LENGUA Y LITERATURA, MAS LIVIANO QUE EL AIRE
Enviado por MARIEOTERO • 17 de Octubre de 2013 • 1.378 Palabras (6 Páginas) • 517 Visitas
Más liviano que el aire es una novela que puede ser leída bajo diferentes significantes. En primer plano, está la historia de la anciana de 93 años que es abordada en la calle por un adolescente y obligada a entrar a su casa con fines delictivos (de parte del adolescente) Una vez adentro, la anciana se las arregla para encerrar al chico en el baño. Y en ese punto la trama se saltea la realidad y entre en el campo de lo poco probable, dado que la anciana, en vez de llamar a la policía, decide entablar una larga conversación, más bien monólogo, con el joven, contándole la vida de su madre. La promesa de la anciana es que una vez que el chico oiga toda la historia, ella lo liberará. Todo empieza un jueves, y termina un domingo. ¿Cómo? Eso queda para sorpresa del lector, solamente decir que el ritmo que va tomando la novela lleva a que las últimas páginas sean leídas con un creciente interés.
Pero dentro de esa historia se puede rastrear otra, más amarga aún, y más siniestra: la de la historia nacional y el pasado y presente de la Argentina. Maestra soltera, la anciana bien podría ser una representación de “la civilización” tal como la entendía (o muchos sostienen que entendía) Sarmiento. Y el adolescente delincuente, con toda su carga de violencia y a la vez desamparo, obviamente, representaría a “la barbarie”.
Esto expresaba al respecto su autor, Federico Jeanmarie, en una entrevista: “(…)ella es lo más viejo que se puede ser y él, lo más joven. Y no hay diálogo. Mi manera de exhibir esa incapacidad de diálogo es que la palabra del chico nunca aparece. Eso tiene que ver con que la señora viene de la clase que ha tenido el poder en la Argentina y tiene el poder del discurso.(…)”
Vale decir, entran en juego la incomunicación o la única comunicación posible que se puede dar entre una clase y la otra (desde el punto de vista de la anciana, claro está), así como también la señora deja caer algunas ideas que en un principio causan rechazo, pero que pueden valedr la pena de ser debatidas, como por ejemplo: “(…)por que la libertad, escúcheme bien hijo, esta completamente ligada a lapropiedad. Uno se siente libre cuando posee. Cuando se hace finalmentepropietario de algún bien, espiritual o material, que llevaba tiempo deseando con alguna intensidad.(…)”
En un tercer orden, encontramos la historia de la madre de la anciana, que además de reflejar lo dicho anteriormente, es entretenida y también aborda el tema de la rebeldía de una mujer en la época en que la mujer no podía ni debía rebelarse ante nada. Una mujer que, “más liviana que el aire”, decide volar por su cuenta una avioneta (hay que tener en cuenta que son los primeros albores de la aviación), sin importarle caer en el crimen o en perder su propia vida para lograrlo.
Federico Jeanmarie, nacido en Baradero, es Licenciado en Letras y ejerció como profesor de la UBA. Publicó más de 10 libros, entre ellos Desatando casi los nudos, Una virgen peronista, La Patria, Mitre, Montevideo,Vida interior. Fue finalista del prestigiosos Premio Herralde de Novela, obtuvo el Premio Especial Ricardo Rojas y también ganó el Premio Emecé.
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. na anciana de clase media alta encierra en el baño de su departamento a un adolescente que intentó robarle.
Un esquema de extrema simpleza desde el que se despliega una prosa prolija, sin fisuras, que atrapa al lector hasta las últimas páginas.
A partir de lo que podría ser una anécdota más de la violencia urbana, somos tocados por una temática profunda, universal, pero que se agudiza, justamente, en la llamada “era de la comunicación”: es esta una historia sobre la soledad, la incomunicación y la violencia.
La acción transcurre en los tres días de encierro –empieza un jueves, y termina un domingo– en los que solo se escucha la voz de la mujer, mientras que lo que el chico dice no se escucha. Lo que dice y lo que hace se deduce por las réplicas de la anciana. Las acciones y los comentarios del prisionero son registrados por el monólogo de la carcelera.
“Una puerta
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