LA TRANSICION DE LAS ARTESANIAS, UNA MUESTRA DE LA EVOLUCION DE LA SOCIEDAD BOGOTANA, SOCIEDAD MULTUCULTURAL Y SOBREVIVIENTE.

LA TRANSICION DE LAS ARTESANIAS, UNA MUESTRA DE LA EVOLUCION DE LA SOCIEDAD BOGOTANA, SOCIEDAD MULTUCULTURAL Y SOBREVIVIENTE.

Jenny Bolena Campo-1022366504

Las artesanías han sido una parte importante en la historia de nuestro país, se han producido en todas las regiones del país por artesanos en respuesta a atender algunas de las necesidades de las personas como son según Max Neef: las de subsistencia  (mantener la temperatura corporal con vestimenta, la seguridad física y de recursos, en ocasiones a través del trabajo) de entendimiento (formación con entendimiento de las particularidades de su comunidad) de identidad (al materializar sus símbolos y memoria histórica) de participación (al demostrar sus convicciones, respeto por determinados elementos y la pasión en ello) entre otras; ya sea para el desempeño de una tarea, es decir como una herramienta (vasijas, canastas, mochilas) la decoración y personalización de los objetos (canastas de totumo, elementos decorativos en barro) o como parte fundamental de los rituales.

Estos artesanos desempeñan un oficio, son dueños de sus recursos, conocedores de las materias primas y su manipulación, también de las técnicas de transformación y establecen los tiempos de ejecución. Tradicionalmente, la artesanía se transmite de generación en generación y sólo una minoría recibe formación académica. (Artesanías de Colombia, 2015), Algunos de los artesanos provienen de familias que por más de tres generaciones  se han dedicado a un oficio artesanal, hay otros que por fuera de encontrarse sin ocupación ni medios de subsistencia, optaron por dedicarse a uno o varios oficios artesanales,   lo cual hace que sea un medio de rebusque para muchos Colombianos en medio de una economía afectada por el desempleo y la informalidad ( (Bautista, 2016)

En el municipio de Sutatausa, Cundinamarca,  se encuentran artesanos que transforman la lana de las ovejas criadas y cuidadas en la zona rural. La primera parte de la cadena es el hilado de esa lana por parte de unas señoras que la llevan a un taller donde se encargan de la producción de prendas tejidas en su mayoría  en dos agujas y el restante en  telares simples. El oficio de la tejeduría fue heredado en este caso por el abuelo de la señora Luz María Rodríguez (tejedora en fibras blandas) quien tejía cintas para vestir las faldas que se usaban en la época, entonces el señor hacia el proceso completo desde el cuidado de las ovejas, pasando por el hilado, la tintura y finalmente el tejido de la lana para estos productos llamados Chumbis. Luego paso a manos de su esposa, generando el autoabastecimiento de sus prendas de vestir,  agregando más productos para la venta como sacos y chalecos que tuvieron gran demanda. Enseguida lo transmitieron a su hija, es decir la madre de Luz María, quien también se encargó de pasárselo a ella a temprana edad, y comenzó a producir vestidos para muñecas. En su adultez Luz María con la ayuda de la gobernación ingresa a un proyecto para los artesanos que buscaban mejorar sus productos y en el 2014 formó parte del laboratorio de diseño del municipio (Rodriguez, 2014).

Bogotá ha sido la acogedora de muchos de los artesanos de nuestro país, sin embargo, allí no se ha dado un correcto impulso para que estos se establezcan de manera sólida, sostenible y segura. Esta cuidad paso de abrir lugar a pequeños conjuntos de talleres artesanales (generadores de empleo, que el gobierno no estaba en capacidad de ofrecer), a ceder sin ningún plan proteccionista a grandes industrias que terminaron por dejar al mínimo de producción a este sector, que llego a crecer significativamente con la migración de los habitantes de otras zonas del país por motivos del conflicto.

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