LAS POTENCIAS EXTRANJERAS Y LA REVOLUCIÓN MEXICANA. UNA REACCIÓN EN SIETE ETAPAS
Enviado por elmn • 7 de Diciembre de 2013 • 1.549 Palabras (7 Páginas) • 1.711 Visitas
LAS POTENCIAS EXTRANJERAS Y LA REVOLUCIÓN MEXICANA. UNA REACCIÓN EN SIETE ETAPAS
LORENZO MEYER.
• Etapa inicial se caracteriza por la sorpresa que produjo la caída del régimen.
• Segunda etapa: se caracteriza por la espera atenta del mundo exterior, mientras evaluaba la capacidad de las nuevas autoridades para introducir la gobernabilidad en los sistemas político y social de México.
• Tercera etapa: está marcada por la intervención agresiva de las potencias extranjeras en los asuntos internos del nuevo régimen mexicano.
• Cuarta etapa: se caracteriza por las diferencias que aparecen entre las potencias extranjeras con respecto a la naturaleza de los procesos que ocurren en México y la mejor manera de manejarlos.
• Quinta etapa: se define principalmente por las presiones externas para contener las tendencias más nacionalistas y sociales de la Revolución; pero también por las divergencias aún mayores en la actitud de las potencias extranjeras hacia México y el surgimiento de un verdadero conflicto imperial.
• Sexta etapa: característica principal es el esfuerzo del poder dominante de la región por lograr que el nuevo régimen mexicano actuara según los principios que constituían el derecho internacional en materia de la propiedad de los extranjeros, principios diseñados e impuestos por las grandes potencias europeas a lo largo de varios siglos.
• Séptima etapa: corresponde a los procesos que condujeron al acuerdo final, y a su consolidación, entre el nuevo régimen mexicano y las potencias que dominaban el sistema internacional.
DESAGRADABLE SORPRESA
Muy pocos creyeron que 1910 el pequeño e improvisado levantamiento anti reeleccionista contra el aparente y sólido régimen porfirista tendrían éxito y aún más que pudiera estallar una revolución en México. Las suntuosas celebraciones del centenario del inicio de la independencia, corolario de la séptima reelección del General Díaz fueron tomadas como la prueba evidente de la enorme confianza que la oligarquía porfirista tenía en sí misma. Los extranjeros sabían del cierto descontento político y social en algunos sectores de las clases media y baja pero descartaron la posibilidad de Madero a la legitimidad de los resultados de la elección de 1910 pudieran conducir la crisis final del régimen.
Desde el punto de vista de la Embajada de los EEUU consideraban al joven Madero ignorante en asuntos de gobierno e informaron que el rebelde de Coahuila y sus seguidores carecían totalmente de prestigio político y que el Gobierno de Díaz continuaría recibiendo el apoyo de todos los grupos económicos importantes de México.
Al final lo que realmente sorprendió no fue la expansión de la rebelión por el norte sino la incapacidad de la maquinaria política y militar porfirista para aniquilar a quienes habían osado cuestionar lo que los intereses estadounidenses y europeos en México consideraban el arreglo político más efectivo de toda América Latina.
EN ESTADO DE ALERTA
Éste término se utilizó después para calificar las políticas del presidente Wilson hacia México. El principal interés del embajador estadounidense y de los diplomáticos europeos entre 1911 y 1913 era mantenerse vigilantes, pedir protección para los connacionales suyos. Ellos solicitaron al Secretario de Relaciones Exteriores protección policial o militar inmediata para los ciudadanos extranjeros, que pedían el auxilio de sus representantes diplomáticos en momentos en que se sentían amenazadas sus vidas o propiedades en regiones donde el control de las nuevas autoridades eran inciertos. En 1912 el embajador estadounidense exigía a Madero poner fin al caos político y social encabezado por Pascual Orozco en el norte, el golpe militar intentado por Félix Díaz en Veracruz y el movilización campesina comandada por Zapata en el sur.
LA INTERVENCIÓN AGRESIVA
En 1912 se pretendía examinar la conveniencia de una intervención europea-estadounidense en México y cuyo objetivo sería el restablecimiento de la ley y el orden, para entonces el embajador de EEUU adoptó una actitud hostil hacia el nuevo gobierno mexicano, y no perdía oportunidad para exagerar ante sus superiores las debilidades de Madero e insistir que la permanencia de éste era negativa para los intereses nacionales de los EEUU. Puede afirmarse como lo hiciera el Profr, Stanley Ross que, al concluir 1912 el gobierno de Madero estaba ya en vías de consolidarse, sin embargo justamente entonces, en la segunda semana de febrero de 1913 se produjo un intento de golpe militar en la capital misma del país, finalmente los asesinatos de Madero y el vicepresidente a manos del Gral. traidor Victoriano Huerta fueron condonados y justificados sin problemas por los representantes diplomáticos de Washington y de Europa, quienes además invitaron a sus respectivos gobiernos para que dieran su reconocimiento diplomático y apoyo político e incluso económico a la dictadura militar de Huerta.
LAS POLÍTICAS IMPERIALES SE DIVIDEN
A medida
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