La Campaña Admirable
Enviado por nacyo • 7 de Febrero de 2012 • 1.567 Palabras (7 Páginas) • 1.490 Visitas
LA CAMPAÑA ADMIRABLE
RELATOR:
Cabalga Simón Bolívar
a tierra Venezolana,
lleva en el pecho ese grito
a sable, fusil y lanza.
Dispuesto para el combate
el corazón se le inflama,
de luchar hasta la muerte
por liberar a la patria.
Urdaneta y Girardot
a su lado lo acompañan,
y José Félix Ribas
comanda la retaguardia.
Desde el catorce de Mayo
con gran coraje se lanza,
desde Cúcuta al camino
con el fervor de las armas.
Con sólo ochocientos hombres
jamás detiene la marcha,
ochocientos corazones.
Leones en la batalla.
Simón Bolívar al frente
va tejiendo una esperanza,
con sueños de independencia
por la tierra Americana.
El valor es el emblema
que porta como coraza,
que retumba entre sus venas
con repiques de campanas.
SIMÓN BOLÍVAR:
Aquí estamos compatriotas
camino hacia Venezuela,
para cortar con el sable
el yugo de las cadenas.
Aquí estamos mis valientes
con la pólvora en las venas,
preparando los fusiles
y afilando bayonetas.
Aquí estamos con las ansias
combatiendo en esta guerra,
en pos de la libertad
querida de nuestra tierra.
Aquí estamos y aquí vamos
con la razón y la fuerza,
de dar la vida y la sangre
defendiendo las ideas.
Estas ideas que son
la semilla y la bandera,
que suenan por todas partes
con vientos de independencia.
Compatriotas, mis valientes,
soldados en esta gesta,
tiremos abajo el muro
del dolor y la vergüenza.
Icemos hacia los cielos
el compromiso y la entrega,
de jurar y combatir
a muerte por Venezuela.
RELATOR:
Bolívar entra a La Grita,
es diecisiete de Mayo,
los clarines de la guerra
triunfantes están sonando.
Al frente marcha Bolívar
caracoleando al caballo,
con la libertad en los ojos
y el sable firme en la mano.
El sol de la independencia
afila eterno sus rayos,
y cubre toda la patria
con el color de su manto.
Tambores al horizonte
con fuerza van retumbando
por la senda victoriosa
del héroe Venezolano.
Al frente como un gigante
Bolívar y sus soldados,
prosiguen como un ariete
sin detener nunca el paso.
En Mérida lo reciben
con gran fervor y entusiasmo,
pues viene a cortar cadenas
del temor y del espanto.
Esas cadenas que oprimen
sembrando tristeza y llanto,
que quieren ahogar al pueblo
con sus nefastos tentáculos.
Bolívar trae la lucha
de poder emanciparnos,
esa lucha libertaria
de corazones hidalgos.
SIMÓN BOLÍVAR:
Jamás podrá con sus fuerzas
doblegar el enemigo,
los corazones valientes
de este pueblo decidido.
Toda América se alza
unida en un solo grito,
ese grito de la sangre
que corre como los ríos.
Ese grito que cautiva,
libertario y encendido,
que de la sierra hasta el mar
viene abriéndose camino.
Que muestra todo el coraje
en contra del egoísmo,
en contra de la arrogancia
que a sembrar muerte ha venido.
América con sus manos
a puro lanzazo limpio,
le pone el pecho a las balas
para escribir su destino.
Le pone el pecho y combate
con soldados aguerridos,
con este pueblo que lucha
con el sentir del espíritu.
Que muestra todo su temple,
la entrega y el sacrificio,
de ver a su tierra libre
adonde crezcan sus hijos.
Por esta causa adelante
mis compatriotas y amigos,
defendamos nuestra tierra
luchando a brazo partido.
ATANASIO GIRARDOT:
Tiene Usted razón Señor
hay que pelear por la causa,
dejando todo en el ruedo
por liberar a la patria.
Para que vivan los hijos
sin cadenas, ni amenazas,
que sientan la libertad
en la sangre y en el alma.
Que cada surco y semilla
se nutran con esta savia,
con este grito infinito
que viene de las entrañas.
Por eso aquí le juramos
morir de pie en la batalla,
hasta el último suspiro
más allá de la distancia.
Con respeto lo seguimos
Usted es nuestra esperanza,
el fuego en los corazones
de todo un volcán en llamas.
El sueño de libertad
va en el filo de su espada,
con esa fuerza invisible
ardiente de sus palabras.
Con Usted hasta la muerte
a bayoneta calada,
en pos de la libertad
marchando en esta campaña.
RELATOR:
Simón Bolívar ordena
con el fervor encendido,
seguir camino a la lucha
con dirección a Trujillo.
En tres columnas se abren
valientes y decididos,
para llegar con premura
a cumplir el objetivo.
Atanasio Girardot
reúne a sus efectivos,
y avanza con su vanguardia
a buscar al enemigo.
José María Ricaurte
con sable en mano y erguido,
cabalga hacia Betijoque
con el cielo de testigo.
El coronel Félix Ribas
ya se lanza hacia el camino,
a cubrir la retaguardia
con sus hombres siempre listos.
Ataca Hermógenes Maza
como un oleaje bravío,
y en
...