LEGALIZACIÓN Y LIBRE CULTIVO DE LA MARIHUANA EN CHILE
Enviado por • 30 de Abril de 2014 • 2.221 Palabras (9 Páginas) • 454 Visitas
El cáñamo es una planta herbácea que posee flores masculinas y femeninas. Este con la marihuana son la misma planta, la “cannabis sativa” pero existen distintas variedades, con algunas diferencias, una de las más importantes son la cantidad de resina y su contenido de THC. El THC o tetrahidrocanabidol es una sustancia psicotrópica que se halla presente en la resina. Mientras mas THC contenga la marihuana, de mejor calidad será. La resina además del THC también contiene otras sustancias similares al THC, pero no psicoactivas que son el Cannabidiol y el Cannabinol. Estas sustancias parecen ser las que determinan el olor y el sabor de la resina.
Una droga por definición es: “toda sustancia que al ingresar al organismo altera el sistema nervioso central y causa una dependencia física o sicológica”. Por lo general la visión de la gente con respecto a las drogas es que son adictivas y nocivas para la salud, es por esto que la gran mayoría de las drogas son ilegales, bajo ese punto de vista sería una autodestrucción permitir que todas ellas fueran de libre acceso para la gente. Sin embargo hay parte de ellas que son legales y acceso controlado, como lo son el tabaco y el alcohol que son consideradas drogas “más suaves” y son masivamente consumidas. Dentro del término “drogas suaves” cabe preguntar ¿Qué criterio determina si una droga es dura o suave? ¿Bajo qué norma se rige la legislación chilena para catalogar una droga como legal o ilegal? Si es el caso que, para que una droga sea legal, esta debe ser una “droga suave” y que gran parte de la sociedad la consuma. Entonces ¿Por qué la marihuana es ilegal? Siendo que la marihuana puede considerarse una “droga suave” ya que se ha comprobado científicamente que es menos adictiva para el organismo que el alcohol o el tabaco. Por lo cual ¿Es factible legalizar la marihuana en Chile?
Luego de esta introducción, mi ensayo estará centrado a la legalización del cultivo y el consumo de la marihuana.
El legalizar el consumo y cultivo de marihuana en Chile haría una considerable reducción del comercio ilegal, a la sobrevaloración de las drogas y el ambiente de clandestinidad en que gira el consumo y una clara diferencia entre drogas blandas y duras. Esto entregaría a los ciudadanos el derecho a consumir una droga que si bien causa daños a la salud, no lo hace en mayor medida que el alcohol, el tabaco y otros vicios en que están diariamente con los chilenos
Con bases de un reporte de drogas de la ONU del 2011, la marihuana es la droga ilegal más popular en el mundo, porque entre 2,8% y 4,3% de la población mundial consume marihuana. Se ha masificado en tal medida el consumo que incluso miembros del congreso admiten que consumen cannabis frecuentemente y defienden la legalización y despenalización del auto cultivo, como es el caso de Fulvio Rossi, Ernesto Ávila y Ricardo Lagos Weber.
El número de personas, sobre todo de jóvenes que están de acuerdo con la legalización de la marihuana es grande y va creciendo, esto se ha visto reflejado las grandes marchas y eventos en donde se debate sobre este tema, contrastándose con el poder de algunos sectores conservadores y la indiferencia y rigidez de la autoridad, ni siquiera permite que el tema gatille en un debate serio.
La legalización de la marihuana en un futuro es un hecho, y tal como hoy vemos hacia atrás la ilegalidad del alcohol, veremos como en un futuro la ilegalidad de la marihuana será vista de esa misma manera. Muchos de los que tomarán las decisiones en un futuro, serán los que hoy la consumen o que simplemente no ven en el cultivo y consumo de ella un motivo de ilegalidad.
El famoso economista y Premio Nobel llamado Milton Friedman, defendía la legalización de las drogas y en particular de la marihuana. Friedman dijo literalmente: Los narcotraficantes “son empresarios, emprendedores”. La gente que lleva el tráfico de drogas no son distintos del resto, excepto en que tienen más iniciativa empresarial y menos preocupación por dañar a otros. En ese sentido, son más irresponsables. Pero tienen un negocio y tratan de obtener tanto como pueden.
El autor Andrés Ponce de León Rojas hace una síntesis de el pensamiento de los economistas neoliberalistas, “Desde el punto de vista liberal, y del de sus insignes expositores, el incremento en los recursos destinados al combate al narcotráfico es un costo creciente no justificado que la sociedad entera está destinada a pagar. Todo ello porque, entendido el gobierno como administrador de recursos, existe una forma más barata de combatir a las mafias, consistente en regular el mercado de los bienes que comercian. La premisa que sostiene esto es que la rentabilidad del mercado clandestino, una vez que transite a la legalidad, se verá́ reducida al nivel que se observa en los mercados de productos legalmente comerciables, haciendo menos atractivo las ganancias para el crimen”
Uno tiene conciencia con las responsabilidades que toma al hacer algo. Como dice la Declaración de Derechos Humanos, la que plantea que estamos dotados de razón y conciencia. Obvio que las decisiones que se tomen usando esta condición de la libertad, exigen un grado de responsabilidad, con respecto al comportamiento de respeto entre unos y otros, lo que implica no causar daño a los demás y por sobre todo respetarlos. Este es el límite a la libertad.
Estos derechos están restringidos implícitamente refiriéndose al consumo. El Estado y cualquiera asociación civil tienen derecho a recomendar determinados consumos. Mientras mayores y mejores razones se tengan probablemente, el nivel de convencimiento entre las personas será mayor. Pero el Estado no tiene derecho a imponer determinados consumos, porque su función es garantizar y proteger los derechos de las personas.
Hay religiones que imponen determinados consumos y prohíben otros, pero ello solo se puede exigir a aquellos que voluntariamente han adherido a esa religión
Se puede argumentar que si es aceptable prohibir o mas bien restringir consumos que causen daños, pero el Estado no puede decidir arbitrariamente que drogas como el tabaco y el alcohol, que tienen efectos dañinos reconocidos puedan ser consumidas, mientras que otras drogas que causan igual o menor daño están prohibidas. Cada persona debe decidir estos temas, en lo posible informándose al respecto, porque no se trata de una relación con los demás sino que consigo mismo. Es imposible establecer una frontera precisa entre lo que causa daño y lo que no causa porque las variantes son infinitas.
La marihuana por mucho tiempo se ha visto prejuiciada
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