacen a la educación financiera.

Pero, de donde viene esta preocupación, si durante décadas las familias han seguido una lógica económica que sino ha sido muy exitosa ha tenido resultados aceptables, salvo excepciones. Las razones pueden dimensionarse en: maneras de aceptar los cambios políticos – económicos, el sistema o enfoque en el que se mueve las economías públicas y privadas, en los valores que se asignan (ahora) a la educación y por ende al conocimiento, a las relaciones más fraternales entre la comunidad y las entidades económicas, al proyecto de vida que persigue cada familia, a las trasferencias de ideales de vida, en fin no se puede enfrentar ni muchos menos comparar nuestra realidad con la de hace cinco, diez, veinte, treinta o más años. Las proyecciones, las visiones, las perspectivas de vida difieren de una época a otra y saber afrontarlas de manera responsable y eficaz dependerá de cuan perceptible es el ser humano, en realidad sólo es poner a trabajar el sentido común.

Así como el tiempo va trayendo cambios en distintas áreas, son ellos generadores de nuevos retos, de nuevas oportunidades, e incluso, hoy se conocen, de nuevos valores, estos últimos se han convirtiendo, ya no en valores individuales, sino en valores socio comunitarios. Así, por ejemplo el valor de la complementariedad (Ley 070) donde se pone de manifiesto el beneficio bidireccional, de unos a otros, se pone en relevancia una acción de bien común. Son ahora la entidades financieras que fijan entre sus acciones el de beneficiar a través de sus servicios no solo al individuo o la familia sino a la comunidad toda.La familia, a través del individuo, y la comunidad fijan sus acciones económicas en el saber; la cognición debiera ser el motor generador de acciones. Reorientar las decisiones sobre las actividades económicas será consecuencia de la responsabilidad asumida.

Diagrama: el circuito más natural que debía tener un sistema económico de relación confiable entre una sociedad imbuida en el conocimiento educativo de sus finanzas, transitando por el núcleo familiar, es en un ir y venir donde todo es uno y uno es todo.

Cada individuo es responsable no sólo de su bien social y emocional, sino también de su economía. Consideramos que este ente influye en la manera de ser y hacer en una sociedad. Esta última es consecuencia del pensar y obrar del hombre. Por tanto un ser sin educación, en cualquier ámbito, puede afectar el éxito de una sociedad productiva.

La educación financiera es un proceso de desarrollo de habilidades y aptitudes, que mediante la asimilación de información comprensible y herramientas básicas de administración de recursos y planeación, permite a los individuos:

 Tomar decisiones personales y sociales de carácter económico en la vida cotidiana.

 Utilizar productos y servicios financieros, para mejorar la calidad de vida bajo condiciones de certeza, que generan oportunidades

 Saber manejar mejor los ingresos

Los aspectos que atañen a la educación financiera son: el ahorro, el presupuesto, ingresos, los egresos, balances, logros financieros…

El ahorro es una forma de “guardar” un porcentaje convenido para invertir o prever una necesidad a futuro, ya sea esta para el beneficio de uno mismo o de un beneficiario. Esta práctica es desconocida en su real dimensión pues solamente se cree que el “ahorrar” nos sirve sólo para un imprevisto (enfermedad, estudio, entre otros)

El presupuesto es organizar, analizar, considerar y especificar la manera en que se va a erogar el dinero. Esta forma de agendar o administrar el dinero, generalmente no la hacen.

Los ingresos son sueldos, ganancias, remuneraciones que un individuo recibe como valor al tiempo y servicio desarrollado en un tiempo y lugar determinado.

Los egresos

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