La Casa De Bernarda Alba

En la obra, “La casa de Bernarda Alba” escrito por Federico García Lorca durante la época moderna, siglo XX se destaca el tema relaciones interpersonales. Las cinco hijas de Bernarda Alba son dominadas por el implacable autoritarismo de su madre. La orgullosa Bernarda se deja dominar por el que dirán. A raíz de la muerte de su esposo, con mano férrea impone en su hogar un intenso ambiente de represión, que da lugar a un desenlace trágico. Mediante este ensayo se establecerá una comparación y una rivalidad de poder.

Varios factores contribuyen al tema de las relaciones interpersonales en el acto uno. Esto se destaca por la manera de que el autor manifiesta la hostilidad para clara la diversidad entre Adela y Bernarda. Para ilustrar, Bernarda insiste a tener a sus hijas enjauladas en la casa. Ella cree que el modo que debe que vivir una mujer es quedarse en la casa y coser, “Hilo u aguja para las hembras. Látigo y mula para el varón,” (acto I, pg.343). En contraste, Adela demuestra las señales de ir en contra de su madre. El lector ve que ella tiene esperanza de irse de la casa en acto tres cuando descubren que a estado mirando a Pepe el Romano. Adela dice, “pero yo me iré cuando quiera, cuando le venga en gana,” (acto III, pg.371). Ambos, Bernarda y Adela, tienen muy diferentes aspectos sobre la hostilidad.

De la misma forma que el tema ejemplifica la hostilidad, también relaciona con la falta de comunicación en el acto dos. En este caso hay una gran cantidad de similitud. Angustias y Martirio son víctimas de esa falta de comunicación. Por eso, Martirio le da la urgencia de robarse la foto de Pepe el Romano. Esto causa un terrible conflicto entre las hermanas. “¿Dónde está el retrato de Pepe que tenía yo debajo de mi almohada? ¿Quién de vosotras lo tiene?” (acto II, pg.358). Sin comunicación, las hijas de Bernarda averiguan las cosas en una manera impactante.

Sin embargo, en acto tres se destaca lo más importante, las relaciones de poder. Para empezar, después del descubrimiento de Adela y Pepe, Bernarda le gritó a Adela pero ella no se dejó. Ella le rompió el bastón, “(ADELA arrebata un bastón a su madre y lo parte en dos.)” (acto III, pg.372). Como consecuencia Bernarda garro una escopeta y la hizo creer que Pepe el Romano estaba muerto. “(Suena un disparo.) Atrévete a buscarlo ahora,” (acto III, pg.372). En comparación con Bernarda, Adela también demostró su poder.

En esencia, el drama fue una significación de una tragedia. Reconocimos los rasgos de la hostilidad, la falta de comunicación y las relaciones de poder. Las ilustraciones realmente muestran el drama entre una madre y sus hijas.

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