La Concepción De La Misión De La Escuela

“La concepción de la misión de la escuela”

Elmore, Richard F. y colaboradores (1996)

Una parte sustancial de la demanda de que se reestructuren las escuelas se origina en la acusación de que éstas no están haciendo bien a los jóvenes confiando en ellas. Estas escuelas deben encargarse tanto del bien público como de los servicios privados.

La misión de la escuela es principalmente servir a los intereses públicos, entonces funciones como la clasificación y ubicación de alumnos y subsecuentes de estudios para sus carreras.

La tarea de enseñar es la entrega de bienes particulares. Algunas escuelas muestran dificultades emanadas de posiciones particulares en este material, y parte de la demanda de reestructurar las escuelas, es que reconstruyamos su misión.

En el caso de la escuela, su misión resulta complicada por varias razones que no comparten varias instituciones.

1) Aquellos que han de ser servidos no están allí voluntariamente, si no que legalmente están obligados a presentarse.

2) La misión de la escuela es la de guiar a la juventud promover el desarrollo de personas en direcciones positivas, antes que responder a deseos de adultos enteramente formados.

3) En tercer lugar, la juventud de quienes reciben los servicios siguiere tomar medidas para asegurarse de que estos lo aprovechen completamente.

4) Nuestro compromiso nacional es la equidad la igualdad de oportunidades siguiere medidas que van amas allá que la simple prestación de servicio.

Las escuelas han adaptado el modelo burocrático al precisar mas y mas funciones necesitadas de tratamiento especial y al hacer que proliferen oficinas de nuevos expertos para practicar aquellas: planificadores , evaluadores, enseñanza especial de la lectura, terapeutas de habla, consejeros, creadores de planes de estudio, trabajadores sociales de escuela, especialistas en terapias, y así sucesivamente.

Muchas personas sugieren que la relación de la escuela con sus alumnos a llegado a ser analógica, que al escuela ha llegado ser una serie de transacciones entre un prestador de servicios y una área particular de deficiencia del cliente, sea esta cuestión de deficientes destrezas matemáticas, conducta inaceptable socialmente o falta de conocimientos de la historia.

Ni los padres ni el público en general parecen dispuesto por más tiempo a aceptar la justificación de la practica sana ni a permitir que la determinación del éxito siga en manos de los profesionales.

La responsabilidad de la jerarquía educativa probablemente se abandone también con el cambio de la orientación de la “práctica sana”. El enfoque del éxito exige una forma más directa de dar cuentas al público y un criterio más claro de dónde radica la responsabilidad.

Algunas

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