LA VERDADERA HISTORIA DE RICHARD KUKLINSKI (ICE-MAN)
Enviado por alamo_86 • 9 de Mayo de 2016 • Apuntes • 1.526 Palabras (7 Páginas) • 535 Visitas
Cuadro sinóptico de fuentes de información para el estudio de la criminología.
LA VERDADERA HISTORIA DE RICHARD KUKLINSKI (ICE-MAN)
Introducción
A continuación detallaremos aspectos y rasgos de este personaje analizando su perfil criminológico tomando en consideración lo estudiado en esta asignatura.
La atención en los medios de comunicación se centró el 23 de Marzo de 2006, cuando los principales periódicos de EU publicaron la muerte de Richard Kuklinski, catalogándolo como el más prolífico asesino a sueldo de la historia plagada de violencia, tortura y asesinato.
Este será el perfil criminal objeto de estudio.
Desarrollo
Richard Kuklinski fue asesino a sueldo para la mafia durante dos décadas. Se especializó en gran variedad de procedimientos para matar, y su especialidad era la disposición del cadáver para que la policía no le relacionara con el crimen. Richard Kuklinski fue uno de los hombres más peligrosos que han pisado éste planeta.
Richard Kuklinski nació en Jersey en 1935, en el seno de una familia de muy humilde. Vivían en un barrio marginal de viviendas protegidas. El ambiente familiar era rígido, violento y religioso. El padre, Stanley Kuklinski era hijo de inmigrantes polacos. Aquel hombre era un rudo guardafrenos, un hombre alcohólico, putero y pendenciero, que sometía a golpes a su mujer y a sus hijos por costumbre.
Stanley y Annah Kuklinski
La madre, Annah, era una mujer muy católica. De padres dublineses, creció en un internado religioso. Del que la sacó Stanley, para casarse. Pero la felicidad duró poco, si algo. Pronto empezaron los gritos. Stanley se volvía venenoso cuando bebía, y pronto comenzaron los episodios de violencia doméstica. Cuando nació Florian, el primogénito de tres varones, las palizas ya debían de ser habituales. Los más tempranos recuerdos de Richard ya incluían las agresiones de sus padres. Hannah aprendió que tratar de protegerlos era contraproducente, pues agravaba la ira del marido y la atraía hacia ella. A menudo, mientras Stanley apalizaba a sus hijos, Annah rezaba en alto, de rodillas contra la pared. Otras, ella misma participaba en las palizas, desviando la atención de su marido hacia sus hijos. También a solas les pegaba ella, usando todo tipo de objetos, cuando su marido no estaba.
Richard era un niño introvertido. Estudiante difícil y con problemas para relacionarse, era blanco de los chulos del colegio. Como había aprendido que era mejor no pasar demasiado tiempo en casa, y tampoco tenía amigos, empezó a hacer una vida callejera y solitaria. Lo que no estaba exento de problemas, pues en el vecindario también había chicos malos que le pegaban y humillaban cuando sus caminos se cruzaban.
Lo pasaba mejor solo que acompañado. No se fiaba de nadie. En casa, además, las cosas empeoraban. Annah tuvo dos hijos más, Roberta y Joseph. La presión doméstica sobre Stanley era mayor, y por tanto se agudizaba la violencia. Un día, Stanley empezó a verse con otra, y gradualmente fue abandonando el hogar, lo que implicó una mejoría inmediata. Pero Annah tuvo que ponerse a trabajar por las noches, y eso trajo consigo sus propios problemas.
Parte del fracaso escolar de Richard se debía a una indetectada dislexia que hacía al chico parecer tonto o retardado. Pero Richard aprendió a leer con interés cuando cayó en sus manos una revista de crímenes. En aquella época la crónica negra era un género muy popular, mucho más que ahora, y existían decenas de publicaciones que describían con todo detalle y soporte fotográfico crímenes e investigaciones. Éstas revistas de crímenes cautivaron a Richard, que devoraba cuanto ejemplar caía en sus manos. Ayudado por aquellas publicaciones, empezó a fantasear con matar a Stanley, y planeó e imagimó decenas de modos de hacerlo. Y luego, pasó de planear la muerte de Stanley a planear la muerte de cualquiera que le estuviera jodiendo la vida.
Con trece años, y después de un episodio particularmente doloroso de vejaciones verbales y físicas por parte de éstos matones de barrio, se hartó. Acechó al jefe de los matones, Charley Lane, un chico de dieciséis años, y cuando conoció sus rutinas, trazó un plan. Charley tenía a raya a Richard, le hacía de todo, y dirigía a otros contra él. Richard había fantaseado muchas veces con matarle. Con una barra de hierro oculta en el antebrazo, le esperó en el callejón tras la casa del tipo, de madrugada, hasta que éste volvió de sus pendencias nocturnas. Allí, sin testigos, Richard se le encaró y le provocó. El matón atacó a Richard, y cayó al suelo con la sien abierta de un golpe certero y brutal en la cabeza. Richard Kuklinski se había cobrado su
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