La Complejidad Y La Educación Ambiental

IMPORTANCIA DE LA COMPLEJIDAD EN EL ABORDAJE DE LOS PROBLEMAS AMBIENTALES Y SU VINCULACIÓN CON EL CAMPO DE LA EDUCACIÓN AMBIENTAL

Reflexión crítica

De acuerdo con Edgar Morín, todo ser humano es complejo, y lo es más aún, al formar parte de una sociedad, de la cual es importante que aprendamos a reconocernos como elemento sustancial y único de la misma. Al formar parte de un sistema (sociedad), debemos estar conscientes de las múltiples diferencias que en ella hay, tales como: ideología, cultura, ideas políticas, etc., no obstante, todas esas diferencias podemos encauzarlas para la existencia de una sinergia positiva que nos permita crecer y valorarnos como seres humanos y así poder reconocer al otro como mi semejante, esto va de la mano también del reconocimiento de nuestro mismo entorno, del cual –en el cual y por el cual vivimos. Somos una especie de seres vivos de nuestro planeta Tierra y por ello es importante a prender a convivir en armonía entre todos.

Es necesario también, que como sociedad tomemos conciencia de los diversos problemas ambientales por los cuales estamos atravesando y que no son más que el resultado de nuestras excesivas y desenfrenadas acciones que se han generado al tratar únicamente a nuestra madre naturaleza como un objeto o cosa a la cual podemos quitarle sin retribuirle nada a cambio.

Estamos generando una degradación ambiental ocasionada por nuestra crisis del conocimiento, por nuestra inhabilidad de ver nuestro medio ambiente como parte esencial de nuestra sobrevivencia y únicamente cosificarlo, para obtener “beneficios” que muchas veces caen en lo mundano e inútil. Estamos destruyendo a nuestro planeta sin caer en cuenta que nos estamos destruyendo a nosotros como civilización.

Y ahí radica la complejidad ambiental, que propone Morín, al plantearla como una necesaria y urgente reforma del pensamiento y reconstrucción del conocimiento. Es preguntarnos en lo individual pero también en lo colectivo: ¿En qué mundo vivo?, ¿En qué mundo quiero vivir?, ¿Qué mundo deseo heredarle a las futuras generaciones?

Es por ello que empecemos a unirnos como seres humanos en vez de destruirnos, es darnos cuenta de que podemos fijarnos metas en común para nuestra sobrevivencia de una manera positiva y dejar de lado el pensamiento de competir = destruir al otro. Necesitamos iniciar urgentemente un diálogo de saberes, y el mejor inicio, es la familia. Desde el núcleo familiar podemos trabajar en la reconstrucción de valores morales, éticos, ambientales, humanos que nos permitan un reflexionar crítico de nuestro actuar con nuestros semejantes y con nuestro entorno. Así mismo, la escuela como segunda institución social más importante en la vida de los seres humanos, debe convertirse en el espacio idóneo para reforzar dichos valores y vivenciarlos en cada una de las actividades que se realizan en su interior.

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